Las comparsas moras desembarcan en Manises

Enrique Gisbert, el capitán moro de las fiestas de Moros y Cristianos en Manises este año, y su favorita, su mujer Teresa García, vivieron ayer una noche inolvidable. Como máximos exponentes del bando que capitanearon desde lo alto del galeón insignia de los ejércitos del Mar del Capitán Henriqueh, tripulado por él mismo, fueron los radiantes protagonistas del primer desfile de fiestas.

Numerosos vecinos llenaron la carretera Ribarroja de Manises para no perderse detalle del espectáculo que las 10 comparsas que hay en la ciudad habían preparado, bajo la coordinación de Intercomparsas y con la colaboración del Ayuntamiento que dirige Enrique Crespo y la Concejalía de Fiestas y Eventos, a cargo de Paqui Montoro.

Los primeros en abrir el desfile fueron los cristianos. La comparsa Maseros encabezó un bando al que siguieron Bukaneros, Els Boïl, Cruzados Templarios y que cerró la comparsa que este año tiene la capitanía cristiana, Artal de Luna. Su capitán, Manuel Melchor, y su dama, Pilar Romero, a pie tras haber sido desalojados del castillo el día anterior, tras la embajada mora, pusieron el punto y final al desfile del bando cristiano. Con mucha ilusión, Manuel y Pilar llegaron hasta el castillo donde esta noche tendrá lugar, a las 20.30 h., la embajada cristiana, en la que ellos recuperarán la ciudad.

Y, con la fiesta y la alegría de sentirse vencedores en este primer desfile, el bando moro lo encabezaron anoche Kelvíes, a quienes siguieron La Mitja Lluna , Menecil y Al Nasir Salah Ad – Din. La comparsa que ostenta la capitanía no escatimó detalle para que la de anoche fuera una entrada triunfal. L’ Albardí, fundada en 1979, y por ello la comparsa con más antigüedad en Manises, y sus 88 componentes, se volcaron para que Enrique Gisbert y Teresa García, así como todo el público que siguió su paso, vivieran una fiesta fabulosa.

Precedido y acompañado de sus tropas, a Enrique le abrieron paso la escolta personal del capitán, los soldados y bailarinas más jóvenes, con estandartes conmemorativos.

A continuación, hizo su entrada la escuadra Les Moretes, formada por jóvenes guerreras portando sus armas de gala. Tras ella, tres clarines acompañados por un grupo de percusión anunciaron la llegada del séquito del capitán. Una alfombra gigante, con la imagen de Enrique Gisbert, portada por 14 bailarines, no dejó indiferente a nadie. Después, las siguientes fueron las esclavas, encarceladas y custodiadas por guerreros encargados de su vigía y otras atadas por cuerdas que, sin embargo, no impidieron su danza.

Tampoco faltó el momento de las ofrendas personales del capitán a su villa natal, precedidas por estandartes de plumas: cestas con frutas, joyas, telas y su bien más preciado, su caballo preferido, portando sus mejores galas. Tras los presentes, desfilaron las sirvientas, encargadas de la guardia y custodia de los descendientes del séquito real, dentro de una jaima porteada por cuatro guerreros esclavos. La escuadra de la guardia personal de la favorita, las guerreras Taifas, anunció la proximidad del capitán y su favorita, no sin precederles a ambos la escuadra personal del capitán, los Beduïns, vestidos con sus mejores galas.

Y, el momento más esperado lo vivieron maniseros y maniseras cuando el capitán moro y su favorita irrumpieron desde lo alto de un enorme galeon, tripulado por el propio Enrique y engalanado con los estandartes de las diferentes casas reales de sus antepasados y su propio estandarte.

Hoy ya está todo preparado para que a las 20.30 h. tenga lugar, en el castillo sito en la avenida Blasco Ibáñez, la embajada cristiana. Mañana, a las 19 h., y desde el partidero, comenzará el último desfile de las fiestas de Moros y Cristianos en Manises 2011.