El PSPV-PSOE considera que la unión del sector citrícola y una buena planificación son imprescindibles para conseguir mejores precios
El vicesecretario general del PSPV-PSOE en la provincia de Castellón, Ramón Martínez, ha manifestado que el Gobierno de España y la Generalitat siguen trabajando para que Bruselas se decida a aplicar la cláusula de salvaguarda del acuerdo comercial alcanzado con 6 estados del continente africano, aunque ha señalado que “tenemos la obligación de decir la verdad y de explicar que el problema de nuestra citricultura no es Sudáfrica, porque aunque este año la UE haya importado de ese país 18.000 toneladas más que el año pasado, la ciudadanía tiene que saber que esta cantidad tan solo representa la cuarta parte de lo que comercializa por sí sola una cooperativa como la de Borriana”.
Martínez, que lamenta que se esté haciendo “un uso partidista” de esta crisis “porque dentro de 4 meses hay elecciones”, tiene claro que el problema del sector citrícola valenciano es mucho más profundo. “Algunos recurren al argumento simplista de que la culpa es de Sudáfrica porque creen que así pueden conseguir a corto plazo un puñado de votos. Pero ahí no nos van a encontrar a los socialistas, porque lo que queremos en el PSPV-PSOE es decir siempre la verdad a la gente y trabajar conjuntamente con el sector para encontrar las mejores soluciones”.
“Es necesario realizar un cambio de la estructura productiva y una eficaz planificación, sin que ello suponga que el agricultor pierda la propiedad de sus huertos”. Porque según explica, “no son de recibo situaciones como las de esta campaña, en las que al agricultor le cuesta 22 céntimos producir un kilo de clemenules que luego vende a 15 céntimos”. No sucede así en Almería, “porque aunque allí también se vende a 15 céntimos el kilo, las costes de producción son menores”.
“Es algo que no ocurre por casualidad, sino porque en Almería disponen del tamaño, la estructura y la mecanización necesarias para producir al menor coste posible”. Una situación que también se puede producir en la Comunidad Valenciana “y que ocurrirá si somos capaces de unirnos, aunar fuerzas manteniendo la propiedad de las tierras pero confiando la gestión a gestores bien formados que colaborando con la administración sean capaces de realizar la mejor planificación y dar salida a la producción en tiempo y forma; y pagada a un buen precio”.
Y es que el precio, explica Martínez, “no será razonable si seguimos mal organizados, si las empresas del sector y las 154 cooperativas valencianas hacen ofertas por separado a los pocos compradores de género que hay en Europa, que suelen ser las grandes cadenas de distribución. Si cada uno hace la guerra por su cuenta, al final acaba vendiendo el que ofrece el precio más bajo; y el resto o hace lo propio, o se queda con el género sin vender”. Por lo tanto, “es urgente que nos organicemos y que haya una buena planificación que determine qué y cómo producir, y cómo y a qué precio vender”.
