Manises pone punto y final a sus fiestas con fuegos artificiales
El municipio se ha despedido de unas celebraciones atípicas a causa de la pandemia
Manises puso ayer fin a sus fiestas en honor a las Santas Justa y Rufina. Unas fiestas atípicas por la pandemia que no cesa y que no se pudieron celebrar tampoco el año pasado. Como a todo valenciano, no hay mejor manera que cerrar unas fiestas que con un castillo de fuegos artificiales y así lo hizo la ciudad manisera.
La mano del pirotécnico manisero Vicente Taberner puso punto y final a estas fiestas atípicas en la localidad donde se pudo disfrutar de ese magnífico castillo de fuegos artificiales. El municipio junto a los clavarios de la Clavaría Santas de Manises, el alcalde Jesús Borrás y el concejal de Fiestas Javier Mansilla esperan reencontrarse el año que viene con más fuerza que nunca.
Cabe recordar que este año no se celebró la tradicional Cabalgata de la Cerámica, declarada Fiesta de Interés Turístico Autonómico, y para celebrarlo de una manera significativa, Manises regaló una pieza de cerámica, que sería protagonista en esa cabalgata, a los sanitarios maniseros y así rendirles un merecido homenaje, ya que son los que desde el primer momento han estado en primera línea para vencer esta pandemia. Más de 1100 piezas se hicieron llegar al Hospital de Manises y a los centros de salud para ser distribuidas entre el personal de salud como muestra de agradecimiento por su trabajo incansable durante todos estos meses, después de que los representantes sanitarios firmaran en el Libro de Oro del municipio el pasado 14 de julio.
En honor a la festividad de Moros y Cristianos de Manises, que tampoco se ha podido celebrar por preservar las medidas sanitarias, tuvo lugar el pasado 4 de julio una traca kilométrica por el recorrido habitual de este desfile tan emblemático de la ciudad. Finalizó con una “disparà” aérea.
