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Sobre el aeropuerto

Pañella: "Ya está bien de tomarle el pelo a la ciudadanía"

  • Dice que "pasado el plazo sin presentación del aval, todo hace sospechar extrañas maniobras dilatorias entre Carlos Fabra y los misteriosos libios supuestamente interesados"

El diputado por Castelló de Compromís, Josep Maria Pañella, ha calificado de "tomadura de pelo a la ciudadanía todo lo que está pasando en relación con el aeropuerto de Castelló". Pañella ha considerado "impresentable el hecho de que el todavía presidente de Aerocas, a pesar de sus imputaciones judiciales, continúe haciendo "la guerra por su cuenta", y hablando como si él fuera la persona que debe decidir sobre la adjudicación o no de estas instalaciones, y no un empleado en un alto cargo, nombrado y cesable por el Consello, propietario ultramayoritario de esta empresa pública".

Para el diputado de Compromís, "los plazos están para cumplirlos, no para ir tirando de ellos como si fueran de goma. Comprenderíamos un aplazamiento si, realmente, la empresa hispanolíbia en cuestión mostrara un auténtico interés y una auténtica capacidad financiera y le faltara algún detalle menor para completar este aval; pero es que en absoluto es éste el caso. De la empresa en cuestión muchos hemos llegado a dudar, con razón, sobre su propia existencia real y, por supuesto, sobre su auténtico interés por adquirir las instalaciones del aeropuerto, sobre las condiciones que exigiría e incluso sobre la finalidad a la que lo destinaría. Y encima, el conseller de Hacienda, el señor Buch, aún presumia en Corts el otro día, afirmando que tenían “no una sino diversas ofertas”.

Pañella ha exigido que "desde el Consello se dé un puñetazo de una vez, que se destituya a Carlos Fabra de la presidencia de Aerocas, ya no sólo por las razones digamos "clásicas" por las que Compromís lleva tiempo exigiendo su cese, sino además por la indisciplina que ha mostrado en las últimas semanas en relación con el Consell, y que se anuncie oficialmente quién será la persona que llevará la negociación de su posible venta, y bajo qué condiciones. Todo lo demás no son sino ganas de marear la perdiz y de procurar, inútilmente por cierto, tranquilizar a la opinión pública, justamente indignada por el pozo sin fondo que ha supuesto y sigue suponiendo, día tras día, un aeropuerto que nació sin un estudio previo serio de sus posibilidades reales, y que ha acabado siendo poco más que "el aeropuerto del abuelito", con un coste exorbitante, eso sí, para las arcas públicas valencianas".

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