El Ayuntamiento de Manises otorga el VIII Premio Mujer 2010 A toda una vida a la religiosa Sor María García Ibáñez
El galardón reconoce toda una vida dedicada a la ayuda desinteresada al prójimo
El alcalde de Manises, Enrique Crespo, y la concejala de la Mujer, Alicia Calatrava, le entregarán a la premiada un galardón que el Ayuntamiento creó hace ocho años para valorar la trayectoria de mujeres merecedoras de un reconocimiento público. Según explica el alcalde del municipio, Enrique Crespo, “con este acto premiamos la trayectoria personal y profesional de mujeres que, por su dedicación a alguna causa, su trabajo o su entrega, son merecedoras de un reconocimiento público. Año tras año tenemos ocasión de hacer entrega de este premio a dignas merecedoras de él, mujeres que, como la galardonada de este año, sor María García Ibáñez, han dado, y continúan dando, muestras de un admirable carácter trabajador e incansable y que son ejemplo de esfuerzo, calidad humana y dedicación”.
Tanto el primer edil en Manises como la concejala de la Mujer han tenido ocasión de felicitar a la premiada y darle la enhorabuena por tan merecido premio, que el Consistorio local ha decidido entregarle a Sor María a raíz de la propuesta presentada por la antigua Junta de la Casa Residencia de Ancianos de San Francisco y San Vicente. Sor María García Ibáñez está destinada, desde hace 29 años, en la Residencia San Francisco y San Vicente de Manises, donde es conocida y querida por todos los residentes, que destacan de ella su carácter sencillo y humilde. Nacida en Ontinyent (Valencia) un 26 de diciembre de 1924, Sor María dejó su pueblo natal para seguir la llamada de una vocación que la llevó a ordenarse monja un 10 de octubre de 1950. Después de una etapa formativa en Valencia, Sor María ha ejercido como religiosa en Madrid y Orense. Previamente a su llegada a Manises, la premiada trabajó en el Hospital General de Valencia, guardando muchísimos recuerdos de cada uno de los lugares donde ha ejercido.
A día de hoy, y a punto de cumplir los 60 años de vocación, Sor María afirma sentirse “feliz y contentísima de haber elegido este camino. Lo mejor de todo es mi vocación y todo me llena de felicidad”. La premiada reconoce que fue toda una sorpresa su nombramiento como premiada y, con una vitalidad radiante y una simpatía desbordante, afirma que “me quedé de piedra. Me llamaron la concejala y el alcalde y no daba crédito, me parecía demasiado”. A día de hoy, Sor María continúa dedicando su día a día al cuidado de los mayores de la residencia, a los que contagia su alegría y su vitalidad. En octubre, la premiada celebrará sus bodas de diamante como religiosa de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Lejanos parecen ahora sus inicios, cuando con tan sólo 17 años de edad le llamaba la atención ver, en su ciudad natal, como cuidaban las religiosas de los ancianos en el Hospital Beneficencia de Ontinyent.
El próximo 4 de marzo, a las 19 h. Sor María recibirá un reconocimiento a su labor en el acto oficial de entrega del Premio Mujer 2010 A toda una vida, que tendrá lugar en el auditorio Germanías del municipio, sito en el número 6 de la calle García Lorca.
