Parte desde el puerto de Vinaròs Aita Mari, un buque de salvamento marítimo
Con esta singladura da comienzo la novena misión del barco de rescate, la primera del año 2023
El buque de rescate AITA MARI, de la ONG (Salvamento Marítimo Humanitario), se dispone a zarpar este viernes, 10 de febrero por la mañana desde el puerto base de Vinaròs (Castellón) rumbo al Mediterráneo Central. Después de haber pasado algunos meses en puerto, Aita Mari vuelve a navegar. Agradecemos con cariño a la ONG L'Aurora por todo el soporte que ha ofrecido una vez más a lo largo de estos meses, en esta ocasión más alejados de Burriana.
Tras superar la inspección de bandera y recibir la última notificación del Gobierno de España, el buque zarpa para seguir salvando vidas.
Con esta singladura da comienzo la novena misión del barco de rescate, la primera del año 2023. En su anterior misión en Junio del 2022, Aita Mari consiguió rescatar a 113 personas.
SMH reconoce que en los últimos meses las trabas políticas que tratan de impedir esta actividad humanitaria son cada vez más fuertes.
Dentro de esa “campaña política” del Gobierno italiano para detener a los barcos de rescate, la ONG se enfrenta ahora a una posible sanción económica por una causa derivada de una inspección en Palermo el 2020. Mientras el caso se encuentra en periodo de alegaciones, el buque no detiene su labor en el mar porque las muertes en el Mediterráneo continúan cada día. En lo que va de año, 104 personas han perdido la vida en el Mediterráneo Central.
Aita Mari lleva operando en el Mediterráneo desde 2019 y, desde entonces, ha realizado ocho misiones con más de 1.000 vidas salvadas.
Recordemos que, según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, aunque el número de cruces ha disminuido en comparación con el año 2015, son cada vez más frecuentes las travesías con desenlaces fatales. En el año 2021 se registraron alrededor de 3.231 muertes y desapariciones en el mar Mediterráneo y 2.365 en 2022.
La mayoría de estas personas huyen de conflictos, escapan de persecuciones y violencia y son víctimas de violaciones de sus derechos humanos. Necesitan, por lo tanto, de protección internacional.
Agradecemos su colaboración y difusión para que AITA MARI pueda continuar realizando este trabajo que deberían asumir los países implicados. Mientras tanto, continuamos con las labores de rescate, asistencia sanitaria en el campo de refugiados de Vial (Grecia) y con labores de Educación para la Transformación Social, trabajando para evitar que la mayor fosa común de la historia deje de serlo.
