elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià
Por Aitana Mannion. Pascual Grau Mitjà d´atenció a persones en situació de dependència. Grau Superior d´educació infantil
En clave valenciana - RSS

Por la invisibilidad y la exigencia de las mujeres

    FOTOS
    Por la invisibilidad y la exigencia de las mujeres- (foto 1)

    Hoy, 8 de marzo de 2025, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Hace apenas 92 años que, en España, las mujeres votamos por primera vez en unas elecciones generales, después de que se reconociera el derecho fundamental al voto femenino en la Segunda República en 1931. Posteriormente, durante la Guerra Civil Española y el régimen franquista, se perdieron todos los derechos adquiridos. Y no es hasta hace apenas 48 años, en las elecciones generales de 1977, durante la llamada “transición”, que se estableció el sufragio universal femenino.

    Pongo en contexto el derecho al voto porque se tiene muy presente, hoy en día, que es un derecho fundamental pero la realidad nos muestra que hace muy poco tiempo se cumple. Con ello quiero decir que, si algo tan necesario ha costado tanto, ¿de verdad podemos pensar que las mujeres somos totalmente libres? La realidad nos demuestra que no. Por eso es tan necesario visibilizar al máximo este día para seguir reivindicando y luchando por nuestros derechos.

    ¿Y cómo afecta esta situación a las niñas? ¿Acaso no son las primeras a las que les perjudica el machismo y las desigualdades en nuestro país? Desde pequeñas se nos exige vestir de una determinada forma, siempre perfectas, dando lo máximo de nosotras en todos los ámbitos, viendo cómo nuestra madre (en el caso de familias nucleares heterosexuales) lleva la carga mental de la familia, la que nos lleva al médico, la que se preocupa si hace frío y tenemos que ponernos la chaqueta, si hay reunión en el colegio, si nos hace falta ropa porque se queda pequeña… Y aunque en muchas familias se están equilibrando los cuidados, la carga mental sigue siendo, en la mayoría de los casos, de las mujeres.

    En la educación, una de las mujeres más importantes que revolucionó su pedagogía fue María Montessori: pedagoga, psiquiatra, ingeniera, bióloga, antropóloga y filósofa de nacionalidad italiana. Mujer feminista y sufragista, se convirtió en una de las primeras médicas en Italia. Fue una mujer que luchó no solo por una educación diferente, sino por una educación en libertad. Viajó por todo el mundo difundiendo su pedagogía y dejando huella como feminista, uniéndose a grupos comprometidos con la lucha por los derechos de las mujeres entre ellos defendiéndolas ideas y principios de las mujeres maestras y denunciando la explotación infantil. Su metodología se basa principalmente en un ambiente estructurado donde los infantes tienen la libertad de elegir sus actividades predominando la libertad de elección y movimiento, donde sus materiales no discriminan a ningún niño o niña por razón de género. Pero, a pesar de todo lo que hizo, consiguió y luchó, no se le reconocen totalmente sus méritos en nuestro sistema educativo español y sus metodologías educativas distan de estar implantadas en la mayoría de los centros. No se analiza su trabajo como feminista ni su defensa de los derechos de la infancia y una educación igualitaria.

    La realidad es opuesta a la pedagogía de María Montessori. La sociedad actual todavía promueve a las niñas que jueguen con juguetes dedicados al cuidado, en los anuncios, en revistas de juguetes, en el modelaje de la familia, en los trabajos como (mi maestra, mi enfermera, mi cuidadora…). Parte de la sociedad piensa que, como desde muy pequeñas, tendemos a este tipo de juegos, lo llevamos intrínseco en nuestros genes. Pero no es real. Los niños y las niñas nacen en blanco, como decía John Locke, que postuló que, al nacer, la mente humana es como una "tabla rasa" en la que no hay ideas innatas, y que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial y la percepción. Es decir, nacemos sin prejuicios. Las niñas no nacen con predisposición al cuidado, ni más débiles, ni inferiores a los hombres.

    El machismo, según la Real Academia Española se define como “actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”, es una construcción social del ser humano. Años tras años de historia, los hombres se han hecho con el poder de las sociedades, dejando de lado que también existimos nosotras, las mujeres.

    Siempre me he preguntado por qué nos toca luchar más por todo, por qué tenemos que dar explicaciones de nuestros actos y nuestra realidad, y sentirnos mal por ello. Soportando una presión enorme ante determinadas situaciones impuesta por esta sociedad heteropatriarcal: en el trabajo, en el embarazo, o incluso en la crianza de los niños y las niñas. A las mujeres se nos juzga por ir a trabajar después de haber sido madres, se nos juzga por no implicarse en la crianza, se nos juzga por no cuidarse después del parto, se nos juzga por querer salir a cenar con las amigas después de haber sido madre, y nadie, en cambio, cuestiona qué buena madre es la que está en el parque con su hijo o hija. Sin embargo, para ellos todo es más sencillo: es un padrazo quien va a trabajar para sacar adelante a la familia, quien deja el gimnasio por estar más tiempo con las criaturas, no se cuestiona que salga a cenar con sus amigos para desconectar un rato e incluso alabamos que esté de paseo con los niños o niñas después de recogerles del colegio.

    Después de todo, se sigue pensando que ya no hay lucha, que las niñas que vienen en camino lo tienen todo muy fácil y que existe la igualdad real. Se sigue planteando que el día 19 de noviembre, Día Internacional del Hombre, es necesario, cuando jamás han salido a la calle a reclamar ningún derecho. Porque, aunque el machismo también afecta a los hombres, les exige ser fuertes y valientes, defender su masculinidad por encima de todo, trabajar más para sacar a la familia adelante, aunque implique no ver a tus hijos, dedicarse a trabajos más pesados… e infinidad de acontecimientos que les rodean por el hecho de ser hombres.

    Sin embargo, el 8 de marzo, salimos a la calle y las pintamos de morado y con el único propósito de que se nos escuche, de que se note que estamos juntas en la lucha feminista; que no queremos que nos maten por el hecho de ser mujeres, ni que se nos juzgue por ello; que alzamos la voz por las niñas pequeñas, que merecen ser educadas y tratadas en igualdad y con las mismas oportunidades; que alzamos la voz por las mujeres que murieron luchando por sus derechos; por aquellas invisibilizadas en la ciencia, en la literatura, en la investigación, en la educación; que alzamos la voz por aquellas que salieron a la calle a reclamar el sufragio universal, a tener derecho a la educación, a la participación política y cultural, por aquellas que luchan por el reconocimiento de la violencia de género, por el movimiento LGTBIQ+, por la brecha salarial, por el acceso a la salud sexual, por el techo de cristal, por todas alzamos la voz. Gracias a todas las mujeres que han hecho que lleguemos a donde estamos hoy, y prometemos seguir luchando hasta que consigamos una sociedad real, igualitaria e inclusiva.

    Elperiodic.com ofrece este espacio para que los columnistas puedan ejercer eficazmente su derecho a la libertad de expresión. En él se publicarán artículos, opiniones o críticas de los cuales son responsables los propios autores en tanto dirigen su propia línea editorial. Desde Elperiodic.com no podemos garantizar la veracidad de la información proporcionada por los autores y no nos hacemos responsables de las posibles consecuencias derivadas de su publicación, siendo exclusivamente responsabilidad de los propios columnistas.
    Subir