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Morella celebra la festividad de San Julián

Morella celebra la festividad de San Julián
  • El ayuntamiento recuerda la figura de Fidel Carceller

Los morellanos celebran la festividad de San Julián, patrón de la ciudad, el 7 de enero. La misa y la procesión han precedido el acto cívico en la sala de justicia del ayuntamiento. En el acto, al que ha asistido numeroso público, se ha entregado la cruz de Santa Lucía, distinción que la ciudad concede a las personas, empresas, entidades o colectivos a quien quiere dar las gracias por la construcción de la Ciudad a través de su trabajo diario; la mejora de las condiciones de vida tanto de los vecinos de Morella como por todo el mundo, así como la integración social de los recién llegados; la bondad y la rectitud en la actividad pública o privada.

En esta ocasión se decidió conceder, entre otros, la Cruz de Santa Lucía a título postumo, a Fidel Carceller Amela. Hay personas que en el momento en que desaparecen dejan un vacío en nuestra ciudad evidente por lo que representan. En el caso de Fidel, su muerte deja huérfana a toda una generación que ha tenido en su pequeño comercio en cuanto a espacio físico, pero muy grande en cuanto a su proyección, uno de los más importantes referentes de la vida cultural e intelectual de nuestra ciudad.

Sandra García, concejal de Promoción Económica relató la figura de Fidel Carceller Amela. Nació al 1943, años de la dura posguerra, donde le tocó en seguida aprender el oficio de su padre, que regentaba la imprenta, donde ya se realizaba la revista Vallivana hacía mucho tiempo, referente de la información del día a día de nuestro vivir hasta mitad de los años 80, cuando las nuevas formas de información fueron sustituyendo al viejo boletín que imprimió incluso en sus números extraordinarios del último sexenio.

Estar detrás del mostrador de la imprenta convierte a Fidel en testigo vital del paso del tiempo y de las generaciones de morellanos que algo han tenido que ver con la cultura y la educación. Los materiales para ir a la escuela, los libros de texto, las novelas..., todo son elementos que se acuerdan claramente de la infancia, por la importancia que tienen y que en el caso de la tienda de Fidel, son muy claros para la mente de los morellanos.

El Sexenio y el Anunci también han tenido en él uno de los elementos típicos y tópico en su funcionamiento. Gastar los libros que tenía en la imprenta para inspirar a los vecinos a hacer sus diseños, han sido elementos recurrentes de las frías noches morellanas de “hacer calle” o “hacer carroza”, donde el papel y el confeti que él suministraba cobraban su valor los días más grandes de nuestras fiestas.

Ximo Puig, alcalde de Morella, recordó su carácter afable, convierte en los veranos morellanos a su comercio en punto de encuentro evidente de la intelectualidad morellana y del mundo cultural. Sergio Beser, Teudo Sangüesa, Manuel Grau, Milián Mestre... son nombres que nos dan proyección de Morella al mundo y que no era complicado encontrarlos en la imprenta de Fidel comprando el diario y haciendo la charla con su amigo Fidel hablando de mil y un temas.

Los Amigos de Morella y Comarca, gastaron durante mucho tiempo el local de Fidel para poder editar su boletín y hacer esas publicaciones tan importantes por conocer todo tipo de estudio sobre nuestra zona, con la seriedad que las firmas de los artículos publicados iban siendo colocadas letra a letra de hierro en las innumerables publicaciones.

Su privilegiada posición, hacía también de Fidel un elemento esencial del archivo bibliográfico de todo lo que tenía algo que ver con nuestra ciudad. La reedición de Morella y sus aldeas de José Segura Barreda, las miniaturas hechas por dibujantes de diversas épocas que ilustraban la revista Vallivana o cualquier libro y estudio que se hiciera, tenía en Fidel Carceller el espacio físico de donde encontrar muchas de las fuentes gastadas por los estudiosos para realizar la gran cantidad de material cultural e intelectual que hay de la ciudad.

Una de sus aficiones, la fotografía, y que inició desde muy pequeño, ha permitido que Fidel dispusiera de uno de los fondos fotográfico más importantes de nuestra ciudad y que se pudiera acudir a él en numerosas ocasiones para hacer multitud de publicaciones, postales o ediciones ilustradas de temas de nuestra ciudad.

Alma mater de la Peña la Pinta, que este año ha celebrado su 50 aniversario, y que tenía en Fidel uno de sus máximos exponentes, cuando todos los 15 de agosto salían a la calle a celebrar con los morellanos y morellanas su fiesta de joya y fraternidad entre gente de la misma edad y que han sido referencia para aquellos, que han querido hacer fiesta, y hacer amigos, buenos amigos que perduran por el paso del tiempo, y que hoy lamentan junto al resto del pueblo morellano su prematura desaparición.

Son muchos años de Fidel a Morella. Un morellano de toda la vida, conocido dentro y fuera de sus murallas desde su pequeño mostrador de comerciante, y testigo del paso del tiempo y de la gente de generaciones y generaciones que tienen y han tenido a Morella su espacio de trabajo y de construcción de vida.

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