50 años de Manos Unidas en Morella
EL Ayuntamiento reconoce la tarea de las personas que, desde esta localidad, han contribuido a la lucha contra el hambre
Al finalizar el Festival de Manos Unidas los pajes entraban en Morella por el portal de San Miguel anunciando la llegada de SSMM los Reyes de Oriente.
Este año se cumplen 50 años de la creación de Manos Unidas a Morella, lo que ha motivado que en el último pleno se aprobara conceder la Cruz de Santa Llúcia a esta entidad que gracias al esfuerzo de dos mujeres, Maïta Antolí y Conxa Gisbert se mantiene muy viva a Morella 50 años después de su creación.
La organización “Manos Unidas” nació al 1955 como consecuencia de la reflexión global de que determinadas sociedades estaban sufriendo por causa de las guerras y la falta de desarrollo, y cuando empezaba a aparecer, después de la aprobación de la Declaración de los Derechos Humanos, una mayor conciencia por los derechos sociales y el que supone el problema de la hambre en el mundo. En un tiempo aparentemente inmóvil y despreocupado de cara a los otros, se produce una serie de manifiesto de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas que desembocaron en la creación de esta entidad, con el lema “Declaramos la guerra a la hambre”.
En Morella, este mensaje caló bastando pronto. Maïta Antolí y Conxa Gisbert, entonces un poco más jóvenes, con inquietudes sociales reconocidas y movidas por la voluntad de luchar contra la injusticia que supone la hambre en el mundo, acudieron a una convivencia impartida por el Obispado de Tortosa dirigida por Tomàs Malagón.
En aquellos momentos, al 1958, tres años después de su aparición en el mundo, Manos Unidas nace en Morella y empieza un gran camino de solidaridad que perdura en nuestro tiempo.
El esfuerzo de Maïta y Conxa se centró en aplicar el lema de declarar la guerra a la hambre, y fue un gran esfuerzo para motivar a la población morellana para que se sumara a un gran esfuerzo económico de los proyectos de su organización, colaborando en multitud de actos dentro y fuera de la parroquia para obtener fondos para ayudar a aquella Organización No Gubernamental precursora de tantas otras de tan diversa índole que han ido apareciendo en el devenir del tiempo.
Han pasado 50 años. La cena de hambre, más de cara a la parroquia, y el festival de la hambre, para todo el pueblo, que año tras año supone un gran despliegue de personas participando en el mismo para dar la nota de la solidaridad de los morellanos y morellanas con aquellos que lo necesitan en las fechas más señaladas, son demostrativos de la vigencia y fuerza de aquel lema del año 55 y que a día de hoy merece el reconocimiento y respeto de toda nuestra ciudadanía.
El acto cívico de la entrega de la Cruz de Santa Llúcia tendrá lugar el día 7 de enero, festividad de San Julian, Patrón de la ciudad, en la Sala del Justicia del ayuntamiento.
