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Valverde sugiere al PP de Castelló que no se olvide de invitar a Julián Muñoz al acto de apoyo a Fabra

  • El secretario de organización afirma que así “podrán apelar conjuntamente a la presunción de inocencia y hacer balance de lo mucho que han hecho por Marbella y Castelló respecticamente”

El PSPV-PSOE de la provincia de Castelló, en boca del secretario de organización, Francisco Valverde, ha sugerido al PP de Castelló que “no se olvide de incluir en la relación de invitados del acto del sábado al ex alcalde de Marbella, Julian Muñoz, así, junto con Carlos Fabra, podrán apelar conjuntamente a su presunción de inocencia y hacer balance de las gestiones que realizaron en Marbella y Castelló, respectivamente, ya que los guardan muchos elementos en común”. Valverde ha realizado estas declaraciones a raíz del acto que está montando el PP de la provincia de Castelló en el Auditorio para el próximo sábado que estará presidido por Carlos Fabra y Francisco Camps, ambos acorralados por los escándalos judiciales relativos al cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal y que, en el caso del presidente de la Generalitat, salpica de lleno a la presunta financiación ilegal del PP en la Comunitat Valenciana”.

El secretario de organización ha recordado que existen bastantes elementos en común entre Muñoz y Fabra, ya que los dos han tenido muy difícil justificar sus incrementos patrimoniales. De hecho, en el escrito de acusación contra el ex alcalde de Marbella, reproducido en los medios, se relata que Julián Muñoz, desde 1991 a 2003, «logró obtener para él y su entorno personal un importante incremento patrimonial no justificado». «La cuantía total y exacta del dinero así obtenido se desconoce», apunta la acusación particular, que destaca sin embargo que la cantidad estimada supera los 3,5 millones de euros, cifra que coincide con los cálculos realizados por la Fiscalía. Según resalta el servicio jurídico del Ayuntamiento de Marbella, entre los años 1997 y 2003 al matrimonio de Muñoz y Zaldívar le consta un desfase patrimonial de más de 300.000 euros. Es decir, la pareja gastó 50 millones de las antiguas pesetas más que sus ingresos en ese tiempo.

En el caso de Fabra, según el escrito del fiscal, basado en los informes oficiales de los inspectores de Hacienda, durante los años 1999 y 2004 a Fabra le salió la declaración de la renta a devolver, cuando su incremento patrimonial medio era de unos 300.000 euros anuales, “un hecho insólito que ya de por sí, en cualquier democracia, habría provocado la inmediata dimisión de Fabra de cualquier cargo, pero aquí, para vergüenza de los ciudadanos y ciudadanas honradas de Castelló, sigue al frente de la diputación y, lo que es peor, con el apoyo de Alberto Fabra y de Javier Moliner, que han unido su futuro político al de una persona que hace años debía de haberse apartado de la gestión de dinero público”.

Sin embargo, también hay diferencias importantes que hacen más grave si cabe, el caso Fabra. Valverde ha añadido en que la gran diferencia entre Julian Muñoz y Carlos Fabra es que “el primero está apartado de cualquier responsabilidad política, mientras que el segundo sigue al frente de la diputación, una institución que adjudica millones de euros al año, algo incomprensible si tenemos en cuenta que el fiscal le pide 15 años de cárcel por, entre otras cosas, haber defraudado a Hacienda casi un millón de euros”. La segunda gran diferencia es que, en la causa más grave que se está juzgando ahora de la operación Malaya, “a Julian Muñoz le piden 7,5 años de cárcel, mientras que a Fabra le piden 15, el doble”, apunta Valverde. La tercera gran diferencia, y la más grave si cabe, es que el origen del dinero de Julian Muñoz se conoce en gran parte, y era por delitos urbanísticos, mientras que en el caso de Fabra, “nunca se ha llegado a aclarar el origen de los ingresos millonarios de dinero en metálico y en cheques al portador”.

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