Pañella: "Hace pocos años atribuíamos al Tercer Mundo escenas sanitarias que hoy ya nos parecen habituales entre nosotros"
Dice que "hay que dejar claro a la ciudadanía que situaciones como las farmacias sin medicamentos no son inevitables, por más tiempo de crisis que vivamos"
El diputado por Castelló de Compromís, Josep Maria Pañella, ha declarado que "estamos viviendo últimamente unas situaciones que hace aún muy pocos años hubiéramos asociado a países del Tercer Mundo. Ver como los pacientes deben recorrer diferentes farmacias para encontrar un medicamento, porque los farmacéuticos no han podido renovarlos, debido a los reiterados impagos de la Generalitat; o escuchar que los hospitales públicos deben suprimir la comida de las madres que acompañan a los hijos enfermos, todo ello sin salir del mundo de la Sanidad, eran escenas que considerábamos propias de países subdesarrollados, pero que ahora encontramos a diario entre nosotros y empezamos a aceptar con una actitud entre normal y resignada."
Pañella ha hecho un llamamiento a la ciudadanía, "para que no acepte la idea que le quiere vender el PP, que estas situaciones son inevitables en tiempos de crisis. No, los problemas económicos que atraviesan las administraciones autonómica y central, dejando ahora de lado las responsabilidades de haber llegado hasta aquí, tienen alternativas. Escenas como las descritas no son inevitables: el Consell podría pagar a las farmacias si hubiera recortado a tiempo gastos innecesarios, como una Fórmula 1 que ahora, encima, se le llevan de delante sin ningún tipo de indemnización; las comidas de las madres de los niños hospitalizados, y que no la reciben gratuitamente, porque están prestando un servicio que, si ellas no estuvieran, difícilmente podría dar el personal hospitalario, se podrían recuperar bajando los gastos de tanto personal de libre designación de que ha llenado el PP durante años todos los servicios y las administraciones públicas valencianas".
El diputado de Compromís ha querido dejar claro "que hay alternativas y que hay esperanzas. No podemos aceptar con resignación fatalista los recortes y privaciones que nos quiere vender el PP. La presión de la opinión pública ha de obligar a los gobiernos autonómico y estatal y, ¿por qué no?, también a las instituciones europeas, a llevar a cabo un fuerte cambio, un giro en su política económica, aumentando la presión sobre las grandes fortunas y dando un respiro a las capas productivas y a los trabajadores, permitiendo así una recuperación de la vida económica y unos mayores ingresos para las administraciones, pero para que los reinviertan en la plena recuperación del estado del bienestar, no en prácticas especulativas ni en eventos sin sentido”.
