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La industria extractiva exige un cambio de legislación para atajar "los numerosos robos que recibe"

La industria extractiva exige un cambio de legislación para atajar "los numerosos robos que recibe"

    La Asociación de Empresas de Áridos de la Comunidad Valenciana (ARIVAL) exige a la administración un cambio de legislación para intentar atajar los numerosos robos que casi cada día reciben las explotaciones mineras de la Comunidad Valenciana. Carburante, maquinaria, vehículos o el cobre de los transformadores y de las instalaciones eléctricas son algunos de los elementos que se roban en las canteras.

    ARIVAL lleva mucho tiempo denunciando este problema y la única solución que ve es que haya un cambio real en la legislación. “No puede ser que estos robos queden impunes. Aunque los ladrones son detenidos, son puestos en libertad a las pocas horas de cometer el delito sin ni siquiera una multa. Hay que cambiar las leyes y quienes roben tengan claro que van a recibir un castigo”, asegura Ximo Magalló, presidente de Arival.

    Los empresarios del sector aseguran que están muy preocupados ya que hay bandas que revientan las puertas y roban y destrozan todo lo que encuentran. “Cuando la Guardia Civil consigue dar con los delincuentes y los llevan a declarar a comisaria, salen a las pocas horas sin ninguna sanción. Salen impunes y vuelven a cometer los robos. Es una situación difícil de entender, cuando además nuestro sector está muy tocado por la crisis y estos robos acaban de hundirlo totalmente”, señala Magalló.

    Otra de las medidas que proponen para conseguir paliar esta situación es que se realice una base de datos para identificar todo el material que tienen las explotaciones mineras y así, cuando se intenta vender, es fácil detectar el material robado.

    ARIVAL ya se reunió en octubre con el subdelegado del Gobierno, Luis Santamaría, para trasladarle esta preocupación y le entregó un dossier con la información de los robos, sin embargo, “todavía está esperando una respuesta por su parte y no entendemos esta pasividad”, afirma Magalló.

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