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La Asociación de Inmigrantes denuncia que carecen de prestaciones por trabajar en la economía sumergida

    La presidenta de la Asociación de Inmigrantes de los Países del Este en Castellón, Ángela Placsintar, denuncia que la mayoría de los inmigrantes rumanos que ha perdido su empleo en los últimos meses carece de prestaciones sociales por haber trabajado en la economía sumergida.

    Placsintar no ofrece datos que demuestren que la crisis económica esté afectando de manera especial al colectivo rumano, pero asegura que cada día, una media de diez personas entra a la asociación para pedir trabajo, porque se ha quedado sin el suyo.

    En opinión de Placsintar, los inmigrantes desempleados atraviesan una situación todavía más traumática que los españoles, porque "se quedan en el aire, sin una familia y un entorno que les apoye, y en muchas ocasiones no tienen derecho a paro, porque han trabajado sin contrato durante muchos años".

    Algunos de ellos, dice, piensan en regresar a Rumanía; otros, en cambio, confían en encontrar un nuevo empleo en España, e incluso un tercer grupo aspira a mudarse a otro país comunitario.

    "Pero todo son problemas. Algunos de los que quieren irse están asentados aquí, tienen una casa que no pueden vender, y saben que los salarios en Rumanía son muy bajos", relata Placsintar.

    En cambio, sí que han vuelto a casa muchos de los que vinieron a partir de enero de 2007, cuando el ingreso de Rumanía en la Unión Europea supuso la apertura de las fronteras comunitarias.

    "Ellos entraron con otra mentalidad; estaban preparados para regresar. Buscaban suerte. Los que se dan cuenta de que las cosas van de mal en peor, se van", explica.

    Placsintar intuye que la crisis "no ha hecho más que empezar" y que, con el tiempo, el empeoramiento de la situación económica provocará el retorno de muchos de los rumanos afincados en Castellón.

    Pese a ello, la asociación está impulsando medidas encaminadas a minimizar los efectos del paro en el colectivo. Una de estas medidas es un proyecto de inserción laboral con el que pretenden formar a los ciudadanos rumanos en las profesiones más demandadas por el mercado español.

    "Los obreros tendrán que cambiar de profesión para encontrar trabajo", reflexiona Placsintar, que cuenta que estos cursos han servido, por ejemplo, para buscar trabajo como soldadores a cerca de cuarenta rumanos.

    La asociación está dando a conocer la realidad sociolaboral española en algunos institutos de Rumanía, porque según cuenta, existe un gran desconocimiento entre los alumnos, muchos de los cuales sueñan con dejar sus estudios para emigrar a España y buscar un trabajo.

    Algunos han visitado Castellón en el último año. Sobre el terreno, los miembros de la asociación les han mostrado "las dos caras de España", y han conseguido que no quieran emigrar.

    "Acompañé a los jóvenes al instituto politécnico de la UJI -Universitat Jaume I-, pero después estuve con ellos adonde viven los rumanos sin techo, en las carreteras donde están trabajando y en el camino del Grao, para que vieran la prostitución", relata.

    "Su perspectiva cambió totalmente. Se preguntaban cómo era posible que esas personas no regresaran a su tierra si aquí no tienen ni comida. Para ellos fue un choque, porque la información que tenían sobre España era muy distorsionada", apunta Placsintar, que calcula que un 10 por ciento de los rumanos afincados en la Comunitat Valenciana vive en condiciones de extrema pobreza.

    El pasado mes de abril, las autoridades rumanas organizaron una bolsa de trabajo en Castellón para tratar de convencer a sus compatriotas de las oportunidades de empleo de su país de origen, que atraviesa una crisis de mano de obra. Pese a que mil personas visitaron la feria, la asociación no tiene constancia de que haya regresado con empleo ninguna de ellas.

    Placsintar quiere colaborar con estas empresas -casi todas constructoras-, pero denuncia que, en su mayoría, no son serias y no están dispuestas a pagar salarios dignos a sus compatriotas debido a la importación de mano de obra barata de países asiáticos. "La gente echa de menos su tierra, y volvería si le dieran un sueldo de 700 euros", asegura.

    comentario 1 comentario
    De Castellon
    De Castellon
    08/06/2008 04:06
    Informacion para Angela

    Hay muchos rumanos que ganan mas de 700 euros trabajando en Rumania....no hablas si no sabes , mujer!

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