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Paiporta colabora en 'Museus de l'Horta', agrupación constituida para visualizar y poner en valor el patrimonio cultural de la comarca

Paiporta colabora en 'Museus de l'Horta', agrupación constituida para visualizar y poner en valor el patrimonio cultural de la comarca

    La comunidad museística celebra el Día Internacional de los Museos alrededor del 18 de mayo. El acontecimiento de este año gira en torno al tema 'Museos y Paisajes Culturales', que pone de manifiesto la responsabilidad de los museos con el paisaje del cual formamos parte y cómo pueden contribuir a conservarlo aportando los sus conocimientos y competencias propias.

    Para conmemorar este hito, y como primera acción colaborativa, se ha constituido la agrupación 'Museus de l'Horta' con el objetivo de visualizar y poner en valor el patrimonio cultural de la comarca. Forman parte de esta iniciativa el Museu del Castell de Alaquàs, el Museu del Palmito de Aldaia (MUPA), el Museu de Ceràmica de Manises, el Museu de la Rajoleria de Paiporta, el Museu de Ceràmica de Paterna y el Museu Comarcal de l'Horta Sud Josep Ferrís March. El proyecto, no obstante, está abierto a la adhesión del resto de museos.
    La primera actividad conjunta de 'Museus de l'Horta' consiste en la edición de un folleto dedicado a los paisajes culturales de la comarca en que cada museo destaca un paisaje representativo del patrimonio con el que está más relacionado el propio museo. Porque la misión principal de los museos es velar sobre el patrimonio, ya esté dentro o fuera de sus muros.

    Así, el Museu Comarcal de l'Horta Sud habla del secano a la huerta, la agricultura transformadora del paisaje del secano, partiendo de la almazara de aceite que hay en el museo, que transporta a los paisajes del secano desaparecido, llenos de bancales de olivos, algarrobos y viñas. Las almazaras quedaron obsoletas a principios del siglo XX, cuando la instalación de pozos de aguas subterráneas transformó las tierras del secano en grandes extensiones de huertos de naranjos.

    La temática del Museu de la Rajoleria de Paiporta gira alrededor de las chimeneas como elemento consustancial del paisaje industrial de la comarca. Las chimeneas aparecen a mitad del s. XIX con la incorporación a la industria de la energía de la máquina de vapor. Se asociaban a motores de riego, industrias papeleras, así como fábricas de baldosas, como la del rajolar de Bauset, hoy sede del museo paiportino. Con el paso del tiempos muchas chimeneas, desapegadas de sus edificios originarios, se han quedado como testigos del paisaje industrial al cual pertenecieron.

    Por su parte, el Museu del Castell d'Alaquàs elige el propio edificio como emblema público. De hecho, el Castell ha marcado el paisaje alaquasero a lo largo de la historia, su centralidad, no sólo física o espacial, sino moral y simbólica lo convierte en el eje a partir del cual ha crecido el pueblo de Alaquàs de manera colectiva. Su presencia continúa destacando en el urbanismo de Alaquàs, su majestuosidad anuncia todos los tesoros que alberga, y se abre a la ciudadanía como un espacio de cultura y la paz, gracias a un ambicioso proceso de restauración.

    En el caso del Museu del Palmito de Aldaia, el protagonista es el paisaje representado en los abanicos. Se ha escogido uno del s.XX de Abanicos Pelufo, con el cual comienza el programa 'El palmito del trimestre'. El abanico, con varillaje de nácar calado y burilado, está pintado a doble cara. En una hay la escena de barcas de vela latina surcando la Albufera; y en la otra reproduce el lienzo El Tribunal de las Aguas de Bernardo Ferrandiz, una institución que agrupa las acequias del Túria, como la de Quart-Benàger, que lleva el agua a la huerta de Aldaia a través de la Séquia del Comuner.

    Así mismo, el Museu de Ceràmica de Manises, partiendo de la Casa de la Familia Sierra Royo, dedica su espacio a la cerámica aplicada a la arquitectura. La aplicación de azulejos en las fachadas de las casas ha sido una práctica utilizada desde el siglo XVIII, momento en que se incorporan algunos elementos en zonas puntuales como la parte baja de los balcones o ventanas. Pero es más tarde, a principios del 1900, cuando por un lado la influencia por el modernismo de la burguesía de Valencia y por otra la proximidad de Manises, centro productor de estos elementos cerámicos, el que hace que la práctica se extienda, y se haga popular por poblaciones del territorio de l'Horta y poblados marítimos de Valencia.

    Finalmente, el Museu de Ceràmica de Paterna hace referencia al agua y el barro alrededor del Túria, río históricamente unido al municipio. En su término se encuentran los azudes de las acequias de Moncada, Quart, Tormos, Mislata y Mestalla, que desde la Edad Media configuraron la actual comarca de l'Horta. Acequias que jugaron un gran papel en la actividad cerámica medieval y moderna en Paterna. La Séquia de Moncada suministraba el agua en el barrio de las “olleries majors”, mientras que la de Unsia, permitía el desarrollo del barrio de las “olleries menors”. Pero no hay actividad cerámica sin barro. Los depósitos de arcilla que se acumularon durando miles de años en la ribera del Túria facilitaron la materia prima.
    En definitiva, esta iniciativa de 'Museus de l'Horta' intenta plasmar la vocación natural del museo de ampliar y desplegar las propias actividades en el campo del patrimonio cultural y del paisaje del cual formamos parte.

     

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