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Por José Luis Esteban
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El Juli y Manzanares : Duelo de titanes

    Primera semana de la Feria de Abril o Preferia y ya hay dos nombres que destacan entre los demás previendo lo que será la temporada, por lo visto continuación de la anterior. Tanto el Juli como José Mari Manzanares son dos torerazos como la copa de un pino y lo demuestran cada tarde que salen al ruedo.

    El Juli tiene un poder inconmensurable, capta al toro ya de salida y enseguida puede con él. Ver torear al Juli es como leer una enciclopedia taurina, siempre aprendes detalles de cómo torear, de cómo colocarse, de cómo mide las distancias, los terrenos, y de cómo ejecuta todas las suertes. Maneja como nadie tanto el capote como la muleta y es un cañón con la espada. Somete y puede con todos los toros. Su toreo es serio, hondo y limpio. Actualmente es el modelo de todos sus compañeros en el escalafón. Lleva varias temporadas denostándolo y sigue haciéndolo en ésta. Valencia, Castellón y ahora Sevilla. El Juli es un torero grande.

    José María Manzanares (Jr) que ya nos encandiló a todos la temporada pasada con su toreo poderoso, sigue superándose este año, totalmente recuperado de la sección tendinosa de la mano del percance sufrido en Utrera al final de temporada y de las numerosas intervenciones quirúrgicas a las que se sometió. Pero delante del toro no se le nota nada. Ya fue el triunfador indiscutible en Valencia, lo ratificó en Castellón y ahora Sevilla se le ha rendido a sus pies abriendo la Puerta del Príncipe en una tarde histórica indultando a Arrojado de Núñez del Cubillo. Torero de poder, variado cadencioso y templado. Que forma de torear, naturales eternos, largos derechazos, cambios de mano ligados con el de pecho, armonía, suma perfección.

    Cuando el toro, poderoso y bravo, es toreado con suavidad, quietud, despacio, bajándole la mano, impregnando en cada pase la personalidad de su matador, el disfrute de quien lo contempla no tiene límites. Hay que vivir ese momento, no se puede expresar con palabras. Eso es la grandeza del toreo. Quien no ha vivido esa situación no se la puede ni imaginar.

    El auténtico toreo sale de la conjunción del binomio buen toro y buen torero. Cuando falta uno de estos dos componentes el resultado es el estrepitoso fracaso. Y eso ha sido el denominador común en las primeras corridas de Feria. Toros bien presentados pero faltos de casta, rallando en muchos casos la mansedumbre, sin movilidad, sin emoción, donde poco han podido hacer sus matadores. Preocupante el comportamiento de ganaderías importantes como la del Conde de la Maza, la de Dolores Aguirre e incluso la de Victorino Martín.

    En positivo me gustaría destacar a Luis Vilches y a Oliva Soto. Por su puesto al Juli y a Manzanares, y tan solo unos destellos con el capote de Morante. También me gustaría resaltar la torería, la forma tan clásica de andarle al toro y sobre todo el momento de la reunión en los dos pares de banderillas del alcorino Curro Trillo, de la cuadrilla de Luis Vilches, en la primera de Feria.

    Y, en cuanto a Cayetano y a Julito Aparicio, más les vale quedarse en su casa y no ocupar un sitio que podrían haberlo aprovechado muchos toreros mejores que ellos pero que no tienen tan buenos padrinos. Confío que algún día esto cambie y que los contratos se firmen por las orejas cortadas en la plaza y no por el cambio de cromos de los empresarios.

    La Feria de Abril continúa, aunque sea en Mayo. Todavía le queda una tarde más al Juli y a Manzanares. Espero que volvamos a disfrutar no solo con ellos si no con todos los que restan. Hasta la próxima semana.

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