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El Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana alerta sobre el peligro de las zambullidas imprudentes

    En verano es habitual ir a playas, ríos, lagos y piscinas a darse un chapuzón para sofocar el calor, sin embargo, muchas veces nos lanzamos al agua sin pensar que puede ser un peligro. Por ello, el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV) insiste en el riesgo de las zambullidas imprudentes y recuerda a los bañistas que esta práctica debe hacerse con precaución ya que puede provocar lesiones graves a nivel medular y de columna vertebral, así como Traumatismo Cráneo Encefálico (TCE), que, en ocasiones más graves, puede provocar la muerte.

    El Colegio de Fisioterapeutas recuerda que cada año se producen cerca de medio centenar de lesiones medulares en nuestro país debido a las zambullidas. Entre el 80 y el 90% de los afectados son hombres de entre 15 y 30 años como consecuencia de lanzarse al agua en zonas como ríos, lagos, malecones, acantilados o incluso en la playa de forma imprudente. “Los bañistas, especialmente los jóvenes, no tienen conciencia del peligro que puede suponer sumergirse en el agua de forma inadecuada. Buena parte no ven el peligro y en su deseo de divertirse prima correr riesgos que pueden perjudicar su salud”, afirma Josep Carles Benítez, profesor del departamento de fisioterapia de la Universitat de València y miembro de la comisión de formación del ICOFCV.

    La causa más frecuente de la lesión medular por zambullida es el desconocimiento de la profundidad, sobre todo en relación a la altura desde la que uno se sumerge, así como del terreno o de la existencia de posibles obstáculos como piedras. Una de las lesiones más graves, por su carácter de irreversibilidad, es la tetraplejia, pero no es la única, las consecuencias pueden ser nefastas”, explica Josep Carles Benítez.

    Consejos para prevenir lesiones en las zambullidas
    Como medidas de prevención, el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana recomienda “no lanzarse en zonas donde se desconozca la profundidad de las aguas ni en terrenos abruptos, como acantilados, pozas de ríos y puentes, donde pueden haber obstáculos como piedras, ramas u otros objetos; evitar saltar en aguas turbias donde pueden no ser visibles otros bañistas u objetos; en la piscina no realizar piruetas como mortales, saltos o juegos cerca del borde; evitar el consumo de alcohol antes de cualquier actividad acuática e introducirse en el agua lentamente o entrar de pie varias veces antes de hacerlo de cabeza”, indica Jose Casaña, también profesor del departamento de fisioterapia de la Universitat de València y miembro de la comisión de formación del ICOFCV.

    Asimismo, los fisioterapeutas alegan que incluso en los sitios que se conozcan y se sepa que no hay peligro, “hay que asegurarse que la profundidad mínima sea de 1,5 metros y si se tiran al agua de cabeza los brazos deben situarse en prolongación del cuerpo para proteger el cuello y la cabeza”, indica José Casaña.

    Desde el ICOFCV también se subraya la importancia de saber actuar a la hora de prestar ayuda al accidentado. “Es muy importante inmovilizar el cuello y evitar movimientos bruscos de la columna vertebral. Para el traslado, deberemos avisar a un profesional, evitando así transportar al accidentado en un nuestro vehículo. En ocasiones, la lesión es fruto de la incorrecta manipulación en el rescate e inmovilización de la víctima”, concluye José Casaña.

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