Xarxa Teatre participa en la jornada inaugural de la Mostra d’Alcoi con El dolçainer de Tales
Un día de fiesta
El espectáculo de Xarxa Teatre es un homenaje no sólo a la escuela de Tales sino a todos aquellos que con posterioridad han mantenido viva la música tradicional valenciana y han reivindicado el papel del dolçainer en las fiestas populares. Así, con El dolçainer de Tales, Xarxa Teatre invita a todos los vecinos de Alcoi y a aquellos que se quieran acercar el miércoles a la plaça de Dins a un día de fiesta de cualquier población valenciana del siglo XIX. La entrada del dolçainer, la procesión, el baile de gigantes y cabezudos, el toro embolado… todos estos elementos están presentes en el espectáculo de Xarxa Teatre que finalizará con una gran verbena en la que se invita al público a participar... y a bailar.
La propuesta de Xarxa Teatre será la única de teatro de calle dentro de la programación de la XXI Mostra de Teatre d’Alcoi. Asimismo, la compañía castellonense actuará en la localidad alicantina antes de emprender su gira internacional que a lo largo de los próximos meses les llevará por países como Francia, Inglaterra o Taiwan.
Con esta representación, la compañía prolonga su relación con la feria teatral más importante de la Comunitat Valenciana. Si el año pasado participó con el espectáculo infantil La Bruixa Marruixa, en esta ocasión, acude a Alcoi con uno de los espectáculos más emblemáticos de la historia de la compañía. En 1987, Xarxa Teatre estrenó su tercer espectáculo, El dolçainer de Tales. Ahora y a petición de diferentes colectivos, entre ellos la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Castellón, esta gran fiesta popular valenciana volverá a girar por todos los rincones de la Comunitat.
Desde sus inicios, la compañía ha desarrollado su trabajo en el marco del binomio fiesta/teatro, recuperando y actualizando alguno de los elementos más significativos de la cultura popular y de las fiestas tradicionales. Si hay un sonido que llama a la fiesta es el de la dolçaina, que desde hace siglos acompaña en cada celebración. No resulta extraño, por tanto, que la compañía se decidiera a realizar un espectáculo donde la figura del dolçainer fuera central y donde se rindiera homenaje no sólo al instrumento y a la fiesta, sino a una escuela y a una localidad que durante más de cien años llevó el sonido de la dolçaina por todos los rincones de la Comunitat.
Desde finales del siglo XIX la localidad castellonense de Tales unió para siempre su nombre al de la dolçaina y el tabal gracias al trabajo de hombres como Salvador Montoliu, iniciador de una tradición familiar que se mantuvo durante cerca de 150 años. Durante este tiempo, la localidad de Tales acaba por convertirse en una verdadera escuela de músicos, acogiendo a músicos del resto del País Valencià e incluso Catalunya que querían aprender la profesión.
