Pallín: "O rearmamos a la sociedad o iremos camino de una república bananera"
Latorre critica el retraso de la justicia en casos como el de Fabra que dura más de diez años y con dos recursos de casación resueltos en el periodo de instrucción
El juez emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín aprovechó ayer su participación en el Foro por la Transparencia y contra la Corrupción, organizado por el PSPV-PSOE, para repasar algunas de las graves deficiencias que presenta el sistema judicial en España para combatir la corrupción. Pallín, que estuvo acompañado del prestigioso abogado penalista Virgilio Latorre y de Jesús García Navarro, socio-director de ACAL, insistió en que “es inútil pretender frenar la corrupción solo con el código penal” aunque ha reconocido que en España “faltan muchos fiscales especializados en cuestiones técnicas como pueden ser los delitos económicos”.
En este sentido, afirmó que en España “podemos hablar más de delincuentes de yates blancos, que no de guantes blancos” y por eso insistió en la necesidad de impulsar mecanismos de control en todos los ámbitos. El sistema político no se libró de sus críticas y recordó que en España una persona que gane 6.000 euros al mes y que lo oculte a la Agencia Tributaria, no comete delito, porque no llega al tope establecido en la Ley para que lo sea, con lo que se queda en una simple infracción administrativa. Por este motivo, consideró del todo injustificado que, con estas medidas, “estemos permitiendo cierta impunidad a personas que cobran 6.000 euros netos al mes” y aprovechó para decir que “si la sociedad permite esto, entonces, es evidente que los culpables somos todos”. En este sentido, advirtió de que “si no tomamos las medidas adecuadas y no rearmamos a la sociedad, corremos el riesgo de dirigirnos hacia una república bananera en la que el Berlusconi de turno pedirá la vez para tomar el control”.
Martín Pallín se refirió al caso Bárcenas y dijo que “podemos no tener nada que objetar a que un señor diga que ha ganado seis millones de euros en una operación de Bolsa, pero sí deberá explicar qué día lo hizo; con qué producto financiero; por qué dio la orden de hacer esa operación; por qué se produjo ese beneficio y si tenía información privilegiada sobre esa operación, porque entonces, la cosa cambia radicalmente”. También hizo referencia a los jueces estrella y dijo que “son una consecuencia de que están rodeados de jueces que se quitan de encima los temas y lo primero que hacen es mirar si son competentes o incompetentes, para determinar si les conviene o no llevar las causas. No quieren estar en el centro de los temas. Uno de los valores principales que debe tener un juez es tener valor y resistir porque sabes que vas a ser atacado”. Ha añadido que “afortunadamente ahora tenemos unos jueces muy buenos, pero yo que viajo bastante, si le cuento a un colega inglés que un chico que acaba derecho puede ser juez con 25 años nos dirá que estamos locos, porque se necesita mucho más que tener buena memoria”.
Por su parte, Virgilio Latorre afirmó que la corrupción “es una cuestión sistémica, transversal y general” y coincidió con Martín Pallín en que “no se trata de solucionar los problemas con el derecho penal”. Debe ser, a su juicio, “implementado con medidas de transparencia y conductas ejemplares en todos los ámbitos”. El abogado apostó por plantear un incremento de los periodos de prescripción, ya que muchos de estos delitos “se producen en la impunidad de un despacho y no tienen proyección externa en las condiciones en las que se desenvuelve la transparencia, lo que hace que en muchas ocasiones los hallazgos son casuales”. También denunció la falta de medios con que cuentan los jueces en casos de corrupción, “con sumarios que pueden llegar a tener más de 80.000 folios”.
Así, puso el ejemplo del caso Gürtel que ha pasado por varios juzgados de la Comunitat Valenciana, Madrid e incluso de Castilla La Mancha y “eso es imposible de asumir. Este peregrinaje es un sinsentido, desnaturaliza el proceso y genera una complejidad innecesaria. Todo es producto por la estrategia que llevan a cabo los acusados. Cuando les interesa dicen que son aforados para que vaya a un órgano superior, cuando no renuncian y así distribuyen a sus anchas algo que no está a su disposición”. También citó el Caso Fabra, con el hecho “insólito de que se han resuelto dos recursos de casación en el periodo de instrucción. A quien se lo cuenten en cualquier país europeo, no se lo creen. Dura diez años y en estos momentos en el caso Fabra ya nadie sabe quién es quién”. El caso Gürtel parece que corre el mismo camino”.
