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LA UNIÓ de Llauradors alerta de un posible riesgo de impagos en la cosecha de caqui ante la proliferación de nuevas empresas con poca profesionalidad

  • Recomienda a los productores que se aseguren de la fiabilidad de las empresas a las que venden la fruta

LA UNIÓ de Llauradors alerta de un posible riesgo de impagos en el cultivo del caqui de esta campaña debido a la proliferación de empresas con un elevado riesgo comercial que han aparecido hace poco con el auge de este cultivo

Las buenas perspectivas de comercialización ante la creciente demanda de esta fruta, la merma de cosecha en cítricos y la gran expansión de este cultivo generan ya las primeras compras de frutas en campo por parte de muchos comercios.

LA UNIÓ apunta que junto a empresas comerciales consolidadas y profesionales en el sector existen otras nuevas con cierto riesgo que al final asume totalmente el agricultor. Son una especie de chiringuitos fantasma que surgen de la noche a la mañana, sin apenas recursos financieros y sin clientes estables en mercados nacionales o internacionales. Normalmente poseen escasa preparación comercial, suelen desconocen las normas de seguridad alimentaria y además pueden poner en peligro el desarrollo de la campaña. Por este motivo desea evitar al máximo “las estafas y los engaños” a unos agricultores ya muy afectados por la crisis de precios.

Se podría dar por tanto a juicio de LA UNIÓ un desplazamiento de comercios de cítricos con elevado riesgo a la dinámica comercial del caqui y recuerda que en los últimos años los impagos de la cosecha de cítricos, pese a la dificultad de su cuantificación, han aumentado un 15%, superando los 9 millones de euros. La crisis económica conlleva entre otras cosas una falta de liquidez que afecta a muchas empresas, así como un riesgo muy importante de impago en el envío de fruta a los mercados. Eduardo Esparza, responsable del caqui de LA UNIÓ, asegura que “esta incertidumbre se traslada a los agricultores que sin recursos para comenzar la campaña adquieren compromisos en algunos casos por menos del 10% del valor potencial de su fruta. Es la práctica conocida como entrega de una señal. El agricultor para volver a empezar necesita recursos y lo poco de que dispone es de la cosecha futura de caqui”. El problema se agudiza al disminuir la cosecha de cítricos a causa de las heladas de febrero, lo que significa para los agricultores la perdida de miles de jornales. Y a su vez, para algunas empresas el comercio del caqui puede representar una opción de iniciarse o continuar en el negocio, tanto por el aumento de producción como por la perspectiva de rentabilidad.

Desde LA UNIÓ se insta a la Generalitat a hacer efectivo y obligatorio un contrato de compraventa para los diferentes cultivos que debería implicar derechos y obligaciones para ambas partes, con objeto de evitar o minimizar la actuación de esos compradores desaprensivos. También reclama que la Generalitat controle, sancione y, en última instancia, evite la entrada comercial de empresas de dudosa fiabilidad.

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