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Opiniones sobre el complejo proceso jurídico

    La decisión tomada por el Tribunal de un Land alemán, por la que autoriza la entrega del expresident Carles Puigdemont por malversación, pero la niega por el “delito de Rebelión”, ha desatado de inmediato la ofensiva propagandista de los imputados de Rebelión en la cárcel, y el desasosiego de otros.

    Yo ya advertía, en mi anterior artículo: “La importancia del dialogo y de las sentencias”, que iba a llegar el momento de que las actuaciones del Juez Pablo Llarena, al finalizar la instrucción del “Proces” suspendiendo de diputados a Puigdemont y otros cuatro diputados, así como la negativa del Tribunal alemán de devolver a Puigdemont a la justicia española por el delito de Rebelión, iban a producir tensiones y confrontaciones durante todo este periodo de tiempo que medie hasta la culminación del juicio y la proclamación de las sentencias que dicten los Magistrados del Tribunal Supremo. Que tienen que ser, en mi opinión, inevitables e innegociables, caiga quien caiga.

    Y que íbamos a vivir tensiones - que mejor no se dieran – que incluso entorpecieran las reuniones políticas entre el Gobierno y el Govern.

    Ya estamos en ello, aunque tampoco sea el momento de perder la calma, ante el complicado proceso jurídico, que ha creado la decisión del Tribunal del Land alemán, y constatar en qué sentido evoluciona este conflicto jurídico.

    En primer lugar, porque hay que responder a la “algarada” de los abogados de los procesados por Rebelión que ya exigen la libertad de todos los presos sin base jurídica real que lo haga posible, y como letrados conocen suficientemente, aunque probablemente volverán a pedir la libertad de los políticos ante la Sala del Tribunal Supremo que los ha de enjuiciar. Ya que la manipulación de este Tribunal alemán, ha sido evidente: “Porque no ha absuelto a nadie de ningún delito”, y ni tan siquiera ha hecho inviable la acusación de Rebelión al resto de los acusados.

    Y digan lo que digan los abogados defensores, - porque el recurso a falsedades por los letrados, no es un delito - así como las manifestaciones de Puigdemont y Torra entre otros. Hay que defender conforme al derecho de la Unión Europea, que corresponde a los Tribunales españoles juzgar estos hechos, y  a los alemanes, simplemente les corresponde pronunciarse sobre la entrega de un “Prófugo” conforme a ese mismo derecho.

    Y sin que yo tenga – ni mucho menos conocimientos jurídicos – el cumplimiento de la Orden Europea de Detención, impone un sistema de entrega estrictamente judicial. Y no cabe – incluso para ignorantes como yo- que quien decide la entrega del fugado a la justicia, prejuzgue el asunto y decida juzgarlo. Y es, por lo que yo creo, que esa decisión, no encaje perfectamente con la norma Europea.

    El panorama creado hoy, y que es de obligada actualidad, es el que estamos discutiendo sobre lo bien ó lo mal fundada que está basada esta resolución judicial alemana. Y en gran medida, ante un debate jurídico frente a crisis diplomáticas, por el que además se tiene preestablecido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, al que puede acudir el Juez español por vía prejudicial, aunque no sea sencillo, - me imagino -. Pero también que el Gobierno si considera que otro Estado miembro, incumple sus obligaciones – y este es el caso – interviniese ya que la decisión del Tribunal del Land alemán, es una violación de uno de los pilares de nuestro Estado de Derecho, como es el Sistema Judicial de nuestro país.  

    Yo no tengo una idea clara, de cómo va a desarrollarse este “Embrollo jurídico”, pero desde mi sentido común, creo que el Juez Pablo Llarena, no va a renunciar que todos los trabajos de instrucción que ha realizado durante más de ocho meses, vayan a tirarse a la basura, por la actuación indebida del Tribunal de un Land de Alemania, que no tiene, ni la más remota idea de lo que ha sucedido en Cataluña, y que además, no tiene capacidad jurídica para decidir que a Puigdemont no se le puede imputar el delito de Rebelión, y por ese delito, no lo devuelve a la justicia española.

    Pero esa “torpe e inadmisible decisión”, de que las acusaciones contra Puigdemont no son equivalentes al delito de alta traición y la perturbación del orden público según la ley alemana. Permite algún planteamiento: “Que la secesión, con ó sin violencia dirigida por la Presidencia de un Land alemán, no constituye delito en Alemania”. Amí me parece que si, y que sería el mismo delito por el que están procesados los líderes del anterior Govern, por sus actuaciones ilegales.

    La evolución de este complejo proceso judicial, va a tener – como ya se está comprobando – la reacción del independentismo exigiendo la libertad de los presos y acusando al Estado de tener presos políticos.

    Y por el lado judicial, yo creo que se irán viendo las decisiones del Juez Llarena, para actuar a favor de que persista el delito de Rebelión de Puigdemont, y el inicio del mismo en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo durante el juicio que se realizara a los procesados por los presuntos delitos de Rebelión, malversación y otros.

    Decisiones que según algunos juristas, ninguna es buena. Porque una es  que se acepte la entrega en las condiciones acordadas por él, Tribunal alemán, y juzgarle solo por malversación. Y la otra es dejarle a Puigdemont en Alemania, con la expectativa de que en algún momento entre a España y sr le pueda detener í cambie de residencia a otro país y se reactive la “Euro- orden”, con más éxito.

    Yo espero y confio en que la decisión del Juez Llarena, sea la más acertada, con total independencia de la opinión de otros juristas y de las peticiones de libertad a la que van a recurrir los abogados de la defensa.

    Y durante este periodo de agitadas tensiones y confrontaciones, yo espero y confio, que desde el poder judicial y el Gobierno de España, no cedan ni un poder, ni otro, ni una micra en las posiciones Constitucionales y de justicia.

    Porque hay una realidad, que es necesario recordarla en este país, al margen de la voluntad y la capacidad de negociar y acordar la convivencia institucional del Gobierno y de Pedro Sánchez, con el Govern, y es  que: “La solución política de la crisis de Cataluña, tiene difícil y casi imposible solución”, únicamente mediante las negociacionescon los independentistas.

    Porque el objetivo único e irrenunciable de los líderes de los partidos independentistas PDeCAT, ERC, la CUP, es la ruptura absoluta y total de Cataluña con España, pese a las diferencias entre ellos como consecuencia del “Fracaso del Proces”.

    Y esa realidad hay que tenerla presente, porque ni con diálogos sobre inversiones, etc., etc., y otras, se va a transformar la obsesión separatista de los lideres de estos partidos, en una actitud autonomista dentro del Estado Social, Democrático y  de Derecho  de nuestro país.

    Porque, pese al fracaso absoluto del “Proces”, y que hoy estén fragmentados y confrontados por ese motivo, la contradicción real que se está gestando entre ellos es ¿El cómo salir de este fracaso?, siguiendo reivindicando actuaciones ilegales como la auto-determinación para la Independencia de Cataluña.

    El dialogo iniciado con la predisposición de Pedro Sánchez y el Gobierno, con el Govern, que yo he saludado y saludo como positivas,  considero que  no debería confundir a nadie. Ya que el objetivo del “Nacionalismo catalán, es absolutamente la ruptura con España y la creación de un Estado independiente Republicano en Cataluña”.

    Pero hemos llegado al momento donde – en mi opinión – deberíamos ir convenciéndonos y convenciendo, de que la solución de la actual crisis en Cataluña, va a requerir, no solo las recién inauguradas conversaciones entre el Gobierno y el Govern, sobre todo para evidenciar que es posible encontrar coincidencias y acuerdos en materias económicas y sociales que supongan el terminar con el clima negativo que dejo el Gobierno anterior, y que el conjunto de la sociedad catalana constate como esas medidas favorecen y mejoran la vida para todos los catalanes.

    Pero hay que ser conscientes de que con esos diálogos, ¡No se ganara la batalla al independentismo!

    Y para ello, llegados al extremo que hemos llegado, tiene que pasar inevitablemente por el convencimiento ciudadano, de que hay que asumir la necesidad de que se proceda al Juicio de todos los procesados, por los delitos que se les ha imputado, y que sean condenados e inhabilitados para ejercer un cargo público.

    El dialogo, me parece necesario, pero también es necesario que se conozcan los límites en el que se mueven los interlocutores con sus objetivos.

    Yo no me cansaré de decir que la iniciativa del Gobierno y de Pedro Sánchez, su reiterada disposición a escuchar, a hablar a negociar y a acordar, con el Govern,  constituye un ejemplo admirable del cambio que ha supuesto acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy, y que tengamos un Gobierno socialista con Pedro Sánchez de Presidente.

    Pero me parecería, muy simplista el pensar tan siquiera, de que de esas conversaciones, se va a encontrar la solucion a la crisis que se vive en Cataluña, precisamente porque los partidos que están en el Govern mantienen como objetivos: “El Referéndum, la auto-determinación,  la independencia y la creación de un Estado catalán en forma de República”. Esos  eran y esos siguen siendo los objetivos del “Proces separatista”.

    En consecuencia considero que junto a las actuaciones del Gobierno en los encuentros con el Govern, y los resultados del juicio que se realizara por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, con las condenas pertinentes e inhabilitaciones, van a ser aspectos que pueden contribuir a los cambios de la actual Aritmética en el Parlament de Cataluña, en las primeras elecciones autonómicas que tengan lugar.

    Y para todo ello, es evidente que el Gobierno de Pedro Sánchez con sus actuaciones, ya está demostrando su voluntad de afrontar el reto de dar la esperanza a los españoles con la aplicación de las soluciones que se necesitan para terminar con las desigualdades y las injusticias sociales heredadas del anterior Gobierno, y también con la crisis de Cataluña.

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