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Una religiosa ayuda en la prisión de Picassent a reclusos con problemas de lenguaje tras enseñar 40 años a sordos

    Una religiosa de la congregación de las Franciscanas de la Inmaculada, Presentación Martín Camarero, que durante más de 40 años ha trabajado en un colegio de niños sordos de Valencia, atiende, en la actualidad, a reclusos con problemas de comunicación lenguaje en la prisión de Picassent.

    La religiosa, de 64 años y natural de Burgos, es directora desde hace un año del Colegio La Purísima de Alzira, y, además, es voluntaria del servicio de Pastoral penitenciaria desde 2006, cuando recibió la llamada de una madre “llorando amargamente por la situación de su hijo, que acababa de entrar en prisión” y que resultó ser un ex alumno suyo”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN Presentación Martín. Fue entonces cuando, atendiendo al carisma de la fundadora de su congregación “de ayudar a personas sordas y abandonadas, y de intentar vivir la misericordia en cualquier acontecimiento de su vida”, la religiosa decidió atender “a esta llamada de Dios” y colaborar en la atención a reclusos.

    Desde entonces, y a lo largo de los últimos seis años, Presentación Martín acude todos los sábados al Centro Penitenciario para acompañar a los internos, especialmente, a los reclusos sordos. La religiosa, que estudió Magisterio y Pedagogía terapéutica, trastornos del lenguaje y la audición, conoce perfectamente el lenguaje de signos “que, al principio aprendí, de los mismos niños y que después mejoré con varios cursos”.

    En la prisión, Presentación Martín se comunica con los reclusos sordos en lengua de signos. “Son manos que hablan de Dios”, ha expresado la religiosa que también traduce las celebraciones eucarísticas al mismo lenguaje.

    “El mundo del sordo ha sido toda mi vida” y aunque “pensaba que no iba a tener fuerzas para colaborar en prisión, porque llevo varias operaciones de hernias discales, es Dios quien te llama y esto ha sido providencial: con esta labor he visto la gracia y la ayuda de Dios”, ha manifestado.

    En la cárcel “he visto tanto sufrimiento e injusticia que si no fuera por la gracia de Dios sería imposible sobrevivir”. En las últimas semanas, la religiosa ha atendido a tres sordos en el módulo de Preventivos, en donde ayuda actualmente a otro ex alumno preso, así como a dos mujeres en el módulo de penados, “que presentaban problemas respiratorios”.

    El preso sordo sufre “dos cárceles”
    Lo que necesitan los presos es “expresarse, que les des cariño y que les escuches, sin juzgar ni valorar”, según Presentación Martín que ha asegurado que los internos sordos sufren “dos cárceles”, la del propio centro en donde viven entre rejas y, la de la incomunicación, por su discapacidad.

    Por ello, la religiosa intenta que cada preso “se desahogue” primero, para luego trabajar con él la lectura comprensiva e, incluso, otras materias como las matemáticas. “Hay que tener en cuenta que las personas que no tienen oído se aíslan, tienen dificultades de entendimiento, se encierran en sí mismas y su capacidad intelectual no se desarrolla con normalidad”, ha asegurado.

    También “es importante estar en contacto con sus familias para ayudarles a que se reencuentren en el caso de que estén distantes”, según Presentación Martín que reconoce que se emociona cuando dentro de prisión alguien le dice “te necesito”.

    Según la religiosa voluntaria, “esta labor que realizo es posible, además, porque tengo detrás de mí una gran comunidad”, refiriéndose a las 5 religiosas que residen, junto a ella, en el colegio de Alzira.

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