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Los palestinos del Centro de Acogida al Refugiado de Mislata invitan a comer al alcalde

Los palestinos del Centro de Acogida al Refugiado de Mislata invitan a comer al alcalde
  • Manuel Corredera y una delegación municipal de Servicios Sociales y la ADL comparten mantel con la comunidad palestina del CAR

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Los palestinos del Centro de Acogida al Refugiado de Mislata invitan a comer al alcalde - (foto 2)
Los palestinos del Centro de Acogida al Refugiado de Mislata invitan a comer al alcalde - (foto 3)
El Centro de Acogida de Refugiados de Mislata invitó ayer a comer al alcalde de la ciudad, Manuel Corredera, y la concejal de Servicios Sociales, Ligia Rodrigo, en un día en el que la comunidad palestina se encargaba de preparar el menú. El CAR hizo extensible la invitación oficial a los departamentos de Servicios Sociales y Agencia de Desarrrollo Local del Ayuntamiento, por lo que también participaron en el ágape un grupo de técnicos municipales.

Todos ellos tuvieron la oportunidad de compartir mesa y mantel con los usuarios del CAR y degustar algunos de los platos más típicos de Palestina. El Ayuntamiento de Mislata mantiene una estrecha relación con el CAR organizando numerosas actividades formativas e integradoras para sus internos. Por eso, Corredera explicaba ayer que “siempre es un placer visitar el CAR y si es para compartir mesa con los residentes y descubrir platos y sabores desconocidos para nosotros, como es el caso, pues la satisfacción es doble”.

Actualmente residen en el CAR de Mislata 106 personas de 26 nacionalidades distintas, según informó ayer su director, Felipe Perales. Y cada cierto tiempo, sus residentes se encargan de preparar menús típicos de su región para dar a conocer su gastronomía al resto de compañeros y a las personas que invitan de forma excepcional. Una idea que fue bautizada como “Un plato, un recuerdo”.

En esta ocasión, los encargados de preparar el menú fueron los palestinos. De las nueve personas que forman este colectivos, tres de ellos (una ama de casa, un experto pastelero y un joven aficionado a la cocina) prepararon con esmero cada uno de los platos tradicionales de una gastronomía que es “una mezcla de la cocina siria, palestina y libanesa y que sobre todo sirve para unir e integrar más a los residentes”.

El menú consistió en una ensalada, una sopa ligera, arroz con cordero, almendras y piñones, y de postre, un pastel típico. Elisabeth Nazi, Munifhan Nakkasan y Fahed fueron los cocineros.

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