El Ayuntamiento acuerda con los vecinos de La Canyada modificaciones a la urbanización de las calles 133 y 238
Concejales del Equipo de Gobierno se comprometen a realizar todos los cambios necesarios para que el proyecto sea del agrado de los vecinos
La principal conclusión que se sacó del encuentro es que el proyecto no tiene inconvenientes graves en la parte que afecta a la calle 238, denominada comúnmente calle de los postes, por estar atravesada longitudinalmente por tendidos de alta tensión. En dicha calle los vecinos pusieron reparos a crear un área de aparcamiento central, pretensión que será descartada por los técnicos. Respecto a la calle 133, objeto de las mayores críticas, los técnicos municipales explicaron que no se va a producir una reducción importante de la zona verde que discurre longitudinalmente, pues se desea aprovechar todo lo posible. “Tanto la acera como el carril bici que discurre en la zona verde se adaptarán al arbolado de forma que sean elementos del propio parque”, explicaron los técnicos municipales, que negaron tajantemente que se vaya a ver afectado el arbolado que discurre paralelamente a la vía. No obstante desde el Ayuntamiento se comprometieron a estudiar una reducción del ancho de la calzada de forma que afecte lo menos posible a la zona verde. Una de las medidas que se llevarán a cabo es la reducción del seto central que dividirá los dos sentidos de circulación, siempre contando con informe positivo de Policía Local.
Una vez escuchadas estas modificaciones se acordó dar un plazo de una semana a los vecinos de la calle 133 para que, reunidos en asamblea, ratifiquen el proyecto o aporten nuevas soluciones al mismo, siempre que sean económicamente viables y técnicamente ejecutables.
Fuera del debate quedan otras actuaciones que se realizarán a través de este proyecto, como es la solución de los problemas de recogida de aguas pluviales que afectan a vecinos de la calle 133 y en la parte final de la 238, así como las pantallas acústicas que se va a instalar junto a la carretera Pla del Pou, una antigua reivindicación de los vecinos más próximos a esta vía. Además también se aprovechará para asfaltar y construir aceras en distintos puntos del barrio, como es el caso de los accesos al Instituto que adolecen de aceras para peatones. “Cualquier reducción del proyecto que se efectúe a petición de los vecinos se empleará para asfaltado de calles y reconstrucción de aceras u otras necesidades del barrio”, explicaron los concejales.
Todo el proyecto corre a cargo de la Plan de Inversión Productiva de la Generalitat Valenciana y cuenta con un presupuesto de 2,5 millones de euros. Las obras deben realizarse en un plazo aproximado de cuatro meses.