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El IVAM lleva al Museo de Bellas Artes de Vietnam una retrospectiva de la obra de Alberto Corazón

  • La exposición Obra conceptual, pintura y escultura. 1968-2008 podrá visitarse hasta el próximo 15 de mayo

La exposición  del artista  Alberto Corazón que el IVAM, en colaboración con la Embajada Española inaugura, en la tarde de hoy, en el museo de Bellas Artes de Vietnam, supone un recorrido por su producción artística desde finales de los años sesenta hasta la actualidad a través de 29 obras entre pinturas, esculturas y obra conceptual, seleccionadas por el propio artista a partir de la colección del IVAM. Corazón expuso en 2008  en el IVAM y donó al museo 47 obras.

Desde sus comienzos, Alberto Corazón compaginó la producción artística con su actividad profesional de diseñador gráfico, primero, e industrial después, sin duda, una de las personalidades de nuestro país más innovadoras y relevantes en este campo. Las transferencias de planteamientos teóricos y de recursos formales entre el diseño y la actividad creativa han sido permanentes en su producción, caracterizada por la autorreflexión y la integración de conocimientos interdisciplinares. El catálogo de la exposición reproduce parte de las obras expuestas y contiene textos de Consuelo Císcar, Pilar Parcerisas y Fernando Gómez Aguilera.

Pintor, escultor y diseñador, Alberto Corazón (Madrid, 1942) estudió Sociología y Ciencias Económicas entre 1960 y 1965. Al terminar sus estudios universitarios, que compaginó con el aprendizaje del dibujo y la pintura, fundó la editorial Ciencia Nueva junto con un grupo de amigos y se dedicó profesionalmente al diseño. Al mismo tiempo presentó sus primeras exposiciones de pintura en Turín y en Milán.

Alberto Corazón desarrolló en la primera mitad de los setenta, una serie de prácticas desmaterializadas vinculadas a la profusión de imágenes producidas por la emergente sociedad de la comunicación, apoyadas en las nuevas oportunidades de reproducción mecánica y los consumos masivos. Corazón parte de repertorios iconográficos de los mass media, que reelabora mediante un singular vocabulario expresivo en el laboratorio —acentúa tramas y líneas, apura contrastes de positivo-negativo, integra texto y fotografía….— mientras conceptualiza los contenidos visuales, a partir de la base teórica proporcionada por los estudios semiológicos y las teorías de la comunicación y la información.

La aportación a la cultura española que, en la etapa franquista, pugnó por abrir cauces de resistencia y sensibilidad democrática, no sólo la realizó Corazón desde el campo del arte, sino también desde iniciativas editoriales, de producción y difusión de conocimiento, conectadas con las nuevas prácticas. En este sentido, sus proyectos editoriales Ciencia  Nueva y Alberto Corazón Editor-Comunicación representan dos aportaciones colectivas de indudable calado impulsadas por el artista y diseñador madrileño, con la vocación de contribuir a construir una sociedad moderna, abierta y democrática. En sus realizaciones gráficas, verdaderamente singulares en su época, se aplicaron fórmulas lingüísticas de sus investigaciones conceptuales, mientras que la línea editorial de las publicaciones difunde contenidos humanísticos, sociales y políticos progresistas e inéditos en España.

Los años ochenta supusieron un paréntesis en la producción creativa del artista, que cierra la crisis del conceptual con un repliegue hacia su profesión de diseñador. En 1992, Corazón se reincorporó a la escena plástica con la exposición Estrategias del agrimensor, que reunía esculturas y pinturas, que evolucionaban hacia una pintura emblemática, de raíz expresionista, basada en trazos de dibujo esquemáticos y primitivos.

En sus obras recientes da continuidad a sus planteamientos sobre la percepción y la iconografía, al tiempo que, en el marco de una pintura culta, aborda problemas de composición estrechamente vinculados a  la identidad icónica del género y a su comprensión. Sus últimos bodegones, muestran una pintura rica en cromatismo y de gran libertad en la organización de las figuras. Mediterránea y hedonista, esta obra más reciente, alude a la creación de un espacio estrictamente pictórico, propio de la pintura-pintura, connotado con rasgos de inocencia y de felicidad.

 

 

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