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Las lluvias torrenciales generan más daños por los incendios y el abandono de la actividad agropecuaria

  • La actividad agropecuaria, uno de los frenos naturales de los incendios forestales

  • Las lluvias torrenciales generan erosión en el terreno y arrastran cenizas a tierras fértiles perjudicando cultivos

  • El abandono de la agricultura de montaña genera acumulación de restos que arrastra el agua y pueden generar embozos, con el consiguiente daño en infraestructuras

Los incendios que han azotado este verano a la Comunidad Valenciana han sido sin duda más virulentos a causa del abandono de campos y de una mermada actividad agropecuaria, como es el pastoreo, ambas, barreras naturales ante el avance del fuego. A este escenario se unen las lluvias torrenciales, como las del fin de semana, que arrastran cenizas a cultivos fértiles y restos de masa arbórea procedentes de campos abandonados, lo que provoca embozos que pueden derivar en daños en infraestructuras y personales. Una situación que además conlleva el riesgo de erosión y desertización de las zonas quemadas, ya que el agua arrastra las capas de la tierra que han quedado dañadas y se impide la regeneración natural de la zona.

Es por esto que desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Valencia y Castellón (COITAVC) se proponen medidas agroambientales para prevenir y paliar los incendios, de modo que estos no sean tan destructivos. Al mismo tiempo, al controlar la virulencia de los incendios gracias a que los campos actúan de barreras naturales, las lluvias torrenciales no derivarían en una desertización de la zona, e incluso, al ser tierras de laboreo, tendrían una mayor capacidad de absorción. Además, al estar cuidados para su cultivo, no habría posibilidad de arrastre de ramas o árboles secos dejados perder que pueden derivar en atascos de canales o vías de desagüe.

“Es necesario por parte de las administraciones que haya un impulso real de nuestra agricultura. Son necesarias políticas que apuesten por el desarrollo rural, que estimulen actividades agropecuarias que además de ser un reactivo económico, resultan fundamentales para el mantenimiento de nuestros montes y del entorno medioambiental. La conservación del territorio va ligada a una agricultura rentable”, afirma Carmen Olmo, presidenta del COITAVC.

Medidas como la de las patrullas de pastoreo, rebaños que limpian los montes de vegetación espontánea, son un buen ejemplo. “Se trata de una solución que han adoptado con éxito en Francia y que están aplicando algunos municipios andaluces, con buenos resultados y elevados ahorros en el coste del mantenimiento de los montes, una solución que se ajustaría muy bien a las necesidades de la Comunidad Valenciana”, remarca Olmo.

Desde el Colegio de Ingenieros Agrícolas se quiere poner de relevancia la realidad del territorio rural en la Comunitat Valenciana, despoblado y en fase de desertificación, con un patrimonio que se deteriora a pasos agigantados, con inundaciones e incendios que se suceden cada otoño y primavera. “Esta realidad deriva en que cada vez haya más explotaciones agrarias y forestales abandonadas, infraestructuras en desuso, barrancos que no se limpian, cauces de ríos menguados por la vegetación y acumulación de restos. Un abandono que nos pasa factura porque hemos desactivado los recursos que tradicionalmente nos han ayudado a mantener el equilibrio necesario para evitar estos desastres, y en particular los incendios y todo lo que se deriva de ellos”, denuncia Olmo.

El COITAVC considera, además, que la propuesta de nueva PAC, especialmente en el capítulo relativo a los pagos directos y el pago verde, va más allá de una contribución al medioambiente, ya que en realidad supondrá nuevos costes añadidos que mermarán la competitividad de nuestras producciones frente a las importadas que no tienen que someterse a estas restricciones.

Además, la amenaza de la reducción de los fondos del segundo pilar de la PAC, el que afectad al Desarrollo Rural, puede suponer un detrimento de los programas que repercuten en la mejora de las infraestructuras y que crean empleo en el medio rural.

Del mismo modo, el COITAVC, como entidad que agrupa a los profesionales de la Ingeniería Agrícola, reclama un necesario consenso entre las fuerzas políticas para apostar por la generación de un tipo de empleo como es el agrario, ligado a la utilización sostenible de los recursos naturales como mejor arma de protección del territorio.

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