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Por J. P. Enrique
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No con mi silencio / Las libertades con la marcha atrás puesta

    Hace años un dictador alemán cometió atrocidades contra los judíos. De aquel horror nadie se olvida porque miles de libros, cientos de películas, reportajes, museos e informativos nos lo recuerdan continuamente. Fue un genocidio sin paliativos. Por si alguien se atreve a cuestionarlo hay leyes, en Israel y en muchos países, prohibiendo la negación  del holocausto y la exaltación de Hitler. Curiosamente no hay leyes  que castiguen con la misma dureza los horrores cometidos por otros dictadores. Aquí mismo sucede con la dictadura franquista. Sigue estando implantada en la sociedad y hasta forma parte de cuerpos policiales  encargados de preservar la ley y mantener el orden. Se les trata con guantes de seda.

    Curiosamente el pueblo judío, que recuerda a las nuevas generaciones de todo el mundo sus sufrimientos, ha pasado a convertirse en verdugo para cometer, con impunidad, atrocidades contra el pueblo palestino. Y eso sucede con mayor énfasis desde que coinciden un gobierno de extrema derecha en Israel y otro en EEUU.

    Saltándose todas las resoluciones de la ONU Israel se ríe  como se ha reído siempre de los organismos internacionales sin que ello tenga consecuencias.

    Llevan años asentando colonos en Cisjordana derribando viviendas palestinas. Aplican la tortura y disponen de un arsenal nuclear. Nadie les acusa.

     El gobierno de Israel se ceba con  especial dureza  en la franja de Gaza. Allí mantiene bloqueadas, desde hace diez años, a dos millones de personas tras tres guerras en las que destruyó instalaciones eléctricas, reservas de agua (el 95% no es hoy apta para el consumo), hospitales, escuelas y depuradoras.  Los gazatíes no pueden pescar ni siquiera  bañarse en su mar. No se les permite salir y entrar allí lo que los israelitas no quieren que entre. La potencia ocupante se lo prohíbe casi todo y esa potencia olvida, como debería, ocuparse de la salud, la educación y el trabajo de sus habitantes. Prohíben hasta la entrada de cemento o tuberías con la excusa de que pueden ser usadas como armas contra ellos.

    Hoy Gaza solo puede usar, bajo mínimos, la única central eléctrica que posee. Solo da para cuatro horas de luz al día, con las consecuencias que ello tiene para fabricar productos o para operar en los hospitales.

    El mar de la franja es una gran cloaca pestilente  que ya ha producido daños medioambientales irreparables, inservible para el baño y para la pesca. No hay trabajo ni posibilidades de emigrar. Los palestinos de Gaza y de los campos de refugiados de Jordania, Líbano, Cisjordania y Siria dependen únicamente de la ayuda internacional de  UNRWA, la agencia de la ONU para refugiados palestinos. Una ayuda que Trump acaba de cortar, algo que se une a su decisión unilateral de considerar, en contra de los acuerdos internacionales, a Jerusalén como capital de Israel.

    La crisis humanitaria de Gaza está ahí, con el mismo silencio del de los alemanes que callaban ante el genocidio judío. Un silencio que mata. Avergüenza que la Europa de los derechos  humanos calle ante lo que ve y  hasta permita que el pueblo que fue víctima y que hoy es verdugo  tenga hasta el privilegio de  participar  en el Festival de Eurovisión y en  la copa de Europa de futbol, sin ser un país europeo.

    No sucede todo por casualidad, detrás hay un plan para construir el Gran Israel. Detrás está la desestabilización de Siria y Líbano. Los papeles de Wikileaks ha sacado a la luz lo que se decían Tel Aviv y Washington: el  plan es “mantener a la economía de Gaza en el nivel más bajo posible, al borde de la crisis humanitaria.”

    Lo que allí sucede, a pesar de que son nuestros vecinos, es muy grave y no es noticia como debería serlo. La noticia es Corea del Norte, Siria, Venezuela e Irán. De allí nos cuentan todo lo malo sabido y por saber. El lobby judío se ocupa de tocar las teclas necesarias para silenciar lo que están haciendo.

     Yo no puedo hacer otra cosa que poner mi voz  para denunciarlo y ayudar económicamente  a la UNRWA.

    LAS LIBERTADES CON LA MARCHA ATRÁS PUESTA

    Además del deterioro social y de la desigualdad creciente, vivimos tiempos de retroceso de libertades. Parece que la bandera de la libertad ya no es necesaria al menos como lo era en los tiempos del comunismo. Prima el orden (un orden) e imponen sus principios  determinados grupos. El respeto a  las minorías ya no está en la agenda. La democracia se está devaluando.

    Tras las restricciones a la libertad de manifestación, asistimos  a denuncias por expresar una opinión, a la censura de una exposición plástica y a la condena por un fotomontaje.

    A esto último me voy a referir: Como es sabido un joven jornalero acaba de ser condenado   a pagar una multa por cambiar el rostro de Cristo de una imagen por el suyo. La sentencia se apoya en una ley  sobre ofensas a los sentimientos religiosos.

    Es una ley que encaja con leyes islamistas que prohíben ofender a la religión y  representar a sus dioses. Unas leyes, al igual que la nuestra, que parece venir de unos tiempos  que creíamos superados.

    ¿Cómo puede amparar el derecho que una persona se sienta ofendida? El sentirse ofendido es algo muy personal. Alguien puede sentirse ofendido por cualquier motivo. Castigar eso es amparar una determinada moral. Por ese camino cualquier día, alguien puede sentirse ofendido porque un domingo yo vista con chándal y me vaya a pasear por el Clot en lugar de asistir a un acto religioso. ¿Podrá denunciarme y un juez multarme o meterme en la cárcel cundo otra persona se sienta ofendida porque yo actúe según mis principios y mi libertad?  ¿Dónde vamos por ese camino? 

    HAY DOS SOCIALISMOS

    Unos que abrazan el neoliberalismo hablando de socialismo y otros que sueñan con otra sociedad más justa.  Al primero pertenecen F. González, S. Diaz, Narcís Serra, A.Guerra, Corcuera, P. Sánchez, Zapatero y un largo etcétera. Los primeros, diciendo lo que quieren oír los segundos captan sus votos y a partir de ahí comparten mesa con millonarios y se instalan en sillones bien retribuidos sea en Cajas u organismos públicos. Como ha pasado en Alemania, a Sánchez le veremos formando  gobierno con M. Rajoy si se dan las circunstancias para ello.

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    comentarios 4 comentarios
    Vigorhumus
    Vigorhumus
    16/02/2018 01:02
    Sr. JPE

    No me ha entendido exactamente. Yo no he dicho que en los bares haya dos espacios, uno para fumadores y otro para no fumadores. Me refería a que cada local tenga la libertad de poder elegir si se puede fumar o no. De esa forma los clientes pueden elegir entre un local libre de humo o un local donde se pueda fumar. En Suiza por ejemplo, los hoteles suelen tener un local habilitado para fumadores dentro del mismo hotel. En Alemania en los locales donde no se sirve comida y la entrada está prohibida a menores (aquí muy conocido por PUB) se puede fumar libremente. Hay restaurantes que permiten fumar a partir del momento que se han acabado las comidas (de todos los comensales) y se puede hacer la sobremesa fumando. En Noruega no sirven bebidas alcoholicas antes de las 12 del mediodía pero te habilitan un espacio para que puedas fumar a cualquier hora. Está claro que aquí en España a la hora de prohibir (restringir libertades) somos punteros.

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