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Por José Luis Ramos
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¿Por qué se castiga la apología del nazismo y del franquismo no?

    Cada vez que se deja sin castigo, a las personas autoras de actos en favor del franquismo, muchas personas, se quejan manifestando “eso en Alemania o Italia no pasa, allí está prohibido y se castiga”. Después manifiestan no entender por qué se permite en España. En alguna ocasión, he intervenido, sólo para manifestar que es muy fácil de entender si se comprende qué la política, es el arte de lo posible, y que lo posible, depende de la correlación de fuerzas. Es decir, en todos los casos, la fuerza dominante impone las condiciones que le son favorables. Así las cosas, Alemania e Italia, perdieron la guerra, por lo que los vencedores, (Los Aliados) como fuerza dominante, impusieron condiciones a los derrotados. Por el contrario, en España el Franquismo gano la guerra, por consiguiente, como fuerza dominante, impuso sus condiciones a las fuerzas democráticas derrotadas. Con posterioridad, los franquistas aceptaron el tránsito a un sistema democrático, pero imponiendo, entre otras condiciones, que no se les pudiera pedir responsabilidades por la represión y crímenes cometidos durante su mandato. Los dirigentes, de la oposición mayoritaria, tuvieron que aceptar esas condiciones, porque a pesar que la presión de la lucha social fue capaz de forzar al régimen franquista que aceptase un proceso constituyente, hacia la democracia, el resultado del Referéndum 1976 les hizo comprender, que la sociedad española no respaldaba la ruptura con el poder franquista.

    Recordemos  que el 15 de diciembre de 1976 , en España se celebró un referéndum, para preguntar a los españoles sobre la aprobación o no de la Ley para la Reforma Política aprobada en las Cortes. La pregunta planteada fue «¿Aprueba el Proyecto de Ley para la Reforma Política?». El resultado final fue la aprobación del proyecto, con un 94,17 % de votos favorables. Ello, a pesar, que estaban contra el referéndum y pidieron la abstención, la Democracia Cristiana, la derecha nacionalista vasca y catalana, socialistas, socialdemócratas, eurocomunistas, comunistas y anarquistas. Sin embargo, votaron el 77,8 % de los electores. Eso que Felipe, Tierno Galván, Carrillo, Pujol, Garaicoechea, y el resto de la oposición, corearon “sin amnistía urnas vacías”.  Pero no hubo más abstención que en otras votaciones, en las cuales todos los partidos llamaron a votar. Incluso hemos tenido votaciones, que, sin haber llamamientos a la abstención, ésta fue mayor que en el referéndum de 15.11.1976.

    Me olvidaré de Italia, y me limitaré a explicar el caso de Alemania. En Alemania, durante el régimen del Tercer Reich, el nazismo aplicó un proceso de nazificación de toda la sociedad alemana. En España, iniciada la Guerra Civil, para asemejarse a la Alemania nazi, el franquismo aplicó un proceso de fascistización de la sociedad española. La victoria de los Aliados permitió imponer un proceso de desnazificación de la sociedad Alemana. Mientras la victoria de los franquistas permitió seguir aplicando el proceso de fascistización a la sociedad española, hasta después de la muerte de Franco.

    Tomando como referencia las notas que me pasa mi amigo Jorge Climent, podemos resumir que la transición del régimen nazi, del Tercer Reich, a la democracia liberal, en la República Federal Alemana, se fraguo mediante el llamado proceso de desnazificación. Proceso que fue programado y llevado a cabo por las potencias ocupantes (encabezadas por EEUU) y supuso una clara voluntad de ruptura absoluta con el régimen anterior. Para ello se implementaron diversas actuaciones, todas ellas basadas en una idea fundamental, cual es la de la culpabilización colectiva (por acción o por omisión), de la sociedad alemana. Como ejes principales del proceso de desnazificación, cabe destacar:

     1º) Juicios de Núremberg. Aunque fueron tremendamente criticados por muchos motivos, entre otros, porque tan solo se juzgó a algunos de los responsables del régimen, y muchos de ellos, de segundo y tercer nivel. Sin embargo, esto no es lo importante, sino que lo verdaderamente trascendente es la imagen que se consiguió proyectar: Aquellos que habían participado activamente con el régimen nazi eran auténticos criminales, que quedaban repudiados por la comunidad internacional.

    2º) Campaña de culpabilización colectiva. Campaña que consistió por la publicación y colocación en espacios públicos de multitud de carteles con imágenes reales de las víctimas, y culpando a los alemanes de ello. También en los cines, con carácter previo a poder ver una película, se les pasaba un documental sobre los campos de concentración, en los que les responsabilizaban del holocausto. Muchos alemanes giraban la cara para no verlo.

    3º) La escuela: El sistema educativo impuso la obligación de instruir a las nuevas generaciones en los valores de las sociedades democráticas, con el objetivo de vacunar a la juventud contra el régimen anterior, haciéndoles ver donde había conducido el totalitarismo nazi.

    Estas son algunas de las manifestaciones de la campaña de desnazificación en la RFA, que hace posible que se castigue la apología del nazismo. Si bien es cierto que no se consiguió todo lo deseado, también lo es que, a diferencia de España,  en Alemania consiguieron establecer un relato oficial bien claro del carácter criminal del nazismo. La sociedad alemana, en su gran mayoría, tiene bien claro, que resulta incompatible ser demócrata y no estar, sin tener duda alguna, en contra del nazismo. Es evidente, que, si ello fue posible, es porque Alemania fue ocupada por potencias extranjeras (Los aliados) que impusieron dicho relato. Relato que los educados bajo el régimen nazi, jamás hubieran aceptado voluntariamente. Buena prueba de ello es la existencia de un reducto de negacionistas aún a día de hoy, a pesar de que el Holocausto es un hecho históricamente incuestionable.

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