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La historia festera en las calles de Ontinyent: 150 años de fiesta morocristiana

La historia festera en las calles de Ontinyent: 150 años de fiesta morocristiana
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    A las ocho de la tarde del sábado 31 de julio, heraldos a caballo con las enseñas del Cristo de la Agonía, los escudos de la ciudad y de la Sociedad de Festeros, con clarines y timbales anunciaban e iniciaban el desfile histórico conmemorando los 150 años de fiesta morocristiana.

    Les seguían tres escuadras de festeros de Callosa d'en Sarrià y de Bocairent, ciudades festeras hermanas que, como Ontinyent, celebran también en este 2010 el ciento cincuenta aniversario de sus fiestas de Moros y Cristianos, sumándose así a nuestras celebraciones. La música para estas singulares escuadras foráneas la interpretaba la Unión Musical de Bocairent, con el pasodoble “Nuestro”, de José Mª Ferrero.

    La avenida de Daniel Gil estaba llena de vecinos y visitantes expectantes, que no se querían perder este singular acontecimiento festero.

    Continuaba el desfile con la participación de dos de las actividades culturales más populares de la ciudad de Ontinyent, con elementos tangenciales con connotaciones temáticas con la fiesta morocristiana: los gigantes (la fecha más antigua de la que se tiene constancia de su existencia es del año 1743) y el “ball dels cavallets” (Se tiene constancia de su participación en las fiestas más populares desde el siglo XVIII) El rey cristiano, la reina cristiana, el rey moro y la reina mora –popularmente conocidos como “el agüelo i l' agüela”- el rey judío y la reina judía, todos ellos con sus 4 metros de altura, danzaban para toda la gente que disfrutaba y acompañaba con palmadas el ritmo que interpretaba el grupo de percusión y dulzainas Menestrils. Por su parte los “els cavallets cristians” danzaban y rememoraban luchas contra los “els cavallets turcos” al ritmo de la música del grupo de percusión y dulzainas La Colla.

    La soldadesca -disparadores con traje de época- acompañados por la bandera real de Jaime I ( Ontinyent, 1576), nombre que toman las milicias forales de Ontinyent como consecuencia de los decretos de Nueva Planta y que constituyeron el antecedente inmediato de la Fiesta de Moros y Cristianos. Los arcabuces llenaban de truenos y pólvora toda la calle mientras la música para esta representación era interpretada por el grupo de percusión y dulzainas El Regallo, interpretando una marcha militar.

    Un importante grupo de estandartes antiguos y de banderas moras y cristianas utilizadas en la fiesta a lo largo de estos 150 años, portadas por festeros ataviados con chilabas y dalmáticas, que también habían constituido la vestimenta festera en algún período de esta dilatada historia festera, constituían la parte inicial de este bloque del desfile . Los portadores de las máximas insignias de la Fiesta eran cargos abanderados de años pasados. Cerraba este bloque temático la representación de los cargos del año 2009, llevando las banderas mora y cristiana confeccionadas para conmemorar esta importante efeméride festera. La banda Sociedad Musical la Lira de Quatretonda interpretaba la obra “Segrelles” de José Pérez Vilaplana.

    Por la avenida Daniel Gil y buscando las aguas del río Clariano, a su paso por la Canterería, bajaban ,arrastradas por su correspondiente tiro de mulas, la barca Almanzor y la fragata Méndez Núñez. Dos embarcaciones -la primera tripulada por los Moros Marinos y la segunda por los Marineros- que en tiempos pasados protagonizaban el acto de la fiesta de “La nit del riu”. Un acto marinero en un sitio de secano, con las aguas embalsadas del río Clariano, rememorando las intervenciones que las milicias de Ontinyent hacían cuando, en los siglos XVI y XVII, los piratas berberiscos atacaban y saqueaban las poblaciones de la costa valenciana. Un hecho histórico incorporado a la fiesta, que desapareció el año 1961 y que se recuperará, cuando menos, en esta edición de las fiestas de 2010.

    La danza formaba parte de la fiesta y la comparsa de Labradores desde hace unos años ha recuperado algunas de las danzas tradicionales de esta comparsa. En este ocasión la avenida de Daniel Gil era el escenario y la ocasión: la celebración de esta conmemoración. Como viene siendo habitual “la rana del Pou Canyís” hacía su “raucada” habitual y el público asistente podía leer los tradicionales versos que para esta ocasión y que, antes, casi todas las comparsas hacían. La banda Unión Artística Musical de Ontinyent interpretaba “El Baile de los Labradores”

    Desde aquel 1860, cuando empezaron las fiestas de Moros y Cristianos de la época moderna, han sido muchas las comparsas protagonistas de la fiesta que por disferentes circunstancias han desaparecido y de las que se sabía bien poco. El trabajo de investigación de diferentes miembros de la comissión del desfile coordinados por Toni Morales y Joan Vicent Martínez –miembros de la Junta de Gobierno de la Sociedad de Festeros- ha permitido a que pudieran volver a desfilar un festeros de cada una de las siguientes comparsas: Capellans (1860), Tomasines (1860), Cavalleria mora (1860), Moros de la Luna (1860), Moros del Rif (1860), Cavalleria cristiana (1878), Suavos (1878), Turcos (1878), Churros (1913), Vizcainos (1914), Antigua Espanyola, Guerreros, Moros del rey i Suavos Pontificios. El numeroso público que se repartía y ocupaba toda la avenida Daniel Gil pudo volver a contemplar la singular vestimenta de estas comparsas que desfilaban a los acuerdos de una adpatación la Apertura de Guillermo Tell, realizada José Ureña Eiras, e interpretada por la Agrupación Musical de Ontinyent.

    Cuando finalizaba la Entrada Cristiana y Mora, después cenar, tenía lugar la tradicional “Retreta”; las comparsas, con farolillos y precedidas por un gran farol, llenaban de fiesta, hasta altas horas de la madrugada, las calles de Ontinyent. Un grupo de festeros con indumentarias festeras de otro tiempo, recreaban este acto, que desapareció de la fiesta el año 1975. El grupo de festeros que lo formaban bailanban a los acordes del “Bequetero” interpretado por el grupo de percusión y dulzainas El Regall.

    Festeros de la comparsa de Contrabandistas recuperaban para la ocasión otro de los bailes con los que celebraban fiesta las comparsas de Ontinyent. De la misma manera que los Labradores, ahora eran los Contrabandistas los que ofrecían a los ontenienses y a todas las personas que nos visitaban, el baile de los Contrabandistas para lo cual contaban con la participación del grupo de percusión y dulzainas El Raval , interpretando “El Baile dels Contrabandistas”.

    Con la celebración del centenario de la fiesta, el año 1960, se incorporaba un nuevo elemento festero: la Reina de fiestas y su corte de honor. Desde entonces hasta 1991 -cuando desapareció- cada año un grupo de mujeres de la ciudad ostentaban los cargos de reina y damas de honor.

    La representación de estas mujeres estaba presente y dieciséis de estas reinas llenaban la carroza que se había preparado para el momento. Estas no podían esconder su emoción, las vivencias y sensaciones de las que gozaban al volver a desfilar por las calles de Ontinyent, aplaudiendo y recibiendo el reconocimiento y la estima de todos los asistentes. Acompañaba a este grupo de Reinas la Unión Musical de Adzeneta de Albaida interpretando el pasodoble de José Mª Ferrero Pastor, “Reina de Fiestas”.

    Durante las décadas de los 50 y los 60, los festeros empezaban a buscar e introducir elementos exóticos en el desfile de la Entrada. La imaginación y creatividad dio paso a la incorporación de “la escuadra de negros”, precursora de las lujosas, exóticas y majestuosas escuadras especiales que actualmente llenan de colorido y fantasía la tarde y la noche de la Entrada.

    La escuadra de negros desfilaba, con caballo batidor, avanzando al cadencioso ritmo que la banda del grupo “El Blanco” marcaba con la interpretación de “El negro Sansón” de M. Picón Biosca.

    Muchas de las actuales veinticuatro comparsas han ido evolucionando y adaptando su vestimenta festera a los gustos y tendencias de los momentos actuales, con la que cosa han ido variando total o parcialmente esta vestimenta. El numeroso público que presenciaba el desfile histórico podía contemplar estas adaptaciones o nuevas creaciones en un importante número de festeros y festeras de comparsas moras y cristianas que formaban este bloque temático con trajes antiguos de las comparsas actuales, y que desfilaban al ritmo del pasodoble “Brisas del Clariano” de José Mª Ferrero Pastor.

    El final y último tramo del desfile histórico estaba dedicado a la fiesta tal y como la celebramos en estos momentos. Esta última partes estaba constituida por tres bloques temáticos: La escuadra cristiana de publicación precedida por los estandartes actuales de las comparsas en el que desfilaban los portaguiones y los cargos cristianos de 2010 al ritmo de la marcha “Bonus Cristianus” de José Mª Ferrero, que interpretaba la Unión Musical San Diego de Lugar Nuevo de Fenollet; la escuadra mora de publicación precedida por los estandartes actuales de las comparsas moras, en la que desfilaban los portaguiones y los cargos del ejército moro de 2010 al ritmo de la marcha “El Kàbila” de José Mª Ferrero, interpretada por la banda de música “La Canyà”; finalmente, cerraba esta última parte del desfile la carroza conmemorativa del 150 aniversario donde, un grupo de niños y niñas festeros de las veinticuatro comparsas, trajes con el traje de gala y flanqueados por dos de las banderas conmemorativas de esta celebración, saludaban a todoas y todos los asistentes. Esta carroza, representativa del presente y el futuro de la fiesta, iba acompañada por la banda de música Unión Musical de Ontinyent que interpretaba una de las marchas más significativas y más conocidaen el mundo de la fiesta de Ontinyent y de un buen número de poblaciones que celebren fiestas de Moros y Cristianos: la marcha mora “Chimo” de la que es autor el compositor onteniense José Maria Ferrero Pastor.

    De esta manera, con poco más de dos horas rememorando parte de la fiesta morocristiana onteniense, finalizaba uno de los actas más significativos de los programados para esta celebración, que junto a la reciente celebración del I Congreso de Internacional de Embajadas y Embajadores de la Fiesta de Moros y Cristianos y la próxima recuperación de “ La nit del Riu” marcarán los puntos culminantes de estas celebraciones que han sido posible, especialmente, gracias al esfuerzo y al apoyo económico y moral de todos los festeros y festeros, al trabajo de las comisiones encargadas de cada uno de ellos y al soporte de las institucions locales i autonómicas y también, singularmente, al cariño toda la sociedad de Ontinyent.

     

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