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Denuncian que las restricciones fitosanitarias ponen en peligro el cultivo del arroz

    La organización agraria AVA-ASAJA ha alertado hoy de que la producción de arroz valenciana corre peligro tanto por las restricciones fitosanitarias ya en vigor como por las que se impondrán en aplicación de la nueva regulación aprobada por el Parlamento Europeo.

    AVA considera necesario que la Administración central, la europea y las grandes empresas de fitosanitarios "se conciencien de la necesidad de ser flexibles" en la normativa porque, de no ser así, "la merma en la cosecha supondría graves daños sobre el ecosistema de La Albufera y del Marjal Pego-Oliva".

    Según AVA, la aplicación de la nueva directiva europea dejará a los arroceros sin casi alternativas para la lucha contra las malas hierbas y algunos patógenos como el pulgón, así como contra las dos principales plagas: el "cucat" y la "pyricularia", que podrían anular la producción en las zonas afectadas.

    En el primer caso, la Conselleria ha ampliado la aplicación de técnicas biológicas hasta el punto de que el control del insecto se realiza hoy íntegramente con técnicas de confusión sexual (feromonas).

    No obstante, la organización agraria opina que, en ocasiones, se observan focos para los que sería indispensable dejar alguna materia para su uso ocasional por lo que ha reclamado que se ofrezca una alternativa acordada entre la Administración, la industria fitosanitaria y el sector para la realización de ensayos y pruebas.

    En cuanto a la "pyricularia", de las cuatro materias activas hoy existentes, dos no podrán usarse en la próxima campaña y la tercera desaparecerá en 2011.

    Al dejar un único fungicida, la repetición de tratamientos provocaría que a medio plazo se den resistencias. Por ello, AVA ha pedido que, como en otros estados miembro, se reconozca una quinta sustancia activa que ahora se usa en otros cultivos.

    Por otro lado, los tratamientos que se realizan contra este hongo son aéreos, con helicópteros que vuelan a muy baja altura para evitar la deriva, dosis muy controladas y en dos únicas pasadas anuales (julio y agosto) para tirar producto a concentraciones bajas.

    La nueva directiva prohíbe las fumigaciones aéreas salvo en circunstancias excepcionales, que para la organización agraria, se cumplen en este caso.

    "Los arroceros ya trabajan con muchas limitaciones por cultivar en el seno de un parque natural y sólo falta que, además, se queden sin materias activas contra plagas y enfermedades y se limite aún más el uso de las que queden", ha advertido el presidente de AVA, Cristóbal Aguado.

    De ser así, "se daría el efecto contrario al pretendido porque el ecosistema depende del mantenimiento de los arrozales", según Aguado.

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