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El alcalde de Teresa reclama más medios para atender a los vecinos por el cierre de sucursales bancarias

    Los habitantes del municipio de Teresa reciben la visita de una oficina móvil tres veces al mes.

    Teresa, un municipio de apenas 300 habitantes situado en la comarca del Alto Palancia, es uno de los pequeños pueblos del interior de Castellón que ha sufrido el cierre de sucursales de Bankia. Sus vecinos, la mayoría de edad avanzada, esperan la visita que realiza la oficina móvil y que se propuso como solución al cierre de la sucursal. Los vecinos esperan sentados en sillas que el Ayuntamiento coloca a la entrada del edificio consistorial. “Todos esperan la llegada de la oficina para realizar sus trámites y se producen colas”, dice el alcalde Ernesto Pérez.

    “Un servicio que a todas luces es escaso; siempre hay largas esperas y nuestros mayores dependen de esos únicos días para realizar sus gestiones, no teniendo medios para desplazarse a otras poblaciones, ya que son en su mayoría personas de avanzada edad”.

    El alcalde de Teresa lamenta que los habitantes de este pueblo no cuenten con un servicio más continuado, y recuerda que el consistorio llegó a ceder un local municipal a cualquier entidad bancaria interesada en instalarse en el pueblo. También puso a disposición de los vecinos el coche municipal y los servicios del personal municipal para facilitar el traslado de sus vecinos a otro pueblo cercano que disponga de sucursal bancaria. La gente reclama una mayor atención de Bankia, que es la entidad a quien han confiado sus ahorros durante años, desde los inicios cuando era Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segorbe ”.

    Teresa fue uno de los primeros pueblos en sufrir la desaparición de la oficina de Bankia.

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