Las afecciones mentales representan hasta el 13,5% de las bajas de profesores y maestros
CSIF presenta la campaña ‘Por la dignificación de la profesión docente’
Las bajas entre el profesorado triplican las registradas en el resto de profesiones, si bien, las ‘mentales’ descienden un 15,4 % en el último año
Estos datos han sido esbozados hoy durante la presentación de la campaña ‘Por la dignificación de la profesión docente’, que defiende el reconocimiento de la autoridad del profesor, la erradicación de la violencia de baja intensidad en los centros, la recuperación del carácter decisorio del claustro, la libertad de cátedra o la formación permanente del profesorado.
En el curso 2007-2008 hasta 309 maestros y profesores de la provincia de Castellón entregaron partes de baja por enfermedad mental (13,5% del total), una cifra que supera la de otros seis tipos de baja como problemas digestivos, embarazos o accidentes. Sólo dolencias tan comunes como las enfermedades respiratorias (20,2%) que se traducen en constipados o gripes, y las osteomusculares (15%), provocan más bajas que el estrés o la ansiedad que sufren los docentes.
No obstante, CSIF ve motivos para la esperanza ya que los primeros datos del curso 2008-2009 apuntan un descenso de hasta un 15,4% en la cifra de bajas por enfermedades mentales en el primer cuatrimestre. La explicación más plausible consiste en la aplicación del Decreto de Convivencia, que agiliza el traslado al aula de convivencia de los alumnos indisciplinados y castiga, por la vía penal, los posibles intentos de agresión de padres a profesores al tipificarlo como un atentado contra la autoridad.
En las tres provincias de la Comunidad Valenciana existe una tendencia similar a incrementarse el número de bajas por enfermedades mentales a medida que se desarrolla el año escolar. Mientras que en el primer trimestre en la provincia de Valencia se alcanzaron, en el pasado curso, las 348 y en la de Castellón las 78; en el tercero se duplicaban y ya llegaban, respectivamente, a las 616 y 123.
Las cifras podrían resultar más elevadas pues numerosas bajas por problemas os¬teomusculares o conectivos (que suponen el 15% del total) ocultan bajas por depresión y otras afecciones psíquicas.
La explicación a este creciente deterioro de la salud mental del profesorado conforme avanza el curso se debe al desgaste que supone “estar más pendiente de lo que hacen los alumnos y de que te escuchen que de tu propia explicación”, según apunta el portavoz de Enseñanza de CSIF Castellón, Miguel Ángel Cerdán.
Falta de atención, conversaciones en voz alta, sintonía de móviles, pinchazos o zancadillas a otros compañeros y, en general, problemas de disciplina y pérdida de autoridad del docente en la clase acarrean esta situación, que genera un desgaste de la salud del profesor o maestro que deriva en enfermedades mentales.
Estudios recientes demuestran incluso que aunque las bajas por deterioro mental afectan cada año a un 12-13% del personal docente, hasta un 60% presenta algún síntoma de malestar psicológico, como ansiedad, depresión, astenia, úlceras o el denominado síndrome del profesor quemado o ‘burnout’.
