Paterna llena el Auditorio Antonio Cabeza y realizará una rifa solidaria de “Record Guinness” para ayudar a Luhay a caminar
Un gran número de asociaciones y vecinos de Paterna llevan semanas trabajando para ayudar a Luhay Santamaria, joven de 9 años de edad que padece un problema neuromuscular a recibir el tratamiento que le puede permitir caminar y ganar en independencia. Tal y como explicó Domingo Rozalén, uno de los impulsores de la iniciativa, “todo empezó a través de otro joven de Paterna, Jesús Minguet, quien instó a su padre a hacer algo para ayudar a Luhay”. A partir de ahí surgió la iniciativa de desarrollar una gala benéfica y un sentimiento de solidaridad que se ha transmitido por todo el municipio. Esta noche el auditorio Antonio Cabeza verá completo su aforo de casi 500 personas para asistir a la gala a beneficio de Luhay, y superado el número de localidades también se están obteniendo ingresos desde la fila cero. En el espectáculo de esta noche participarán un gran número de artistas de forma completamente altruista, caso de Emilio Solo, Sehila Ibáñez, Javier Vila, Aihsa Bordas, Marianchu, Yaco Lara, Ramón Sosa, Francisco Viana, Dafme Laura y Juan Fernández.
Sin embargo el tratamiento supone un elevado coste que no se verá completamente alcanzado con la Gala. Por este motivo, desde la Asociación Amigos del Camino de la Virgen se han propuesto realizar la rifa más grande del mundo, e incluso llevarla al libro Guinnes de los Records pues este colectivo ya tiene experiencia en este tipo de iniciativas. El reto es realizar una rifa en la que se sortearán medio millar de productos que están siendo donados por comercios y asociaciones y cuya venta se realizará hasta el mes de marzo. Jesús Fernández, presidente de este colectivo, explicó que “cuando conocí a Luhay no tuve dudas en que teníamos que movilizar a todo el pueblo para conseguir darle la oportunidad que merece”.
Con ello son decenas de personas implicadas están aportando su tiempo y esfuerzo para financiar el tratamiento que permita a Luhay ganar autonomía. Agustina, madre de Luhay, indicó que “con todo lo que están haciendo nos están abriendo una puerta que considerábamos cerrada y que estamos buscando desde hace siete años”. Agustina añadió que “Luhay es como cualquier otro niño, le encanta reírse, jugar, cocinar, elegir su ropa… pero tiene una dificultad física contra la que lucha cada día pues él quiere caminar. Es muy trabajador y estamos convencidos de que con la ayuda y el tratamiento adecuado algún día lo conseguirá”. Su madre apunta que “en los últimos días se encuentra algo nervioso, porque es plenamente consciente de todo lo que está pasando a su alrededor, nota el cariño de la gente y está muy ilusionado”.
