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Por Marcos Masó
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Crónica Mayo 2014

    Andamos casi todos inmersos en la fiesta preelectoral de las Europeas, según algunos, el sondeo para encarar las cercanas elecciones autonómicas, nacionales y municipales. Algún partido como es el caso del PP local, inició la carrera preelectoral con cierta antelación, y el PSOE anda convenciéndonos para un cambio; un cambio que pasa necesariamente por una mayor implicación de los ciudadanos en el ambiente municipal, exigiendo eficacia y esfuerzo a quienes ostentamos cargos públicos.

    Unos y otros, nos hablan de nuestro futuro cuando la realidad más inmediata nos da datos como que en España, -por cada puesto trabajo existen 115 parados-. ¿Es preciso recordar aquel eslogan, PP igual a trabajo?

    En este sentido y partiendo de los escasos recursos de que disponemos, y teniendo presente que la alcaldesa desde muy recién llegada al consistorio, me hizo saber que no iba a contar con ninguna iniciativa llegada desde AIPL’A, “porque no necesitaba este voto para nada, ya que contaba con la mayoría de los votos necesarios…”, no cesaremos en nuestro empeño de conseguir ciertos irrenunciables objetivos. Seguiremos reclamando el consenso necesario que exige la grave situación de crisis que estamos padeciendo y que de un tiempo a esta parte se visualiza con cierta virulencia en nuestro entorno más cercano a través de la pérdida constante y progresiva de tejido productivo. A fecha de hoy la evolución de la tasa de desempleo local nos conduce a los peores momentos que los ciudadanos de nuestro pueblo puedan recordar, por ello propusimos al resto de la corporación varias iniciativas como por ejemplo, la bolsa de trabajo y la creación de la mesa por el empleo a fin de poder estudiar medidas que en lo posible y dentro de las posibilidades legales del propio ayuntamiento, fuesen dirigidas a aliviar la actual situación. Convencidos de que si se desterraran determinadas estrategias partidistas y propagandísticas, conformaríamos alternativas que de buen seguro contribuirán a mitigar en la medida de lo posible las consecuencias más perversas respecto a los que de forma inmediata y directa la padecen, los trabajadores y vecinos nuestros que han perdido sus empleos, incluso en algunos casos privándoles de la posibilidad de percibir las correspondientes indemnizaciones previstas legalmente para estas contingencias o dilatando su cobro por posibles insolvencias, asumidas en parte por Organismos como el Fondo de Garantía Salarial y del cual cabría decir sin riesgo a equivocarnos respecto a su diagnóstico, que actualmente padece de “colitis crónica”, corriendo incluso el riesgo si esto continua en esta dinámica, a morir por inanición.

    Para nosotros es esencial que los alcorinos diferencien con claridad a un partido como AIPL’A del resto de los partidos con representación en nuestro consistorio. Es esencial separar los conceptos de “soledad” y de “individualidad”. En la individualidad se reconoce la cualidad de en este caso un grupo de personas, la aptitud del individuo; en cambio la soledad sólo es la ausencia de compañía y por eso el poder, que teme a la libertad y no cree en ella, intenta desde la partitocracia de las grandes siglas, destruir las individualidades. Esta malevolencia hacia nuestra individualidad concita que ante la opinión pública los socialistas quieran ligar a AIPL’A con el PP y los populares hagan lo propio colocándonos junto al PSOE, y esta manera de proceder es solo la consecuencia de sus temores, en un momento como el actual, en que la indignación ante la clase política, ha hecho que miles de ciudadanos se reúnan ante nuevas siglas de nuevos partidos con un único fin, acabar con la bicefalia y el caudillaje de PP y/o PSOE.

    En los últimos tres años de gobierno municipal popular, nuestro pueblo ha dedicado un insuficiente presupuesto al mantenimiento de servicios públicos, y ha presumido una vez y otra del ahorro en el gasto público. La cosa no tiene secretos, ahorro los primeros tres años de mandato para gastar ingentemente en el último año, que es el año de las elecciones municipales, confiando firmemente, en la falta de memoria de los ciudadanos.

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