CSI•F pide 80 nuevos funcionarios en Picassent con el fin de garantizar la seguridad de trabajadores e internos

El sindicato CSI·F denuncia la insuficiente dotación de empleados públicos en los centros penitenciarios de la Comunitat Valenciana. Además, asegura que harían falta cerca de 80 funcionarios más en el principal de ellos, el de Picassent, para garantizar la seguridad de empleados e internos. La reducción drástica en la convocatoria de plazas a funcionarios de prisiones está provocando que en ocasiones módulos con 130 reclusos sean vigilados por un solo trabajador.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) explica que en los últimos tres años el número de presos ha aumentado mientras que la cifra de plazas asignadas a prisiones como la de Picassent se ha reducido.

CSI·F alerta de que en 2010 de las 210 plazas convocadas por Instituciones Penitenciarias en toda España, solo 10 funcionarios en prácticas llegaron a Picassent. La situación se agravó, de manera alarmante, en 2011, cuando de las 60 plazas convocadas y adjudicadas solo 3 correspondieron a la cárcel valenciana. Para este año, a pesar de la delicada situación por la escasez de personal, la situación puede incluso empeorar.

Además, la carga laboral de los funcionarios aumenta con la incorporación de tareas como la vigilancia de nuevos talleres de adaptación e inserción social, que provocan una mayor saturación del personal asignado en las guardias. En días festivos muchos módulos se quedan con mínima vigilancia, de modo que se convierte en habitual que dos funcionarios vigilen módulos con unos 130 presos. Incluso cuando se producen bajas por enfermedad un único funcionario puede llegar a vigilar un módulo.

El sindicato CSI·F reclama al Ministerio del Interior, y más en concreto a la Secretaría de Instituciones Penitenciarias, que aumente con urgencia la oferta pública de empleo de plazas de funcionarios de prisiones para garantizar la seguridad en los centros penitenciarios. En la actualidad cumplen condena en Picassent 2.450 reclusos, más unos 450 integrados en el Centro de Inserción Social (CIS).