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Las corridas de toros y los bous al carrer tendrán la máxima protección patrimonial por parte del Consell

  • La densidad y distribución territorial de estos festejos, unidas a la antigüedad de su arraigo popular, evidencian que el toro forma parte de la cultura, tradición e idiosincrasia valenciana

La Conselleria de Cultura, Turismo y Deporte ha iniciado los trámites para la declaración de las Corridas de Toros y los Bous al Carrer como Bien Inmaterial de Interés Cultural. La directora general de Patrimonio, Marta Alonso, ha declarado a este respecto que “la antigüedad y difusión de estos festejos a lo largo de toda la Comunitat Valenciana justifican su protección patrimonial por parte de la Generalitat”.

En estos momentos, la zona de España donde más fiestas de toros se efectúan, ente corridas de toros y Bous al Carrer es la Comunitat Valenciana. Los Bous al carrer son los que tienen mayor difusión, pues más de la mitad de municipios de la Comunitat Valenciana solicitan anualmente la celebración de estos festejos tradicionales. Estadísticamente, 7 de cada 10 días del año tiene lugar al menos un festejo de Bous al Carrer. Además de Julio a Septiembre, todos los días se celebran estos festejos, sin excepción alguna.

La profusión de las celebraciones de Bous al Carrer, así como su difusión a lo largo de toda la Comunitat justifica su protección junto a las corridas de toros. A estos dos factores hay que añadir la antigüedad pues, aunque los primeros datos escritos son escasos y se encuentran atomizados pueblo por pueblo, ya están documentados en 1375. Sin embargo los expertos están seguros de que se correrían con anterioridad, a pesar de no conservarse testimonios escritos.

Esta acción protectora se enmarca en la línea de trabajo que está llevando a cabo la Generalitat a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, mediante la cual se están protegiendo, de forma prioritaria, los bienes inmateriales del patrimonio valenciano.

Evolución de la fiesta
El gran arraigo que tienen en nuestro territorio los festejos taurinos tiene su origen en la Edad Media. Hay fuentes que hablan de que en la época musulmana ya se utilizaban capas para distraer a la res a la hora de ser alanzeada. Y en el s. IX, en época cristiana, era costumbre lidiar toros para celebrar los grandes acontecimiento.

Las primeras noticias documentales de celebración de espectáculos taurinos en la Comunitat se remontan al s. XIV en Valencia, Vila-real y Castellón y al XV en Alicante. Se tienen noticias de que ya en 1373 en la capital del reino se contruyeron cadafals en el mercado para el juego de toros, con ocasión de la visita de la esposa del infante Don Juan, duque de Gerona.

Sin duda esta visita de un miembro de la familia real dejó su impronta en las crónicas de la época, pero se puede afirmar que no era ésta la primera vez que se organizaban toros en la ciudad. Pues se trataba de un divertimento popular que se llevaba a cabo en numerosas ocasiones, aunque sólo hayan trascendido las celebradas alrededor de las grandes personalidades.

Aunque las celebraciones de festejos con toros se remontan a tiempos inmemoriales, es en en el siglo XV cuando se produce un auge muy destacado. Es entonces cuando las corridas de toros se convierten en diversión favorita, no solamente del pueblo, sino también de los reyes y nobles, son un número obligado en todas las fiestas, celebrándose anualmente varias en el mercado de Valencia.

La época de los Austrias supondrá una continuación de las celebraciones medievales, aunque evolucionadas. En el siglo XVII se inicia la profesionalización del toreo. De hecho, esta centuria está considerada como la del rejoneo o lo que es lo mismo a los efectos que nos ocupan, la época en la que los nobles caballeros van a dejar paso a la gente profesional de los toros.

A finales del siglo XVII, inicios del siglo XVIII, se produce el cambio más importante, pues los mozos o acompañantes del caballero van ganando protagonismo hasta que, paulatinamente, sus actuaciones se impondrán sobre las efectuadas por aquél. De este modo, el toreo a pie va a ir progresando a expensas del efectuado sobre el caballo hasta desembocar en el toreo actual.

El siglo XVIII fue una época de contrastes. El toreo a pie se generaliza y aparecen las primeras figuras reconocidas. No obstante, la llegada de los Borbones y la etapa ilustrada va a implicar un tiempo de no aceptación de esta fiesta hasta el punto de que va a ser objeto de diversas prohibiciones. Es interesante destacar que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII se introdujo en Valencia la costumbre de llevar una orquesta a la plaza durante las noches previas a la celebración de las funciones taurinas, siendo éstos los antecedentes de las bandas de música que amenizan las corridas. Igualmente está documentado que sobretodo en las novilladas se tocaba “la música del país”, es decir música hecha con “tabal i dolçaina”. Así pues, incluso “la dolçaina” ocupo su lugar en la tauromaquia local ochocentista aportando esa nota tan genuinamente valenciana en la fiesta.

Durante el siglo XIX, se dio sin embargo el momento más álgido de esta fiesta, especialmente el último cuarto del siglo XIX, calificándose como la edad de oro taurina. Destaca en Valencia la creación de la feria de Julio en 1871, siendo una de las ferias mejor organizadas de España en esta época. Hubo en estos momentos una floración taurófila valenciana que no era casual, ya que había un caldo de cultivo, sintiéndose el toreo como algo propio. Prueba de ello fue la gran cantidad de artesanos y pequeños industriales dedicados a la manufactura de artículos relacionados con la tauromaquía, espaderos, herreros, zapateros, fabricantes de moñas, banderillas, taleguillas y medias de torear, que proliferaron en nuestras tierras.

Bienes Inmateriales
La conselleria de Cultura, que ha protegido seis Bienes Inmateriales en dos años, cuenta entre sus últimas protecciones declaradas como BIC Inmaterial la Santantonada de Forcall y las Tamboradas de Alzira y l'Alcora, y ya se ha iniciado el expediente de declaración Bic Inmaterial de las Fallas de Valencia. Uno de los objetivos prioritarios de la Conselleria de Turismo, Cultura y Deporte es la declaración y protección de estos elementos, que se convierten así en baluarte del patrimonio inmaterial valenciano y logran el máximo cuidado a nivel de protección cultural.

La Fiesta en cifras
La Comunitat Valenciana es la autonomía más taurina de España, y las cifras hablan por sí solas. De hecho, en los últimos cinco años se han celebrado en las 17 plazas de toros permanentes con las que cuenta la Comunitat un total de 571 espectáculos taurinos, mientras que al año tienen lugar en nuestros pueblos una media de 6.000 festejos de bous al carrer.

Así, en la Comunitat Valenciana existen 142 ganaderías dedicadas a la crianza de reses para bous al carrer y de ellas una se dedica a la cría de reses de lidia, por otra parte, en la actualidad hay cuatro escuelas taurinas en la Comunitat, concretamente, en Valencia, Castellón, Alicante y Benidorm.

En definitiva, las corridas de toros y los festejos taurinos tradicionales de bous al carrer mueven al año 184 millones de euros en la Comunitat Valenciana, puesto que alcanza desde los ganaderos, a los profesionales del toreo, pasando por los aficionados, organizadores, trabajadores, empresas de seguros, de elementos de cierre y protección, hosteleros y comercios, hasta llegar a los municipios que celebran tales eventos, constituyendo una parte imprescindible de sus fiestas patronales, locales, o populares.

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