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El IVACOR restaura la tabla gótica de San Jaime de la iglesia parroquial de La Pobla de Vallbona

El IVACOR restaura la tabla gótica de San Jaime de la iglesia parroquial de La Pobla de Vallbona
  • Se mostró por primera vez en la exposición ‘La Edad de Oro del Arte Valenciano’ del San Pio V

  • Miró destaca que más de 33 millones de euros han sido destinados en 2009 a actuaciones que ponen en valor la importancia de nuestra historia y nuestro patrimonio

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El IVACOR restaura la tabla gótica de San Jaime de la iglesia parroquial de La Pobla de Vallbona - (foto 2)
El IVACOR restaura la tabla gótica de San Jaime de la iglesia parroquial de La Pobla de Vallbona - (foto 3)

La consellera de Cultura y Deporte, Trini Miró, ha presentado esta mañana la restauración de la tabla gótica de San Jaime de la Iglesia Parroquial de La Pobla de Vallbona, llevada a cabo por el Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals (IVACOR).       

Trini Miró ha señalado que la restauración de esta tabla gótica de San Jaime por el Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals se mostró por primera vez en la exposición La Edad de Oro del Arte Valenciano en el San Pío V, rememoración de un centenario celebrada en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

En este sentido, Miró ha destacado que “esta restauración ha supuesto la recuperación de una de las tablas más notables y características del estilo pictórico de Joan Reixach. Esta exposición supuso el momento idóneo para recuperar esta pieza tan importante, y tantas otras, que permitieron a los valencianos apreciar el gran momento de esplendor que vivió Valencia durante el siglo XV”.

“Esta obra es un magnífico testimonio de  aquel momento histórico, un periodo en el que nuestros pintores, escritores y arquitectos formaban parte del conjunto de creadores más importante de Europa”, según ha afirmado Miró.

La consellera de Cultura ha destacado esta mañana que “durante 2008 el Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns culturals (IVC+r) ha restaurado un total de 1.566 obras, con una inversión de 1,5 millones de euros, lo que es una prueba evidente del compromiso de la Generalitat por mejorar el patrimonio cultural de todos los valencianos”.

Por último,   Trini Miró ha señalado que “el compromiso de la conselleria de Cultura en esta línea de actuación se materializa en el aumento de las partidas presupuestarias que este año hemos destinado a la recuperación y conservación de nuestro patrimonio. Más de 33 millones de euros han sido destinados en 2009 a actuaciones que ponen en valor la importancia de nuestra historia y nuestro patrimonio”.

Restauración
La pintura debió formar parte de la tabla central de un retablo dedicado al santo apóstol, que actualmente no se conserva, a juzgar por sus dimensiones.

Por sus características formales recuerda a la tabla de San Jaime y San Gil del Museo de Bellas Artes de Valencia, procedente del convento del Carmen, con el que mantiene similitud en la pelliza, la caída de la túnica, el bordón con la bolsa o el libro abierto del santo peregrino, o el mismo suelo ajedrezado tan característico de su quehacer. Igualmente la forma del pelo y la barba partida en dos tirabuzones puede verse también en uno de los apóstoles y en el propio Cristo de la Santa Cena del Retablo de Nuestra Señora de los Ángeles y de la Eucaristía del Museo Catedralicio de Segorbe, procedente de la cartuja de Valldecrist.

El estado de conservación de la tabla era malo por el envejecimiento natural de los materiales y las distintas intervenciones que a lo largo de la historia ha padecido. El soporte presentaba una importante separación de las tablas, un no menos destacado ataque bio-lógico que generaba un debilitamiento estructural de la madera y pequeñas fisuras coincidentes con el veteado de la madera.

El estrato pictórico presentaba toda una serie de anomalías, siendo las más destacadas: las limpiezas abrasivas, los faltantes de materia pictórica, tanto de preparación como de película pictórica, las alteraciones químicas del color y la falta de adherencia de la capa pictórica al soporte, con el consiguiente riesgo de pérdida de pintura. Todo esto no sólo deterioró significativamente la estructura física de la obra, sino también su aspecto estético, que perdió todo su cromatismo original.

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