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Por Ángel Padilla
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Reunión de mitos del heavy metal en castellano en la sala Copérnico de Madrid

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    El pasado 3 de diciembre, en la sala Copérnico de Madrid, se produjo una conflagración, el aquelarre musical de un Concierto de relevante importancia. La Sala Copérnico anunciaba así el concierto: "La voz del heavy metal Argentino Alberto Zamarbide (V8, Logos, Primal) estará este 3 de diciembre haciendo un repaso a toda su carrera y junto a ellos los segovianos Lujuria."

    Pero hubo más. Y de ahí la importancia de recoger tales hechos en esta noticia. En tal concierto estuvieron también dos gigantas del metal argentino: Leonor Marchesi (cantante de Santa en el álbum "Templario", antes de ello fundadora e integrante de Púrpura, y más tarde en el tiempo cantante en Onliryca); y Silvia Gers (extraordinaria cantautora, y una de las integrantes de la primera banda femenina de heavy metal en Argentina, Las Brujas); además de que Chino Banzai (¿quién no conoce la multiversionada canción "Voy a tu ciudad"?) se unió, generosamente, a la fiesta musical.

    Para recoger las impresiones de estas glorias del rock metal, nos pusimos en contacto directo con ellas y ellos, quienes nos han dado testimonio de la noche de guitarras y voces ancestrales y motivadoras, de la épica que Copérnico reunió ese 3 de diciembre que quedará para los anales de la historia musical, que al fin y al cabo vertebra en lo más profundo toda la historia de lo humano desde nuestro inicio.

    La música heavy metal, entre otras cosas cualidades que atesora, da continuidad a la épica que nutre nuestro acervo. Si en Shakespeare tenemos quizá al más grave poeta conocido, en Homero encontramos al generador de la épica más pura y dura. Los conciertos de heavy metal dan cuenta de batallas (simbólicas, del alma; el heavy es un movimiento pacífico y pacifista); las canciones del heavy rock en general son adrenalina para la sangre, esperanza para el afligido. En la rebeldía de la música metal hay una noticia de alegría: podemos cambiar el mundo si nos ponemos a ello, sobre todo y primero, podemos hallar, hallarnos, reconocer en las otras y los otros a uno mismo, cuando se está perdido. Como en aquella tribu africana que cuando un miembro de la comunidad se enreda en problemas y "se pierde", todos los demás le cantan "su canción", que le fue cantada al nacer y le será cantada siempre que sea necesario, para que se recuerde. Todos tenemos una música que nos guía, y alegra, y levanta.

    Patricio Japón, locutor de radio y conductor del programa "Zona del metal" en Ágora Sol Radio, así resumió el concierto: "Los placeres que te da la vida y a quienes amamos tanto este bello arte que es el Bendito heavy metal, gran noche vivida disfrutando del gran Beto Zamarbide, Oscar Sancho Rubio, Leonor Marchesi, Silvia Gers, Chino Banzai y de un elenco de buenos musicazos que les acompañaron. Muy buen sitio la Sala Copérnico y buena organización. Enhorabuena Ritual Metal Rock y Sangre Sur Rock a todos los que han puesto su trabajo y dedicación por este pedazo de bolo que habéis realizado."

    Antes de un concierto de metal uno siente que se va a dar comienzo a una batalla y es así. La del alma, la de la esperanza contra el desánimo y la de la cólera de la Alegría (eco de "la cólera de Aquiles") contra la desidia.

    A continuación nos hablarán algunos de los músicos que tocaron ese 3 de diciembre en Copérnico. A petición nuestra nos cuentan sus impresiones de esa noche, y la fuerza que los mueve para seguir en lo alto alzando la bandera de una de las músicas más seguidas por gigantescas minorías y más complicadas de llevar a cabo, me refiero a mantener una banda, una avanzadilla constante de guitarras, tambores y cánticos, largos años en el tiempo, como los protagonistas, notables, que ahora nos cuentan su historia.

    Fragmento de la Ilíada (del Canto II, Catálogo de naves):

    "Cual se columbra desde lejos el resplandor de un incendio, cuando el voraz fuego se propaga por vasta selva en la cumbre de un monte, así el brillo de las broncíneas armaduras de los que se ponían en marcha llegaba al cielo a través del éter.

    De la suerte que las alígeras aves -gansos, grullas o cisnes cuellilargos- se posan en numerosas bandadas y chillando en la asiática pradera, cerca del río Caístro, vuelan acá y allá ufanas de sus alas, y el campo resuena, de esta manera las numerosas huestes afluían de las naves y tiendas a la llanura escamandria y la tierra retumbaba horriblemente bajo los pies de los guerreros y de los caballos. Y los que en el florido prado escamandrio llegaron a juntarse fueron innumerables; tantos cuantas son las hojas y flores que en la primavera nacen."

    ÓSCAR SANCHO (LUJURIA)

    "No importa el grupo, importa el movimiento. Esta frase no es mía. Es de Beto Zamarbide. Con Beto viajaba Pocho Metálica. Pocho, siendo un adolescente (ahora atesora medio sigo de sabiduría) fundó en Argentina las Brigadas Metálicas. Le pregunté qué eran, en qué consistían y él me dijo: " Solo éramos unos pibes que íbamos a los conciertos a hacer el aguante". Ese era su sueño, apoyar a los grupos, hacer el aguante. Empezar el movimiento. Hoy Pocho arma conciertos, acompaña a grupos como ha hecho esta vez con Beto y sigue viviendo el Metal como el primer día. Todo eso es lo que quería mamar de ellos. La fe en el movimiento, la fuerza para el aguante.

    La movida la montaba Sangre Sur Rock con Juankar Carchi y Paul al frente, dos hermanos ecuatorianos. Esto empezaba a ser una auténtica hermandad latina y española. También estaba "haciendo el aguante" Lucho, de la banda Percutor, un ecuatoriano afincado en España. Lucho nos dejó el ampli para que pudiera tocar Silvia Gers. Porque esto iba de poner muchas cosas en la mesa. Frente a quien crítica la inmigración y quiere echarles de España, el metal mostrando unidad. Frente al machismo, mujeres. Y Silvia Gers fue de la partida. Ella es argentina, fue guitarrista de la primera banda de mujeres en esa Argentina que se desperezaba de una dictadura, las Brujas era el nombre, nada menos. Las nietas de aquellas que la Inquisición ni pudo quemar. También fue de la partida Leonor Marchesi, impresionante vocalista argentina. Ella triunfó en su Argentina natal con Púrpura y llegó a España para ser la cantante de Santa en su tercer trabajo, "Templario". Otra mujer. Era necesario. En una sociedad que convive con la cultura de la violación y se rasgan las vestiduras si se lo recuerdas, dos mujeres empoderadas daban sentido a esta fiesta por la hermandad, la igualdad y el respeto. Y hablando de respeto, el Chino tenía que estar. 50 años de carrera le avalan. Y nos dejó otra lección para todas y todos: "Y no me hago una mía, me hago una de Manzano". José Antonio Manzano fallecía el 31 de marzo del 2019 (para algunos aún nos parece que fue ayer) y fue quien ocupó el puesto del Chino en Banzai. Podría el Chino tener algún rencor hacia el... pero no. Le rindió homenaje.

    Los días previos, incluso los meses previos, todo eran reuniones a través de las plataformas que nos permitían vernos, planearlo, "armar el kilombo, loco" y todo eran nuestras de por dónde queremos caminar. Cómo premiar con pases VIP no a quien pague más como está de moda ahora dividiendo al público de los conciertos en corrales en virtud de su poder adquisitivo, no. Todas las entradas valían lo mismo y quien la comprase una semana antes entraba en el sorteo. Ya sabrás la razón, era el premio al "aguante".

    Cuando llegó el día se me pasó volando. Lo estoy saboreando ahora. El sábado todo eran nervios porque todo saliera perfecto, abrazos a los hermanos de la banda del Beto (Pol, Emiliano y Esteban, hermano de Beto) atender a los invitados de Lujuria. Morir en el escenario. Por la gente. Por nuestra gente. Por el movimiento. Por el metal.

    ¿De dónde salen las fuerzas? Del mismo movimiento, de esa hermandad, de esa unidad. Hay bandas que solo pretenden ser más y más grandes. Elefantes. A nosotros nos gusta ser hormigas. Muchas hormigas. Una marabunta. Cuando la marabunta se mueve, se comen en segundos a los elefantes. Esa es y será siempre nuestra fuerza y eso celebrábamos el 3 de diciembre. La Marabunta. Una marabunta donde no importaba de qué país venías o cuál era tu género. Solo importaba avanzar... Y devoramos la puta Copérnico."

    SILVIA GERS (CANTAUTORA, EX INTEGRANTE "LAS BRUJAS")

    "Dicen que la unión hace la fuerza, y cuando esa unión es llevada a cabo por mujeres y hombres hermanados por la música, la esperanza y la lucha es incluso más poderosa.

    Reencontrarme con Leonor y Beto, conocer personalmente a Oscar con quien veníamos hablando desde hace tiempo fue algo muy bello y especial, su generosidad para conmigo al invitarme a participar de este tremendo concierto tocando con Lujuria, en fin... no tengo más que palabras de agradecimiento y felicidad.

    Siempre que me preguntan qué es para mí la música digo que es la sangre que corre por mis venas, y el sábado fue un torrente sanguíneo revuelto y desbordado que bañó a todo el público.

    Cada día me despierto con una ilusión renovada, una esperanza genuina de que podemos entre todos y todas hacer un mundo mejor, a través de pequeñas acciones, y en mi caso utilizando como herramienta la música. Tenemos que poder volver a nuestro eje amoroso, una introspección verdadera para conectarnos con lo mejor de cada uno/a y exteriorizarlo a fin de lograr un cambio real en la humanidad."

    CHINO (BANZAI)

    "Para mí fue una noche fantástica, no conocía a Beto personalmente, y me pareció un cantante tremendo, con unos temazos que son verdaderos himnos. Me hizo ilusión volver a ver a Leonor, nos une una gran amistad de muchos años, y siempre coincidimos en eventos reivindicativos y demás. También molo mucho Silvia, es una guitarrista súper. Saludé a muchos amigos que hacía tiempo que no veía, y me hice muchas fotos con mi gente y seguidores. También me pidieron un saludo para el Templo del Metal, en Santa Fe (Argentina) y pude felicitar a Pol, que tocó la batería maravillosamente con Zamarbide, también es amiguete y compañero de conciertos. Estaban también dos de mis compañeros de banda, Ismael Filteau y Juan Diego Morris. Y sobre todo poder cantar con mi hermano Óscar Sancho y su fantástica banda Lujuria, un grupazo con himnos del heavy Metal español que ya forman parte de nuestra historia.

    El que me llamara Óscar para esta ocasión, sabiendo que pasó una mala racha, con la lucha que llevamos, por la enfermedad de mi mujer, es lo que me da fuerza para seguir en el Rock&Roll: ese cariño y esa unión y hermandad, que existe entre nosotros, esa es la verdadera razón de seguir adelante, y también el cariño de mis seguidores y amigos."

    LEONOR MARCHESI (SANTA, PÚRPURA, ONLIRYCA)

    "La noche del 3 de diciembre del 2022 fue memorable. Muy emotiva y mágica. Para mí fue como entrar en un camino repleto de recuerdos y proyección energéticamente musical. La invitación a participar de este gran evento fue dada de la mano de mi querido y admirado Óscar Sancho, compartiendo un temazo junto a su banda Lujuria Son maravillosos músicos y personas geniales.

    La fiesta recibimiento a Beto Zamarbide fue un éxito total. Además, reencontrarme con él fue un flash que nos transportó a una parte de nuestras historias y nuestros difíciles comienzos en Argentina. Una época que convivimos con la dictadura militar hasta que llegó la ansiada democracia.

    Compartir escenario con Zamarbide y los músicos de ambas bandas ha sido un honor inmenso. Así como ver a Silvia Gers en acción! Fue un lujazo enorme. Ella es una de las grandes guitarras rock que tenemos por aquí. Y qué decir de escuchar al gran Chino Banzai!, fue impresionante!

    La organización del evento como el lugar Sala Copérnico fue perfecta! Público, prensa y fotógrafos, una pasada de onda y cariño.

    La despedida a Beto Zamarbide y su productor Pocho Metálica fue dado con un fuerte abrazo que perdurará en nuestro corazón. El abrazo a los Lujuria y a todos los talentosísimos músicos que ahí estaban reafirma la unidad y hermandad entre nosotros. España y Argentina unida en un grito de libertad amor y cercanía artística. Gracias por todo lo vivido!"

    BETO ZAMARBIDE (V8, LOGOS, PRIMAL)

    "La noche del 3 de diciembre 2022.

    Y nos hizo falta una noche más para demostrar que la verdadera vida es sueño… que las restricciones y limitaciones no tienen más poder que el de fortalecer nuestros deseos…Y experimentamos en tiempo real, el poder del lenguaje… desde el épico Poema del Mio, hasta la visceral rima del Camarón…

    El español, una de nuestras más acabadas formas de expresión y la cultura hispana, se encontraron esa noche del 3 de diciembre en la Madrid del Calderón, con la llama eternamente encendida del heavy metal y su hermandad.

    Estuvo allí presente un orden universal de movimiento impulsado desde el corazón; de manera totalmente natural y orgánica los organizadores locales de Sangre Sur Rock, junto a Hurling Metal trabajaron durísimo para lograr este encuentro y nada menos que Óscar Sancho de Lujuria ofrece ser el anfitrión. No solamente compartiendo su equipo, sino convocando por todo medio posible a disfrutar una noche de Heavy Metal muy caliente!

    Cada vez que se abría la pesada puerta del Copérnico, aparecían todos los convocados, Leonor Marchesi, Silvia Gers, Chino Banzai, quienes encontraron un único escenario en el que nos fundimos todos a una! Y ya nada nos pudo detener, ni el frío, ni la lluvia, ni el mundial, literalmente no nos importó más nada y todos los que nos acercamos a ese fuego gozamos una experiencia inolvidable!

    ¿Cuál es nuestro motor? El que nos impulsa, el que nos mueve, el que nos sacude, nos empuja… creo que todos estaremos de acuerdo que todo corazón, sin energía, es un órgano muerto… considero que ese corazón de metal, fue el principal protagonista de la velada y que tuvo un lugar central, primordial y fundamental esa noche. ¿Cómo lo movemos?

    Bien, tal vez pocos eventos como el que vivimos el 3 de diciembre para demostrar en forma empírica que la fusión entre lo que sucede abajo y arriba de las tablas, genera una fuerza salvaje, un poder brutal e incontenible. Al menos así lo vivimos los que estuvimos allí. A medida que el concierto avanza, lo percibes con mayor intensidad, como tu cuerpo se retroalimenta generando en modo sinergia, una única frecuencia que es como un puño! Sientes que tu cuerpo explota de adrenalina para transformarte en un ser orgánico-dopaminico! Es difícil de explicar con palabras porque a pesar de la riqueza de nuestro lenguaje, es una sensación que nos cuesta describir. Es una verdadera experiencia primal donde el intelecto se rinde ante la maravilla de lo natural y espontáneo!

    Pero, sinceramente, no todas nuestras noches son como la del 3 de diciembre… entonces esas emociones no debemos olvidarlas, todo lo contrario, debemos guardarlas como tesoros en el alma y recordar el consejo del sabio de la tribu… del abuelo leonés (en mi caso) ...y para los que no tuvieron esa bendición del buen consejo, anímense, no dejen que la bestia mine vuestras fuerzas, que les importe un carajo los comentarios de perdedores sin rumbo! Tampoco intenten en forma artificial, sintética, emular una experiencia que sólo la maravillosa naturaleza de nuestra creación nos ha regalado y de jamón! Y nunca, nunca, nunca jamás se rindan!"

    EPÍLOGO

    Los griegos no tuvieron "libros sagrados" que registrasen las pasiones y decursos profundos de su historia, pero los niños griegos aprendían en la escuela la Iliada y la Odisea y en los festivales importantes se recitaban a viva voz los poemas de Homero.

    Mi generación -yo nací en el 1970- lo tenía complicado por muchas cosas (¿qué generación no lo tiene?). Pero nosotros tuvimos, como esos niños griegos, referentes épicos en quienes espejarnos, buscar ejemplo y consagrarnos con libérrimos cantos de épicas letras. Para muchas más personas de la que la gente cree, el heavy metal ha sido y es su "religión" del corazón. El heavy metal recuerda cuando éramos libres -y nos lo sigue haciendo sentir-, no por casualidad es una música considerada por los neófitos "salvaje". Sus bandas y canciones nos recuerdan un tiempo en que éramos unidad, éramos tribu ("salvaje", hoy, no es un insulto como quieren hacernos creer, es algo a lo que volver, necesariamente). Un tiempo que aún existe en el fondo de nuestro pecho, y que se enciende amplio gracias a los héroes y héroas que pergeñaron "nuestra canción" de vida.

    Aquel tiempo. De cuando sonaban los tambores fuerte, y sabíamos quiénes éramos.

    (La mayor parte de las fotografías que retratan este artículo están firmadas por el maestro Oscar Ortiz.)

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