Los alcaldes de Mislata, Alboraya y Vinalesa consideran que la EMT quiere imponerles "un rescate"
Los primeros ediles de Mislata, Vinalesa y Alboraya, recientemente afectados por la retirada de líneas de la EMT, han anunciado en una rueda de prensa su malestar al no entender los motivos por los que la Empresa Municipal de Transportes y el concejal de transportes de Valencia, Alfonso Novo, no ha querido dialogar sobre las cifras del coste de las líneas y «sólo han pretendido imponer una tasa que no atiende a criterios plenamente objetivos».
Bielsa, ha comunicado que los únicos informes económicos que han recibido hasta la fecha «no atienden a informes ni valoraciones de costes reales y resultan discriminatorios», puesto que a cada municipio les han señalado una tarifa diferente de los costes de hora/coche.
Los tres alcaldes socialistas aseguran no entender «por qué a los pueblos gobernados por el PP, que están en la misma situación, no les han condenado de la misma manera a pagar para mantener sus líneas de autobús». Y ha dejado caer que «podría ser ésta una decisión es una decisión partidista de Alfonso Novo y Rita Barberá».
Para Bielsa, «la EMT debería pedir el rescate a la Conselleria de Transportes, y no a los ciudadanos de estos municipios».
ANUNCIO DE PRÓXIMA REUNIÓN
Los alcaldes han anunciado que han sido citados por Novo para reunirse el próximo martes y valorar posibles soluciones. Al tiempo que proponen que la Agencia Valenciana de Movilidad sea quien gestione el servicio de la EMT para que se cubran las necesidades de los ciudadanos con la mayor eficacia posible y sin tener que imponer tasas políticas.
En este sentido, el alcalde de Alboraya, Miguel Chavarría, ha denunciado que la solución que plantea el PP consiste en «poner fronteras en cada municipio, como los antiguos filatos» y ha propuesto como solución «aprovechar las nuevas tecnologías para utilizar el mismo servicio con diferentes tarifas, como hace el Metro».
Por su parte, el alcalde de Vinalesa, Julio César Martínez, ha asegurado que ante la imposibilidad de negociar nada con el Ayuntamiento de Valencia, «nos han obligado a firmar un convenio con la AVM para no quedarnos incomunicados, pero nuestros vecinos pagarán ahora el doble por el billete y tendremos un 30% menos de servicio».
