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LA UNIÓ de Llauradors denuncia las pretensiones de desaparición paulatina del trasvase Tajo-Segura

  • Exige estar presente en todos los foros relacionados con el tema hídrico y que no se utilice el agua como un instrumento de poder político

LA UNIÓ de Llauradors observa desde hace semanas cómo el trasvase Tajo-Segura está en peligro de desaparición, debido a los desacuerdos en materia hídrica entre el Gobierno y las comunidades de regantes.

Y es que el acuerdo que se firmó el pasado abril entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y las comunidades murciana y valenciana “ha quedado en papel mojado”, según explica Ernest Blasco, responsable del sector del Agua de LA UNIÓ. Se trataba de un convenio en el que “el trasvase Tajo-Segura no iba a tener caducidad y tendría aportaciones importantes para los regantes alicantinos”, asegura.

Así, LA UNIÓ observa cómo este protocolo “que no firmó Castilla-La Mancha, fue una estratagema para tranquilizar los ánimos” y no un pacto “para defender los recursos hídricos de la costa levantina de España”, comenta Blasco.

Ante esta situación, el partido del Gobierno “se enfrenta a una de sus peores tesituras: defender aquí lo que sus homólogos castellano-manchegos quieren liquidar allí” y eso “es difícil de digerir”, afirma. No obstante, “estamos hablando de un sector agrario sumamente vulnerable cuando nos referimos al agua y, por lo tanto, fácilmente manipulable”, denuncia el responsable del Agua de LA UNIÓ.

Por todo ello, la conclusión que extrae LA UNIÓ ante estas circunstancias es que “el agua se convierte en un instrumento de poder y lucha entre los principales partidos políticos”, y en último término importa “solucionar los problemas de los regantes”. Por eso, LA UNIÓ exige que la gestión del recurso debería estar en manos de técnicos y expertos”, solicita Ernest Blasco.

Ante esta situación, LA UNIÓ solicita estar presente en todos los foros relacionados con el tema hídrico y “no callará ante las pretensiones de desaparición paulatina del trasvase Tajo-Segura”, ya que “en estos momentos es el único recurso hídrico del que disponen miles de familias”, sentencia.

Además, “desafortunadamente parece que en materia de agua Castilla-La Mancha tiene un poder infinito y la reserva en el Tajo en Entrepeñas y Buendía para poder trasvasar sube a 400 hectómetros y, además, se exige un caudal ecológico en pleno verano por Toledo y Talavera de 10m3 por segundo”, asegura Blasco. “Por tanto, materializa el principio del fin del trasvase Tajo-Segura”.

Así, “nuestros regantes deben empezar a estudiar alternativas serias y rentables al trasvase, sobre todo, porque seguirá en aumento esa salvaguarda del Tajo en origen”, recomienda Blasco.

LA UNIÓ exige que se convoque cuanto antes “una mesa sectorial o comité de crisis con todos los colectivos representados para hablar del futuro de dicho trasvase y compartir la información al respecto”, asevera Blasco. Una alternativa puede estar en “las aguas residuales, perfectamente tratadas y aptas para el riego que ahora se tiran al mar y que, en estos momentos, cuestan más dinero que las del trasvase aunque la depuradora esté a 3 km”. Además, “tendremos que empezar a considerar las aguas subterráneas renovables de la propia demarcación del Segura y que esperan a ser cuantificadas”, explica Ernest Blasco. Todo ello, debería condicionar el Plan hidrológico del Segura.

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