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Medio Ambiente declara 7 reservas de fauna, con lo que ya son 29 los espacios protegidos bajo esta figura

  • Protegerán al cangrejo autóctono, al gallipato, al Sapo de espuelas y al Sapo partero principalmente

La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha declarado siete nuevas reservas de fauna, y con ellas ya son 29 los espacios dedicados a la conservación de fauna protegida en la Comunitat Valenciana.

Según ha explicado la directora general de Gestión del Medio Natural, Mª Ángeles Centeno, “estas reservas protegen mayoritariamente especies de anfibios que están incluidas en el LIFE de Hábitats de anfibios que está desarrollando la Conselleria, todas ellas especies autóctonas y con algún tipo de protección, como el Gallipato, el Sapo de espuelas y el Sapo corredor”.

Las “Reservas de fauna silvestre” son espacios de relativamente pequeña extensión que requieren un régimen de protección específico por contener poblaciones excepcionales de especies de fauna silvestre, albergar temporalmente fases vitales críticas para su supervivencia o por ser objeto de trabajos continuados de investigación.

El objetivo de esta figura de protección es que se impliquen tanto las entidades locales como los propietarios privados que cuenten con terrenos y convertirlos en protagonistas de la conservación de la biodiversidad de la Comunitat Valenciana, ya que las reservas pueden declararse sobre terrenos de titularidad pública, previo acuerdo favorable del organismo gestor del mismo, o en los de titularidad privada, previa petición expresa del propietario, tal y como sucede con las Microrreservas de flora para la conservación de plantas.

Nuevas Reservas de fauna
Las Reservas de la Balsa Pedrosa, con 1,37 hectáreas, la Balsa Silvestre, con 0,64 hectáreas, y la Balsilla, con 1,49 ha, están situadas en el término municipal de Alcublas y son de titularidad pública. Las especies que protegen son el Gallipato, el Sapo de espuelas y anfibios en general. En estos tres espacios se llevarán a cabo refuerzos de población, aportes hídricos y eliminación de flora y fauna exóticas.

La Reserva Font de la Pinella tiene una superficie de 2,01 hectáreas y se sitúa en Ares del Maestre. Se ha protegido con el fin de preservar Gallipatos y anfibios en general, y ella se realizarán las mismas actuaciones que en las tres anteriores reservas.

La Reserva de Fuente de la Collara cuenta con una superficie de 2,25 hectáreas y se localiza en Cortes de Arenoso. En su perímetro se protegen el Cangrejo de río autóctono, el Sapo partero, el Sapo corredor, el Sapo de Espuelas, la Chova piquirroja y la Collalba negra.

La Reserva de Molino de la Toba está también en el municipio de Cortes de Arenoso. Tiene 0,85 ha y es de titularidad privada. Las especies proritarias que la habitan son el Cangrejo de río autóctono, el Sapo partero, el Sapo corredor, el Sapo de Espuelas, el Sapillo moteado, el Sapo corredor, el sapo común y la rana común.

Por último, la Reserva de la Balsa Blanca, en Enguera, tiene 0,72 ha y es propiedad de su Ayuntamiento. Protege al Gallipato, Sapo de espuedlas y anfibios en general.

Régimen de protección
Todas las reservas de fauna cuentan, además, con un plan de gestión en el que se establecen las medidas de protección y actuaciones concretas que pueden ser subvencionadas por Medio Ambiente, así como las limitaciones de uso de este espacio con el objetivo de garantizar una adecuada conservación, según explica Mª Ángeles Centeno.

Para garantizar la conservación de estas especies prioritarias, se prohibe, en las reservas, cualquier obra que implique demoliciones, excavaciones o cualquier otra que produzca modificaciones en el entorno, y en especial aquellas que produzcan ruidos o vibraciones en el en el territorio, así como vertidos de materiales o la alteración de la vegetación sin autorización.

También se prohibe la captura no autorizada de cualquier ejemplar de la fauna silvestre, instalación de rejillas o cerramientos no autorizados por la Conselleria o incumplir limitaciones de acceso establecidas en la señalización.

En caso de acceso autorizado a las cavidades de murciélagos, se prohibe la producción de molestias en el interior o la entrada de la cavidad por ruidos o excesiva iluminación, especialmente el uso del carburo, así como la recogida de material biológico o geológico.

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