La Consellera de Agricultura inaugura el IX Congreso de Citricultura de la Plana anunciando un plan de ayudas de 102 millones de euros

La Consellera de Agricultura, Maritina Hernández, ha inaugurado el IX Congreso de Citricultura de La Plana, una cita que se está caracterizando además de por debatir sobre temas de evidente vigencia y que plantean cuestiones que preocupan a todos los sectores vinculados con la citricultura, por la gran asistencia de público, que ha rondado los 200 participantes durante prácticamente toda la jornada.

En su exposición, la Consellera destacó la importancia de este de citas profesionales porque ayudan, entre otras cosas, a que organismos como el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ponga en conocimiento de todos los interesados sus últimos avances, tendentes a mejorar la producción, en este caso de cítricos, y ofrecer alternativas como nuevas variedades que prolonguen los períodos productivos y por lo tanto repercutan en un mayor beneficio.

Maritina Hernández quiso hacer especial incidencia en el plan de ayudas aprobadas recientemente por el Consell para apoyar a los diferentes sectores productivos, entre ellos la agricultura, para la que destinará 102 millones de euros. La Consellera no dudó en afirmar que la apuesta por los agricultores valencianos es una apuesta por la cohesión territorial, por la sostenibilidad de los procesos productivos y económicos y una generación de empleo. De este modo “es una obligación de las administraciones trabajar por este sector”. A su vez afirmó que, con este apoyo institucional, los agricultores deben “reinventarse y actualizarse” y foros como este Congreso son los lugares idóneos para ayudarles en esta tarea.

Por su parte, el alcalde de Nules, Mario García, destacó la decida apuesta que ha realizado el equipo de gobierno por reimpulsar esta cita bianual, una apuesta que se fundamenta “en el trabajo que siempre han realizado nuestros agricultores y que ha permitido que hoy estemos aquí”. García recordó que la citricultura, en concreto el cultivo de la clemenules “sigue siendo una parte fundamental de la economía local”, de ahí que este Congreso se celebre en el marco idóneo. Una vez más, el primer edil de Nules afirmó que “hay que enfrentarse a las dificultades con optimismo” y insistió en que “todas las administraciones han demostrado que están con los trabajadores de la tierra, tanto la autonómica, como la provincial y la local”.

Los casi 200 asistentes al congreso asistieron a un total de cuatro ponencias. En la primera, Situación actual de las variedades triploides, el ingeniero agrónomo del IVIA, Luis Navarro, explicó el proceso que ha llevado a los investigadores valencianos a obtener tres variedades triploides, la Garbí, la Safor y la PRI-43, que garantizan la ausencia de semillas y que posibilitan una producción más tardía que acaba con la problemática de la polinización, ya que se trata de variedades estériles. Navarro anunció que estas tres variedades de mandarinos triploides tardíos saldrán al mercado en breve.

Por su parte, Juan Soler Aznar, también ingeniero agrónomo del IVIA, planteó las Perspectivas de las nuevas variedades de cítricos. En su exposición, además de resaltar el amplio trabajo que se ha desarrollado desde el instituto para poder identificar y clasificar las diferentes variedades, planteó las últimas novedades en este campo. Soler afirmó que en la actualidad ya se comercializa una nueva variedad, la Moncada, que “es muy buena de comer y no desmerece ante las clementinas”. Asimismo, destacó que entre los años 2011 y 2012 está previsto que comience la comercialización de dos clones de Murcott y la Moncada, irradiadas. El ponente explicó que con la irradiación se logra eliminar la aparición de semillas. Por otra parte, anunció que a partir de 2015 se podrán comercializar siete híbridos más de gran interés comercial.

La sesión vespertina se inició con una valoración pormenorizada de Ramón Coscollá, ingeniero agrónomo del Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura, sobre la Problemática de la utilización de productos fitosanitarios y de sus residuos. Coscollá recalcó la constante modificación de las normativas referentes a este tipo de productos, describiendo las exigencias de las nuevas normativas europeas, que ya están en aplicación o que se aplicarán en breve (a partir de 2011) y que han obligado a retirar del mercado numerosos productos fitosanitarios utilizados en la citricultura, aunque quiso señalar que este sector todavía cuenta con plaguicidas autorizados, aptos para combatir la mayor parte de las plagas, algo que no sucede en otros cultivos.

Ramón Coscollá prestó especial atención con las normas establecidas en la exportación a Rusia, un mercado emergente para los cítricos valencianos. En este sentido destacó de forma especial el control que se está realizando en este país especialmente sobre los clorpirifos, un producto fitosanitario “con el que prácticamente se trata todo”. Coscollá lamentó que en Rusia se haya establecido un límite de residuos permitido de este producto muy bajo, que calificó de “incomprensible”, lo que provoca un problema sobre el que deberá prestarse especial atención a la hora de exportar nuestros cítricos a este país. Con todo, Coscollá aseguró que los controles que se realizan en origen están dando sus frutos, porque se consigue que los problemas en la exportación sean mínimos y puntuales.

Relacionada con esta cuestión fue la última ponencia del día sobre Control biológico de cítricos. Alberto Urbaneja García, ingeniero agrónomo del departamento de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA, enlazó su exposición con la de Ramón Coscollá al evidenciar que en la actualidad el manejo de plagas de cítricos se basa en el control químico. En este sentido afirmó que “el control químico presenta graves problemas”, entre los que destacó que no siempre presenta la eficacia deseable, que estos tratamientos químicos difícilmente pueden respetar la totalidad del complejo de fauna auxiliar del cultivo o puede ocasionar problemas de comercialización, como Coscollá describió previamente. Así, Urbaneja afirmó que la alternativa que se plantea a este tipo de tratamiento son las estrategias de control biológico y la citricultura es el mejor ejemplo para este tratamiento.

El ponente informó sobre la existencia de dos estrategias de control biológico: la de conversación, “mediante el manejo de cubierta vegetal o el uso de plantas refugio”; y el inoculativo, “para el control de diversas plagas para las que se han puesto a punto crías en masa de sus enemigos naturales”. Como conclusión, Urbaneja aseguró que “el control biológico ha sido y está llamado a constituir una parte cada vez más importante del control integrado de plagas en cítricos”. Asimismo, concluyó destacando que “el buen estado sanitario de la citricultura española ha permitido que esté adaptándose ya a estas nuevas directrices”.