Mantecón destaca el aumento del interés de los inversores extranjeros en Cuba
El presidente de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos de Cuba ha abordado en la UJI los riesgos y ventajas de invertir en el país.
Ariel Mantecón, presidente de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos de Cuba, ha abordado en una conferencia organizada por el departamento de Derecho Privado de la Universitat Jaume I la inversión extranjera en Cuba, desde el punto de vista político y económico, a raíz de los nuevos escenarios que se están dado por la modificación del referente de relaciones exteriores con Cuba a partir de un acercamiento con los Estados Unidos y una reapertura de las relaciones diplomáticas.
Según ha explicado Mantecón, en Cuba se está viviendo un proceso interno de cambio, una reconceptualización del modelo económico que se plasma en un documento aprobado por el congreso del partido comunista, en el que se abre un capítulo para las inversiones extranjeras. Así mismo, también se ha elaborado un plan de crecimiento hasta el año 2030 que tiene incluida la perspectiva de la inversión extranjera como solución ya no sólo accidental sino de máxima importancia para muchos sectores de la economía. En este sentido, ha señalado que el modelo de la inversión ha ido creciendo y tiene actualmente tres modalidades principales: la empresa mixta, que es la fórmula predominante, la asociación económica internacional y los contratos de administración o gestión. En esta línea, ha señalado que se reciben muchas visitas y solicitudes de inversión por parte de todos los sectores, con un especial interés por parte de los Estados Unidos.
«El país ha declarado unos fines específicos para la inversión extranjera. No hay que equivocarse, Cuba no tiene un esquema abierto y no ofrece igual trato al inversionista extranjero que al sujeto nacional pero la ley sí ofrece ventajas», ha apuntado. En esta línea, ha explicado que el modelo trata de potenciar la exportación de productos, es decir, sustituir importación, un gran problema estructural de la comunidad cubana que es netamente importadora. Esto significa producir alimentos, modernizar el patrón tecnológico, desarrollar infraestructuras y modificar el patrón energético que es uno de los problemas sustanciales que tiene Cuba en este momento.
No obstante, Mantecón ha puesto de relieve algunos componentes que tiene que tener en cuenta el inversor extranjero como son la todavía mentalidad soberanista de Cuba, la cual afecta a la eficacia del sistema. «Tiene que haber una reforma estructural en este sentido o no habrá ningún avance en el desarrollo social de Cuba y en su reinserción en el nuevo esquema de supervivencia», ha afirmado. Así, ha explicado que hay una dirección en el planteamiento económico estratégico para que el empresariado privado sea el que cree el mayor porcentaje del PIB, que actualmente está en un 16%, y que se aspira a que sea del 65% en 2030.
También ha destacado otros factores a tener en cuenta por parte del inversor como que el país no quiere que la inversión extranjera sea de libre mercado sino inducida hacia los sectores que más necesita el país; la delicada situación de la economía financiera; la imposibilidad de contratar directamente la fuerza de trabajo en Cuba, que se ha de realizar a través de empresas intermediarias; el sistema de leyes extraterritoriales de Estados Unidos que impiden, obstaculizan y sancionan las relaciones comerciales con Cuba, o la fragilidad de la administración.
Aun así, también ha subrayado algunas de las ventajas como la seguridad ciudadana, los 12 millones de consumidores o la garantía de pago, aunque sea con demora, que supone que el Estado respalde los negocios.
