LA UNIÓ reclama la intervención de las administraciones para evitar que la especulación en el precio de los cereales afecte a los sectores ganaderos y al precio de la carne

LA UNIÓ reclama a las administraciones que intervengan de manera decidida para evitar que el aumento del precio de los cereales registrado desde principios de junio, y que ya ha provocado un incremento del precio del pienso, no afecte de manera importante a los sectores ganaderos ni se acabe traduciendo en un incremento del precio de la carne, con las consecuencias negativas que tendría este hecho para el consumidor. Para LA UNIÓ hay que garantizar una mínima estabilidad de los precios de los cereales e impedir que se conviertan en un producto de especulación en los mercados.

LA UNIÓ estima que la actual situación de aumento de los precios de los cereales es similar a la de los años 2007 y 2008, que provocó una profunda pérdida económica de los sectores ganaderos a causa del importante incremento de los precios de los piensos y que ha llevado al cierre de numerosas explotaciones. A pesar que todavía no estamos en valores de aquellos años, la escalada de precios es equiparable a la de entonces, lo cual hace temer que se pueda repetir aquella situación. En este sentido, LA UNIÓ recuerda que desde que se dispararon los precios de los cereales, a principios de junio de este año, hasta la tercera semana de julio, la cebada o el maíz se han incrementado entre 6 y 25 euros por tonelada, y que el precio del trigo panificable ha aumentado en el mismo período en 17 euros por tonelada.

LA UNIÓ considera que la causa de esta situación se encuentra en las operaciones especulativas de las grandes multinacionales, que compran a futuros fijando unos precios marcados según situaciones hipotéticas o previsiones sobre los mercados, las cosechas, los consumos o las demandas, y que, aunque pueden no cumplirse, han hecho aumentar los precios a las principales lonjas.

Por otro lado, el anuncio de Rusia sobre el cierre de sus exportaciones de trigo, avena, cebada y maíz hasta el diciembre para asegurar el aprovisionamiento de su mercado aún ha acentuado más esta tendencia alcista de los precios. En este sentido, LA UNIÓ alerta que, a pesar del incremento de precios, la producción mundial de cereales y las reservas son suficientes y que Estados Unidos registra este año la tercera producción más elevada de su historia.

Uno de los primeros efectos de este fuerte incremento de los precios es el aumento de los costes en alimentación del ganado, que en la Comunitat Valenciana puede llegar a constituir hasta el 75 por cien de los costes de producción para una granja de aviar o de porcino de engorde. Desde enero hasta junio, los precios de los piensos compuestos de las principales especies ganaderas se han encarecido entre un 2 y un 5 por cien.

Dentro de este contexto alcista, LA UNIÓ insiste en que los productores de cereales no se ven favorecidos por la evolución de los precios porque ya tienen vendida su producción de este año. Además, los pocos que tienen capacidad de almacenamiento tampoco se ven beneficiados, ya que el precio de mercado está por encima del qué están dispuestos a pagar los compradores habituales como cooperativas o tratantes.

Para LA UNIÓ, otro peligro que se puede derivar de esta escalada de precios es que la tendencia se traducirá pronto en un incremento del precio de la carne, repercutiendo en definitiva en el consumidor las consecuencias de la especulación de las grandes empresas.