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El acusado de asesinar a dos jóvenes en Càlig niega cualquier relación con los hechos

    El acusado de asesinar a dos jóvenes en 2005 en Càlig, para quien el fiscal pide 50 años de prisión, ha negado hoy ante el tribunal que le juzga cualquier relación con este hecho y ha dicho que las dos colillas con su ADN que se encontraron en el lugar del crimen las colocó "alguien" para inculparle a él.

    El juicio contra E.P.R., el único acusado por los hechos, se celebra desde hoy y con jurado popular en la Audiencia Provincial de Castellón y se prolongará previsiblemente hasta el próximo viernes.

    Según el escrito de acusación del fiscal, E.P.R. se dirigió al domicilio de la joven asesinada, de 25 años y nacionalidad cubana, en la madrugada del 12 de junio de 2005 con la finalidad de matarla, "con un plan previamente concertado y en conjunción con otras personas no identificadas, tras haber sido contratados por personas desconocidas y actuar por móviles económicos".

    El acusado y sus acompañantes accedieron a la vivienda tras forzar una de sus ventanas y permanecieron en ella hasta la llegada de sus víctimas.

    Sobre las 06.00 horas, la chica y un joven de 23 años amigo suyo acudieron a la vivienda, donde fueron sorprendidos por el acusado y los que le acompañaban, quienes golpearon violentamente al chico, a quien causaron lesiones en el pómulo derecho y en la frente, así como en la parte alta del tórax.

    Posteriormente, ambos jóvenes fueron atados de pies y manos entre todos los agresores con una cuerda de tender que se hallaba en la propia casa y, una vez inmovilizados, sin posibilidad alguna de defensa y con ánimo de acabar con sus vidas, les dispararon con un arma de fuego en la cabeza, lo que les provocó la muerte.

    El acusado, en su declaración ante el tribunal, ha negado cualquier relación con estos hechos y ha admitido haber efectuado dos ingresos bancarios en una sucursal de Caixa Galicia, el primero de 2.000 euros, dos días después del crimen, y el segundo, de 6.000 euros, el 11 de julio de 2005.

    E.P.R. fue interrogado por la Guardia Civil en julio de 2006 y se sometió de forma voluntaria a una prueba de ADN, pero un día y medio después huyó a la República Checa por "miedo" a que le implicasen en el suceso debido a sus antecedentes penales, según ha declarado hoy en el juicio, en donde ha reconocido haber otorgado poderes a sus padres para que vendiesen sus pertenencias.

    Asimismo, ha negado conocer a otra persona que fue detenida como coautora del crimen pero cuya imputación se archivó por falta de pruebas, y ha asegurado que la noche de los hechos sacó a pasear a su perro y se fue a dormir a casa.

    Preguntado por la acusación sobre una declaración de la esposa del acusado, en la que afirmó que E.P.R. llegó a casa el 12 de junio por la mañana con dos bolsas de ropa de las que después se deshizo, éste ha respondido que la declaración de su mujer no tiene "ningún sentido" y que la hizo bajo amenaza policial de que le quitarían a su hijo.

    En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Fiscal pide 25 años de prisión por cada uno de los delitos de asesinato, inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, y una indemnización de 150.000 euros por cada una de las muertes.

    Las dos acusaciones particulares también reclaman 50 años de prisión para el acusado, mientras que la defensa pide su libre absolución.

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