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La manisera Iris Bonora expone en la sala Ceramista Gimeno de la Casa de Cultura y Juventud el proyecto de investigación Crónica de la memoria para un testimonio colectivo

  • Un trabajo documental que, mediante textos, imágenes y retratos pictóricos, recupera la memoria, el recuerdo, la huella de vivencias y espacios cotidianos de personas que ocupan o han ocupado un espacio público común, la calle Cura Catalá de Manises

  • La inauguración de la muestra será mañana jueves a las 19 h

La artista manisera Iris Bonora Esteve expondrá, a partir de mañana, jueves, 13 de septiembre, en la sala Ceramista Gimeno de la Casa de Cultura y Juventud, el proyecto Crónica de la memoria para un testimonio colectivo. Un trabajo que, tal y como indica la propia artista, “mediante imágenes y textos, documenta los testimonios compartidos por un grupo de individuos que habitan en un mismo espacio público, la calle Cura Català de Manises”.

El resultado final de este trabajo de investigación da resultado a una exposición que aúna información y una serie de 25 retratos pictóricos de los ciudadanos que habitan esta calle.

Autoridades y representantes del Consistorio local asistirán a la inauguración de Crónica de la memoria para un testimonio colectivo, que tendrá lugar mañana jueves, 13 de septiembre, a las 19 h.

Todo el trabajo de taller, todas las pinturas y gran parte de la recopilación de información, han sido realizados durante el periodo de Máster en Producción Artística de la Universitat Politècnica de Valencia (U.P.V.). Tal y como afirman los responsables de este proyecto, “nuestro objetivo es el de realizar una producción ya no sólo pictórica, sino también de carácter documental. El trabajo tiene como objetivo recuperar la memoria, el recuerdo, la huella de vivencias y espacios cotidianos de personas que ocupan o han ocupado un espacio público común, la calle Cura Catalá de Manises”.

Para realizar el trabajo, sus autores promovieron actividades paralelas alrededor de este proyecto, “para que la gente volviera a salir a la calle y se creara un clima de confianza con el que dialogar sobre los recuerdos y costumbres estimulando la conversación para la recopilación de datos”. Un concierto de guitarra, una audición de violín, clases de bailes de salón o tricot, o incluso toma de tensión, han servido para ayudar a crear “un testimonio de esas personas y de esa arquitectura en minúsculas que forman una calle durante un tiempo determinado”, añaden sus autores.

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