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Los videojuegos activos pueden ser una herramienta terapéutica en niños obesos con tratamientos adelgazantes

  • Investigadores del Hospital General y tres universidades participan en el estudio

  • La investigación compara la eficacia de los videojuegos activos frente al ejercicio físico tradicional en niños con peso normal y obesos

Los videojuegos activos, con un plan de trabajo muy personalizado, podrían convertirse en una herramienta de uso terapéutico incluida en los tratamientos para adelgazar que siguen niños obesos.

Estos son los primeros resultados y en el objetivo que están trabajando el equipo multidisciplinar de la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València, la Universitat Jaume I, el Hospital General de Valencia y el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn). En concreto, este equipo está desarrollando un estudio sobre la eficacia en la población infantil y adolescente de los videojuegos activos (que obligan al jugador a moverse y realizar esfuerzo físico) para realizar ejercicio y mejorar su salud y forma física.

El estudio está dirigido por Empar Lurbe, jefa del servicio de Pediatría del Hospital General de Valencia, y aglutina a ingenieros, pediatras, cardiólogos y psicólogos. Su objetivo es obtener información sobre el gasto energético, la respuesta cardiovascular y cognitiva de los niños en una sesión de exergaming y comparar los resultados con el ejercicio convencional.

Asimismo, se analiza también la motivación, el interés y la sensación de esfuerzo del niño ante cada una de las modalidades de ejercicio.
El estudio se está realizando con niños con peso normal y con niños obesos para conocer también las diferencias de esfuerzo físico y de eficacia de este tipo de juegos en estos dos grupos.

Hasta el momento, han participado 70 niños: 30 niños obesos atendidos en las consultas de la Unidad de Obesidad y Riego CardioVascular del servicio de Pediatría del Hospital General, y otros 40 niños con peso normal, que participaron en la última edición de la Escola d’Estiu de la Universitat Politècnica de València.

Según los expertos, la obesidad en niños y adolescentes es un problema de enorme magnitud y en aumento. “Si no cambiamos la tendencia, vamos camino de tener la primera generación de toda la historia en la que los hijos tengan menos expectativa de vida que sus padres, y ello debido al incremento de la obesidad”, apunta Empar Lurbe.

Para hacer frente a esta realidad, los expertos aseguran que el tratamiento pasa por la adquisición de unos hábitos alimentarios saludables, el incremento de la actividad física y la integración de estos nuevos hábitos en su estilo de vida.

En este sentido, la OMS recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada, y en niños y adolescentes suma otros 20 minutos de actividad vigorosa tres días a la semana. “Sin embargo, la realidad es que los niños son cada vez más sedentarios y pasan más tiempo viendo la televisión y jugando con los videojuegos. Esta atracción por los videojuegos y las nuevas tecnologías es lo que da sentido a su valoración como posible medida terapéutica”, añade la profesora de Psicología e investigadora del LabPsiTec de la Universitat Jaume I, Cristina Botella.

Actualmente, según los especialistas, solo un pequeño número de juegos activos consigue que el niño realice una actividad física de intensidad moderada. “Nuestro objetivo es estudiar la eficacia de las nuevas tecnologías para la realización y promoción de la actividad física en niños, así como la variabilidad en cuanto al esfuerzo físico y la respuesta emocional en niños con un peso normal frente a niños con obesidad”, explica el director de LabHuman-I3BH de la Universitat Politècnica de València, Mariano Alcañiz.

En este sentido, los investigadores explican que el ejercicio tradicional genera en el niño un nivel de satisfacción mínimo, mientras que si el niño realiza ejercicio con estos videojuegos, aunque realice el mismo ejercicio y esfuerzo, la sensación de cansancio y esfuerzo y frustración en el niño es menor, y por tanto su nivel de satisfacción, mayor.

Pruebas realizadas

Los investigadores han desarrollado un plan de trabajo, validado por médicos y fisioterapeutas, que incluye un breve cuestionario, actividades de tipo sedentario –los niños ven primero un vídeo y posteriormente juegan sentados con la consola- y finalmente se comparan actividades de tipo más aeróbico en plataformas de juegos activos: bailar en una alfombra especial, jugar al tennis y al boxeo virtualmente, frente a una actividad aeróbica común como es pasear, que realizan en una cinta de correr y andar.

Durante las pruebas, los niños van equipados con una camiseta biomédica que permite medir en tiempo real la actividad cardiaca y el movimiento que realizan; es monitorizado con un dispositivo de calorimetría indirecta que mide su respuesta metabólica (frecuencia respiratoria, consumo de oxígeno), un pulsioxímetro para medir el oxígeno que circula por la sangre y el ritmo cardíaco, y un podómetro para contar los pasos que dan los chavales en cada uno de los ejercicios.

Además de estas medidas, el niño responde una serie de cuestionarios para valorar la motivación frente a la realización de actividad física antes de la prueba y su grado de satisfacción después de hacer cada uno de los ejercicios que la componen.

Los resultados de estos estudios permiten adecuar de forma personalizada el ejercicio físico con el fin de obtener los máximos beneficios. Por lo tanto, es un paso más dentro del abordaje multidisciplinar de la obesidad infantil que estamos llevando a cabo”, añade Empar Lurbe.

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