LA UNIÓ alerta ante la posibilidad de que entre en nuestros arrozales la plaga del caracol manzana que afecta a Cataluña
Tiene una gran resistencia y rápida capacidad de reproducción
Reclama medidas de prevención para evitar su entrada
Según LA UNIÓ, esta plaga se considera como una de las 100 peores especies invasoras del mundo y puede tener graves efectos sobre el cultivo pues se alimenta de brotes de arroz. Por ello LA UNIÓ demanda que la Conselleria de Agricultura y la de Medio Ambiente efectúen conjuntamente medidas de control y prevención para evitar la entrada de esta plaga en los arrozales de la Comunitat Valenciana, así como que se dé la información adecuada al sector para actuar al respecto. Del mismo modo, cree que se deberían coordinar con los responsables del control de la plaga en Cataluña pues la misma corre el peligro de acercarse a tierras valencianas.
En este sentido, desde LA UNIÓ se solicita en primer lugar que los centros de investigación agraria de la Generalitat hagan los estudios de alerta y prevención necesarios sobre el caracol manzana con el fin de que la problemática del Delta del Ebro no se traslade ahora a la Albufera u otras productoras de nuestra comunidad autónoma. Hay que tener en cuenta que esta plaga ya ha actuado en los principales países productores de arroz a nivel mundial como Vietnam, Japón, Filipinas, Tailandia, China y EEUU. En todos estos países se ha calificado ya como plaga de difícil control.
Se trata de un caracol acuático (Pomacea canaliculata) originario de Sudamérica que puede llegar a los 15 centímetros de diámetro y pesar cerca de 600 gramos de peso (observar la fotografía adjunta). Es conocido por su gran resistencia y su rápida capacidad de reproducción (de apenas 60 días después de nacer) y puede realizar hasta tres puestas de entre 1.000 y 1.200 huevos. Los adultos son acuáticos y los huevos son de un color rosado intenso y muy vistosos. Se desarrolla en zonas de corrientes de agua y temperaturas altas y puede pasar un largo tiempo enterrado bajo el fango sin necesidad de oxígeno. Salen así a la parte de fuera del agua a incubar en diferentes tipos de malas hierbas, y sobretodo en estructuras duras como puentes, compuertas, piedras, etc.
