Valencia y Aragón, campeones de España de goalball
En cada categoría participaron los cuatro equipos que obtuvieron un mejor resultado en la Liga de Primera División de esta temporada.
En el grupo masculino, Valencia y Castellón, que partían como favoritos, se enfrentaron entre sí en la final, a la que accedieron tras eliminar en semifinales al Chamartín (12-2), y al Alicante “A” (6-3), respectivamente.
La victoria en la lucha por el oro fue para los valencianos, con el internacional paralímpico Jesús Santana, que vencieron a los vigentes campeones de liga por un contundente 13-3. De esta forma el Valencia reeditó el título que consiguió hace tres años.
En el choque por el tercer puesto, Alicante “A” se impuso a Chamartín, consiguiendo así la medalla de bronce del Campeonato.
Por su parte, en la competición femenina, Aragón ganó en la final a Murcia (4-3), tras culminar en el último minuto una remontada que se inició cuando las mañas perdían por 1-3.
Aragón, con la internacional Olga Polo, consiguió así su cuarto título de España consecutivo frente a uno de los combinados favoritos al oro como era el murciano.
La tercera plaza se la adjudicó el conjunto madrileño de Tetuán, comandado por Mª Ángeles Calderón, al derrotar a Cataluña por 3-2.
Los mejores jugadores del campeonato fueron Jesús Santana, del equipo de Valencia, y Mari Carmen García, de Murcia. Los máximos goleadores fueron, en categoría masculina, el propio Santana, con 16 goles y, en categoría femenina, María Ángeles Calderón, del Tetuán, con 8 tantos anotados. En total, participaron cerca de 40 deportistas.
La competición fue organizada por las Federaciones Española y Catalana de Deportes para Ciegos (FEDC y FCEC), con la colaboración de la Delegación de la ONCE en Tarragona.
El goalball es un deporte practicado específicamente por personas ciegas y deficientes visuales que enfrenta a dos equipos de tres jugadores. Los partidos, que constan de dos tiempos de diez minutos cada uno, se disputan en una pista de 9 por 18 metros.
Cada equipo se sitúa a un lado del campo, junto a su portería, de 9 metros de ancho, y, sin salirse de una pequeña zona, tiene que tratar de meter gol en la portería contraria lanzando un balón con cascabeles en su interior, que ha de rodar por el suelo para que se oiga su sonido. Los tres componentes del equipo que recibe el balón tienen que impedir que entre en su portería arrojándose al suelo para detenerlo.
Todos los jugadores han de salir a la cancha con unos antifaces opacos que les impiden ver absolutamente nada, para garantizar así la igualdad de condiciones entre ciegos totales y deficientes visuales.
