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Salvador lamenta que “el fabrismo” haya tardado ocho años en rectificar su error de paralizar el Corredor Mediterráneo

  • José Blanco pedirá mañana en Bruselas que el corredor mediterráneo sea red prioritaria de infraestructuras ocho años después de que Aznar lo borrara del mapa “con el consentimiento y aplauso del fabrismo”

Rectificar es de sabios, aunque en el caso del “fabrismo” se ha tardado ocho años en reconocer que el gobierno de José María Aznar castigó a Castelló y por eso mañana pedirá en Bruselas que el Corredor Mediterráneo sea incluido como “red prioritaria de infraestructuras ferroviarias de la Unión Europea”. Era el año 2003 cuando el entonces gobierno de Aznar, con una comisaria europea de Infraestructuras del PP, borraba del mapa de los ejes prioritarios de la Unión Europeo el Corredor Mediterráneo, lo que ha supuesto para nuestra provincia una pérdida de tiempo que se ha traducido en una merma de la competitividad. Afortunadamente, recuerda la vicesecretaria general, María José Salvador, el decidido impulso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha hecho posible que mañana, en Bruselas, el ministro de Fomento, José Blanco, participe en un acto organizado por Ferrmed para reivindicar la incorporación del corredor en la red prioritaria. Un acto al que también asistirán el alcalde de Castelló, Alberto Fabra, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, a pesar de que en el año 2003 ambos “consintieron sin ningún reparo el castigo del PP a Castelló que tantos problemas nos ha generado”, explica Salvador. Cabe recordar que el reciente informe del Tribunal de Cuentas Europeo denunció la injusticia que supuso para la provincia de Castelló la decisión adoptada por el PP y en este sentido, Salvador ha recordado que “mientras el fabrismo le rendía pleitesía a Aznar durante sus vacaciones en Platgetes, éste le correspondía con una de las decisiones más perjudiciales que ha sufrido Castelló, retrasando un corredor que, de existir, y según los propios datos facilitados por el alcalde, habría permitido multiplicar por diez el número de expediciones diarias de trenes de mercancías al pasar de 15 a 160”.

Para Salvador, este tipo de decisiones que han hecho tanto daño a Castelló durante los 16 años de fabrismo, “nos permite augurar que en este año que acabamos de empezar, la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y ciudadanas hará posible el cambio que necesita esta provincia para dejar atrás los fracasos, la ineficacia y la prepotencia y abrir la puerta a una nueva etapa de consenso y cooperación, que permitirá dotar a la provincia de una nueva identidad industrial, turística y cultural”.

 

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