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Concluye el III Congreso Nacional del Agua que ha reunido en Orihuela a más de 300 expertos en inundaciones y sequías

Concluye el III Congreso Nacional del Agua que ha reunido en Orihuela a más de 300 expertos en inundaciones y sequías
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    Concluye el III Congreso Nacional del Agua que ha reunido en Orihuela a más de 300 expertos en inundaciones y sequías - (foto 2)

    El III Congreso Nacional del Agua celebrado en Orihuela ha finalizado este viernes tras haber conocido las 37 ponencias y 45 comunicaciones de expertos en los fenómenos extremos inundaciones y sequías.

    El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, clausuraba estas dos jornadas invitando a celebrar el IV congreso también en la ciudad. “Con este congreso vamos a poder crecer y mejorar. Con estas aportaciones habrá cosas con las que estemos más de acuerdo que con otras, pero todas nos van a hacer reflexionar. Creo que estos son los espacios que permiten precisamente poner en valor la objetividad, las conclusiones realmente contrastadas. Espero que el próximo año podamos tener esa cuarta edición y que todas estas conclusiones nos sirvan para llevar a la práctica las obras que tanto necesitamos”, ha resaltado Bascuñana.

    Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Alicante, Carlos Mazón, se dirigía a los asistentes resaltando que estamos en un momento donde es más importante que nunca “el rigor, los buenos argumentos, la sensatez, pero también la reivindicación desde el punto de vista científico. Este Congreso es digno de elogio porque nos llena a todos desde la satisfacción que da el rigor y el hacer bien las cosas. Sabéis que el agua es muy importante para nosotros por lo que todos estamos obligados a poner lo mejor de cada uno para que esa agua, no solamente que nos merecemos, sino que nos da la vida, esté cada día más aprovechada y sea más y mejor reivindicada en nuestra tierra. Desde la Diputación hemos apoyado este congreso y lo vamos a seguir apoyando. Quiero felicitar al Ayuntamiento de Orihuela y dar la enhorabuena por seguir manteniendo viva esa llama del agua que tanto necesitamos y que sin ninguna duda supone otro elemento de unión imprescindible en la provincia de Alicante, en la Vega baja y, especialmente, en Orihuela”.

    Finalmente, Joaquín Melgarejo, director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante, ha dado a conocer unas conclusiones, a modo de pinceladas, de este III Congreso:

    • Primera: El cambio climático incrementa las posibilidades de que la Vega Baja entre en el futuro de fenómenos extremos como inundaciones y sequías. Todas las previsiones apuntan a que el cambio climático provocará la reducción de aportes hídricos de entre 10 y el 50% en el global de las cuencas hidrográficas españolas.
    • Segundo: Los planes de gestión del riesgo de inundación deben contemplar la gestión del riesgo y requiere una acción coordinada de todas las administraciones y el compromiso de la sociedad.
    • Tercero: Superar este escenario de riesgo supone avanzar más allá de las obras estructurales en los cauces fluviales. Necesita acciones con visión integral para potenciar la resistencia y la resiliencia del territorio a partir de una planificación sostenible aplicando infraestructuras verdes, la mejora de los protocolos de gestión de las emergencias, reforzando la educación y los sistemas de comunicación.
    • Cuarto: La gestión de la sequía debe hacerse de forma preventiva desde el enfoque de los riesgos y no centrarse en los momentos de crisis.
    • Quinto: En España la distribución de competencias y la ausencia de una ley estatal sobre riesgo provoca que su gestión se aborde desde diferentes administraciones territoriales y sectoriales que trabajan a diferentes escalas y con diferentes objetivos. Este escenario genera dificultades para una actuación común para la caracterización y tratamiento de los riesgos de inundación.
    • Sexto: Para minimizar el riesgo de sequía es necesario avanzar en medidas de gestión de la demanda en el marco de la gobernanza del agua generando acuerdos entre los usuarios urbanos, industriales y agrícolas.
    • Séptimo: El plan de regeneración de la Vega Baja ‘Vega Baja Renhace’ debe contar con las dotaciones presupuestarias necesarias para acometer la reparación de los daños que ocasionó la inundación de 2019 y la preparación del territorio para disminuir los riesgos de fenómenos extremos futuros.
    • Octavo: Otras herramientas como los mercados del agua no han tenido un desarrollo suficiente puesto que solo se han utilizado en periodos de gran escasez. Tiene gran potencial debido a sus ventajas y escaso desarrollo.
    • Noveno: La última herramienta ante las catástrofes son los seguros agrarios que no cubren el fallido de suministro se debería estudiar un modelo que proporcione más cobertura para los agricultores por su vulnerabilidad a las condiciones climáticas.
    • Décimo: La sequía es un fenómeno temporal que no debe ser abordado de forma coyuntural. Las regiones con menor déficit son más resistentes a la sequía por lo que las medidas de la planificación hidrológica dirigidas atender el déficit inciden en el abordaje de la sequía ya que reducen su frecuencia y, sobre todo, su impacto en los usos y demandas.

    Como conclusiones específicas Melgarejo se ha referido al Trasvase Tajo Segura. La mayor parte del territorio nacional sufre cierto grado de estrés hídrico que en el bajo Segura alcanza el grado de sobreexplotación a pesar de los aportes externos y de uso de recursos no convencionales. Los trasvases son pieza clave e insustituibles en la distribución de recursos en España por motivos económicos, sociales y ambientales. Su buen funcionamiento tropieza con problemas de tipo institucional y, fundamentalmente, de tipo político. En España tenemos en funcionamiento más de 15 trasvases y solo se pone en cuestión el Trasvase Tajo-Segura y también el Júcar-Vinalopó.

    El Trasvase Tajo-Segura es una infraestructura estratégica de extraordinaria importancia fruto de una política de ordenación del territorio impulsada por el Estado que ha permitido el desarrollo de los territorios que abastece y un crecimiento notable del sector agrícola. En las tres provincias que cubren el Trasvase Tajo-Segura: Almería, Murcia y Alicante, riega 87.000 hectáreas, aporta al PIB más de 3.000 millones de euros, impacto directo e indirecto e inducido, de los que más de la mitad proviene de la agricultura y genera más de 105.000 empleos. Además, los territorios del Trasvase Tajo-Segura concentran más de la mitad de las exportaciones nacionales de productos hortofrutícolas.

    Otra conclusión extraordinariamente importante es que en el Río Segura no se revertirá su sobreexplotación ni sumando recursos no convencionales a su capacidad actual incluyendo la gestión de la demanda, es decir, el Trasvase Tajo-Segura es insustituible, es imprescindible, es necesario; el trasvase es vital para cubrir las necesidades hídricas del sureste español, pero no ha sido suficiente para acabar con el déficit la demanda de recursos hídricos va por delante de la oferta disponible. Las aportaciones de la desalinización previstas para 2027 es de 404 hectómetros cúbicos cifra que difícilmente se alcanzará por los elevados costes de estos recursos para los usos agrarios. Con estas aportaciones no se podrían cubrir los caudales que llegan del trasvase Tajo Segura y habría que pensar en una ampliación de las desalinizadoras. Las aguas del Trasvase Tajo-Segura también contribuyen a mantener los niveles de boro equilibrados, como sabemos que es un problema con respecto a la calidad de la producción agraria. La inseguridad sobre suministro de recursos hídricos obstaculiza el crecimiento económico de la Cuenca del Segura, además el desfase entre oferta y demanda de agua vulnera la sostenibilidad del regadío generando impacto económico, medioambiental, social e institucional.

    Por último, la planificación y gestión de las situaciones de escasez de agua y sequía, la reducción del consumo de agua, las limitaciones que pueden imponerse en relación con su uso y los trasvases de agua que se pueden imponer o eliminar tienen una grave incidencia en el desarrollo económico, social y urbanístico de un territorio, en especial, de la provincia de Alicante.

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